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Prueba Subaru Impreza 2018: un compacto seguro y equilibrado con equipamiento de primera línea

Impreza

Tras cuatro años sin contar con un representante en el segmento C, Subaru regresa con la quinta generación del Impreza, un modelo con más de 25 años a sus espaldas. La nueva línea de diseño del fabricante que ya vimos en modelos como el Subaru Levorg o el XV, llega al mítico compacto japonés. Más allá de su nueva imagen, estamos ante un coche que, como veremos a lo largo de la prueba, destaca por ofrecer un completo arsenal tecnológico y una gran dotación en materia de seguridad.

Después de varios años sin un representante en el segmento C en nuestro país, Subaru está de vuelta con la quinta generación del Impreza

El nuevo Subaru Impreza se ha hecho de rogar hasta llegar a nuestro mercado. Fue presentado por primera vez en el Salón de Nueva York de 2016, aunque no sería hasta un año después en el Salón de Frankfurt de 2017 cuando por fin llegase al continente europeo. Su comercialización en España llegó finales del pasado mes de abril. Según señala la firma japonesa, se han vendido más de 3,5 millones de unidades en todo el mundo desde que viese por primera vez la luz allá por el año 1992.

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Es cierto que aún muchos continúan asociando al Subaru Impreza al mundo de la competición. Sin embargo, el modelo más pasional de la firma japonesa deja a un lado el apellido Impreza y pasa a denominarse Subaru WRX STI. Poco o nada queda en el Impreza de aquel mito del mundo los rallies que tuvo al piloto escocés Colin McRae como su máximo exponente. El modelo japonés ha ido evolucionando a lo largo de los años y ahora es un compacto cómodo y equilibrado pensado para cubrir las necesidades del día a día.

El Subaru Impreza comparte con el XV la nueva plataforma global (SGP) de Subaru, que aumenta la rigidez torsional entre un 70 y un 90% gracias al empleo de aceros de alta resistencia. Además su nuevo diseño es capaz de dispersar mejor la energía cinética ante un impacto. Por otro lado, aquellos compradores que estén interesados en el compacto japonés han de saber que tan solo podrán escoger una única motorización, el 1.6 de 114 CV gasolina. Según el fabricante es el motor con más sentido en el mercado actual ya que 3 de cada 4 Subaru que se venden en España son de gasolina.

El Subaru Impreza está disponible con dos niveles de equipamiento diferentes: Sport y Executive. El acabado Sport tiene un precio desde 20.400 euros y el Executive que es el que presenta nuestra unidad de pruebas y que a su vez es el más completo, está disponible a partir de los 23.200 euros. Independientemente de la opción elegida, el Impreza incorpora de serie muchos más elementos de los que estamos acostumbrados a encontrar en otros modelos de su segmento.

Motor bóxer atmosférico, cambio automático de tipo CVT, tracción Symmetrical AWD y un equipamiento de última generación convierten al Impreza en uno de los compactos con más personalidad del mercado

Antes de entrar en análisis hemos de dejar claro una cosa: el Subaru Impreza y el XV son el mismo coche. Las únicas diferencias entre el primero y el segundo tienen que ver con un esquema de suspensiones más elevadas, pasos de rueda con las típicas protecciones de plástico, barras longitudinales sobre el techo y unos paragolpes de diseño campero. Por lo demás son idénticos: mismas medidas, mismo interior, mismos asientos, mismo espacio, mismo maletero, etc. La firma japonesa ataca a dos nichos de mercado diferentes con un mismo coche que, gracias a la nueva plataforma, puede adaptarse a las necesidades de un usuario u otro.

