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¿Por qué nos engaña tanto el termómetro de nuestro coche?

¿No os ha pasado, ahora que llega el verano, que curiosamente nos da por mirar repetidamente la temperatura ambiente para quejarnos del calor que hace, y que hay veces en la que no nos podemos creer las cifras que marcan nuestros coches?

Pues bien, si eres de los que piensa que había un fallo en el termómetro de tu coche, estás de enhorabuena. No hay nada que cambiar, dado que la exactitud de la medición depende del diseño del coche, veamos el porqué.

Antes de proseguir, aclarar que la pieza encargada de medir la temperatura en nuestros coches, y que vulgarmente conocemos como «termómetro», es realmente un termistor. Dicha pieza consigue realizar su función en base a detectar cambios en la intensidad en una corriente eléctrica causados por la temperatura a la que se le somete. Suelen ser piezas muy exactas usadas para multitud de aplicaciones, el problema en nuestro caso es su emplazamiento.

El termistor es el verdadero encargado de calcular la temperatura exterior, el problema es su ubicación

Normalmente, esta pieza suele ir oculta en la parte baja del paragolpes delantero, colocada a contramarcha, para que ni el viento directo, ni otras inclemencias, puedan causar falsas lecturas o deteriorarla. El problema radica en que, al estar colocada así, otros factores externos pueden alterar mucho sus resultados; la mayoría de las veces, el calor que desprende el asfalto en verano, que suele ser varios grados por encima de la temperatura ambiente.

También hay que tener en cuenta que cuando llueve o hay nieve, su lectura es de todos menos exacta. El único momento donde nos podemos fiar más o menos de él es en noches secas, dado que la temperatura superficial del asfalto tenderá a ser la del ambiente.

A día de hoy, coches modernos han cambiado el emplazamiento de este sensor y llevan compensadores por software encargados de intentar dar un valor lo más real posible pero, aún así, parece que en pleno 2017, lo más fiable en este caso es seguir haciendo caso a la previsión meteorológica y no fiamos mucho de lo que nos diga nuestro coche.

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Sobre el Autor

Rafael Navarta Díaz

Malagueño de 22 años adicto a la automoción, la electrónica, la aviación... pero sobre todo, a la velocidad y a la conducción. Espero poder entreteneros y transmitir un poco de la pasión que inunda mi cabeza; donde las ideas se cortocircuitan entre litros de gasolina y diferentes centralitas cada vez que me siento tras un volante.

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