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Lo cierto es que en los últimos años Subaru ha decidido apostar por el mercado de los SUV en nuestro país. Teniendo en cuenta su exponencial crecimiento no podemos negar que ha sido una decisión acertada. La buena aceptación de modelos como el nuevo Subaru XV o el Outback dan fe de ello. Aún así, agradecemos que la firma japonesa haya arriesgado haciendo regresar al Impreza después de unos años para competir con una propuesta diferente en un segmento tan reñido con modelos como el Volkswagen Golf, el Renault Mégane o el Kia Ceed, entre otros. Con la llegada del nuevo Impreza, Subaru contará con una gama formada por siete modelos en España, lo que seguro supondrá un refuerzo para sus ventas de cara a los próximos años.

 

Tan grande como el Subaru XV…

La línea exterior del Subaru Impreza hereda la nueva imagen de la firma japonesa. Sus rasgos estéticos hacen que sea fácilmente reconocible dentro la gama. El diseño no presenta elementos revolucionarios y a la vista presenta evidentes similitudes respecto al XV. Históricamente Subaru ha sido una marca bastante conservadora en lo que a diseño se refiere.

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El Subaru Impreza tiene unas medidas de 4,46 metros de largo, 1,78 metros de ancho y 1,48 metros de largo. Unas cotas que resultan prácticamente idénticas a las del Subaru XV. La mayor diferencia tiene que ver con la altura libre sobre el suelo que en el caso del Impreza es de 13 centímetros frente a los 22,1 centímetros que presenta el SUV. La longitud de su carrocería le convierte en uno de los compactos más grandes del mercado: el Honda Civic mide 4,51 metros, el Nissan Leaf 4,48 metros y el Mazda3 4,47 metros. Respecto a la anterior generación crece en todas las cotas, salvo en la altura. Aunque en otros mercado también se puede escoger en versión sedán, en España se comercializará únicamente con carrocería de cinco puertas.

El nuevo lenguaje de diseño de Subaru se deja ver en el Impreza que presenta más que evidentes similitudes estéticas con su hermano crossover, el XV

El frontal está presidido por una discreta parrilla hexagonal con una rejilla de tipo panal atravesada por una moldura cromada que recoge el logo de la marca en posición central. A ambos lados encontramos unos afilados faros que dibujan una firma lumínica LED en forma de ‘C’ que hace un guiño a la disposición de los pistones en un motor bóxer. Los faros son halógenos en la versión Sport y Full LED adaptativos en el acabado Executive. En la parte baja hay una toma de aire bajo la matrícula y en los laterales los faros antiniebla redondos incrustados en una pieza de plástico, decorada también con un cromado.

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La vista lateral presenta un nervio central que atraviesa longitudinalmente la silueta del coche y que dota de mayor carácter al modelo japonés. Los espejos retrovisores integran los intermitentes y un fino listón cromado recorre la base de las ventanillas. Aquí también encontramos unas bonitas llantas de 17 pulgadas con acabado bitono que vienen montadas sobre un juego de neumáticos Bridgestone Turanza de medida 205/50 R17.

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La zaga presenta una línea muy marcada sobre el portón y el paragolpes, grupos ópticos 3D con tecnología Full LED y un portón muy ancho. La parte superior presenta un discreto spoiler que incorpora la tercera luz de freno. En la posición más rebajada encontramos un difusor que alberga los catadióptricos y presenta la misma rugosidad que encontrábamos sobre las antinieblas delanteras.

Para el color de la carrocería, Subaru ofrece una paleta formada por ocho tonalidades. Nuestra unidad luce una pintura en color Crystal White Pearl que tiene un sobrecoste de 550 euros.

 

Seguridad y confort propios de un segmento superior

El acceso al interior es tarea sencilla gracias al correcto ángulo de apertura de las puertas, cercano a los 90º. Una vez sentados en el puesto de conducción percibimos es una gran sensación de visibilidad gracias a las múltiples zonas acristaladas que hay a nuestro alrededor. Antes de nada, hemos de decir que el habitáculo es exactamente el mismo que el del nuevo Subaru XV que ya probamos hace unos meses.

Prueba Subaru XV 2018: ¿el SUV más en forma del mercado?

Apreciamos un diseño lógico y funcional. Se nota que los japoneses han invertido bastante tiempo y esfuerzo en mejorar este apartado logrando un buen equilibrio entre practicidad, calidad de acabados y ergonomía. Y es que todos los elementos están al alcance del conductor para evitar que éste desvíe su atención de la carretera.

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Los asientos delanteros en tela negra y tejido tricot muestran un mullido perfecto. Son anchos, recogen bien la espalda y nos permitirán viajar cómodamente. La banca trasera ofrece espacio suficiente para tres adultos aunque quizás la plaza central resulte algo menos practicable por el hecho de ser abatible y contar con un túnel central elevado. Los pasajeros de la segunda fila cuentan con un espacio generoso para las piernas, hombros y cabeza. Además, contamos con anclajes Isofix y Toptether para fijar sillitas infantiles.

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El volante multifunción -regulable en altura y profundidad- tiene tamaño correcto y el cuero empleado en su revestimiento garantiza un tacto agradable. Desde él podemos controlar el control de crucero, el sistema de audio y el manos libres.

Entre las dos esferas del tablero de instrumentos del Impreza Subaru ha dispuesto una pequeña pantalla a color que nos mantendrá al tanto de diferentes eventos de la conducción como el consumo, la presión de los neumáticos o la autonomía

El panel de instrumentos está formado por dos grandes esferas analógicas y una pequeña pantalla a color en posición central que refleja información relacionada con la presión de los neumáticos, la autonomía, el tiempo de viaje, la velocidad y el consumo, entre otros eventos.

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La superficie engomada del salpicadero combina con plásticos duros pero de buen ajuste sobre la consola central. El sistema de infoentretenimiento cuenta con dos pantallas. La pantalla principal de 8 pulgadas en el acabado Executive es compatible con Android Auto y Apple Car Play. Su comportamiento es bueno, al igual que la respuesta táctil. El sistema no incluye navegador sino que se sirve de la tecnología Mirror Link para reproducir la aplicación GPS del teléfono móvil. Esto tiene la ventaja de contar siempre con una cartografía actualizada, pero también el problema de que en caso de perder la cobertura deja de funcionar. Además, a través del reconocimiento de voz, podemos controlar el navegador, el teléfono, la música y la climatización.

El sistema de infoentretenimiento del Impreza es compatible con Android Auto y Apple Car Play y se sirve de la tecnología Mirror Link para reproducir la aplicación GPS de nuestro smartphone en la pantalla principal del salpicadero

En el interior encontramos varios huecos para dejar objetos. Delante del cambio además contamos con dos puertos USB y una toma auxiliar que resulta cómodo para dejar la cartera o el teléfono móvil. Justo tras la palanca contamos con dos posavasos. Entre los asientos, un cofre de dimensiones generosas, también con toma USB.

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Mención especial merece el denominado sistema EyeSight que funciona mediante dos cámara estereoscópicas situadas en la parte superior del parabrisas. Este paquete que Subaru incluye de serie en toda la nueva gama Impreza está formado por un interesante conjunto de elementos de seguridad activa y pasiva. Sus funciones asociadas tienen que ver con un sistema de frenado de emergencia y control de precolisión del acelerador, control de crucero activo, alerta de cambio de carril, cambio automático de luz de carretera, detección de objetos en ángulo muerto, asistente de tráfico trasero y el SRH o sistema de alumbrado activo en curva.

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Los 385 litros del maletero sitúan al Impreza en la media de su segmento. Por debajo encontramos modelos como el SEAT León (380 litros), el Volkswagen Golf (380 litros) o el Renault Mégane (384 litros). Por encima, el nuevo Kia Ceed (395 litros), el Peugeot 308 (390 litros) o el Hyundai i30 (395 litros). El ancho portón y sus formas regulables lo hacen muy aprovechable. Bajo la base de carga también encontramos un pequeño hueco para guardar objetos y un kit de reparación de pinchazos. Si abatimos el respaldo de las plazas traseras se amplía la capacidad de carga hasta los 1.565 litros.

Si echamos un ojo al mercado y buscamos algunos modelos con un nivel equipamiento y motorización similar al que monta nuestra unidad encontramos las siguientes alternativas:

  • Kia Ceed Tech 1.4 CVVT desde los 16.084 euros.
  • Renault Mégane Limited TCe GPF desde los 17.232 euros.
  • Toyota Auris Feel! Edition e-CVT desde los 21.960 euros.
  • Honda Civic Elegance 1.0 VTEC Turbo CVT desde los 24.743 euros.
  • Hyundai i30 Go Plus 1.4 TGDI desde los 27.350 euros.
  • Audi A3 Sportback 30 TFSI S tronic desde los 32.160 euros.

 

Un motor, una transmisión y dos líneas de acabado por poco más de 20.000 euros

Bajo el capó encontramos el tradicional motor de gasolina de estructura bóxer de Subaru. En esta ocasión, contamos con un cuatro cilindros de 1.6 litros que ofrece una potencia de 114 CV y un par máximo de 150 Nm. Subaru afirma haber actualizado el 80% de la arquitectura de este tren de potencia. Ahora es 12 kg más ligero, se han reducido las vibraciones y ofrece un comportamiento más eficiente. La firma japonesa tan sólo ofrece esta motorización para el Impreza en nuestro país. Se echa en falta alguna otra opción, algo que sí encontramos en otros países donde también se comercializa con el motor 2.0 de 156 CV que monta el Subaru XV.

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Estamos ante un motor que, a pesar de situarse en la media de su segmento en lo que a potencia se refiere, puede llegar a resultar algo perezoso. Y la principal causa de este factor es su caja de cambios. El Impreza monta una caja automática Lineartronic de tipo CVT que afecta por completo al comportamiento dinámico del coche. Este tipo de transmisiones simulan el cambio de marcha para reforzar la sensación de empuje del vehículo. Si bien actúa rápido y de manera suave, cuando se exige al acelerador este cambio no llega a extraer todo el carácter del motor. La palanca cuenta con un modo Low con el que se consigue una mayor retención del motor. Se trata de una especie de reductora que permite revolucionar el motor para ayudarnos de manera puntual a realizar maniobras más exigentes.

El cuatro cilindros atmosférico de 1.6 litros y 114 CV que equipa el nuevo Subaru Impreza es un motor racional que ofrece un comportamiento lineal y ofrece sus mejores virtudes en viajes largos por carretera 

El motivo por el que el Subaru Impreza tan solo está disponible con el cambio automático tiene que ver con el sistema de seguridad preventiva EyeSight. Este sistema, formado por un amplio abanico de asistentes a la conducción, requiere obligatoriamente este tipo de transmisión. La firma japonesa apuesta al máximo por la seguridad en sus modelos. Tanto es así que el Impreza ha logrado la máxima puntuación en el test Euro-NCAP, siendo además el coche más seguro de su categoría.

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Del mismo modo que ocurre en el resto de la gama Subaru (salvo en el caso del Subaru BRZ), la potencia se transmite directamente a las cuatro ruedas gracias al famoso sistema Symmetrical AWD. A priori, puede parecer que el propulsor carece de potencia. Sin embargo, después de probarlo he de decir que es más que suficiente para el usuario medio que no busca ningún tipo de pretensiones deportivas en un compacto. Resulta perfecto para el uso diario ya que cumple a la perfección su objetivo además de ofrecer una excelente calidad de rodadura.

El nuevo Subaru Impreza no impresiona por sus números, tampoco es su objetivo, las pretensiones deportivas son para el WRX STI

El Subaru Impreza no impresiona por su respuesta, tampoco por el empuje. Sin embargo, ofrece una excelente calidad de rodadura y un comportamiento muy refinado. Los números son discretos; es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 12,4 segundos y declara una velocidad máxima de 180 km/h. Encontramos una mecánica que ofrece una conducción suave, sin fuertes aceleraciones y con una entrega de potencia muy progresiva capaz de mover con soltura los 1.380 kg que refleja el Impreza sobre la báscula.

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En relación al gasto de carburante, después de recorrer cerca de 700 kilómetros por autopista, ciudad y carretera de montaña, hemos extraído un consumo mixto de unos 8 l/100 km. Esta cifra se encuentra por encima de la homologada (6,4 l/100 km), pero no resulta descabellada si tenemos en cuenta que contamos con un motor gasolina atmosférico, un cambio automático, tracción integral y llantas de 17 pulgadas. Sobre el papel, la firma nipona declara un consumo urbano de 8 l/100 km y un consumo extraurbano de 5,5 l/100 km. El depósito de combustible tiene una capacidad de 50 litros.

 

¿Qué tal se comporta el compacto japonés?

El Subaru Impreza es un coche realmente cómodo. Gran culpa de esto lo tiene un chasis que está muy bien calibrado. Además, el compacto japonés se encuentra entre los referentes de su segmento en cuanto a insonorización se refiere. Apenas se escucha el sonido del motor y tampoco hay señal de los típicos ruidos de rodadura o aerodinámicos que sí encontramos en otros compactos.

La excelente puesta a punto del chasis del Impreza se traduce en una notoria calidad de rodadura que agradecerá tanto el conductor como sus acompañantes

Al tener menos altura que el XV lógicamente encontramos un centro de gravedad más bajo, algo que juega en favor del comportamiento dinámico del coche. Por otro lado, la suspensión tiene menos recorrido. Ofrece un tarado blando siendo capaz de filtrar con solvencia las irregularidades del firme sin llegar a comprometer el confort de los ocupantes. En este caso, encontramos un esquema McPherson en el eje delantero y una suspensión doble de tipo horquilla en el trasero.

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La famosa tracción Symmetrical AWD aporta mucha seguridad en el paso por curva. El Impreza, a diferencia del XV, no es un SUV y por lo tanto no está pensado para realizar trayectos más allá del terreno asfaltado. Para escapadas offroad ya tenemos el Subaru XV con sus 22 centímetros de distancia al suelo. En un vehículo de este planteamiento la tracción total permanente cobra sentido en zonas con climas complicados. El compacto japonés tracciona muy bien en curva rápida incluso cuando las condiciones atmosféricas resultan adversas. Además, no existe ningún otro rival en el segmento que cuente con este tipo de tracción.

El famoso sistema Symmetrical AWD convierte al Impreza en uno de los compactos más seguros del mercado que además cuenta con la nota máxima en el test Euro NCAP

Aún buscando los límites del coche, es complicado llegar a encontrar síntomas de sobreviraje o subviraje. Esto es gracias al Active Torque Split que se encarga de distribuir el par entre las ruedas delanteras y traseras y al Active Torque Vectoring (ATV) que se encarga de frenar las ruedas interiores y reducir del par motor que llega a estas mientras aumenta el que se envía a las ruedas exteriores.

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La dirección es ágil, directa y precisa. El buen tacto y tamaño que ofrece el volante es algo que también favorece a que disfrutemos del paso por curva del Impreza. Eso sí, en ciudad deberemos tener precaución ya que a pesar de que estemos en un compacto, no debemos olvidar que mide 4,49 metros de largo.

El cambio es rápido y preciso aunque requiere cierto tiempo familiarizarse con él por ser demasiado sensible a cómo tratemos el pedal del acelerador

La caja de cambios es muy sensible a cómo actuemos con el pedal del acelerador. Recordemos que es de tipo CVT y se encarga de simular seis marchas. A la hora de emprender una maniobra de adelantamiento debemos tener presente que requiere cierto anticipo y no es recomendable iniciar la maniobra si circulamos a baja velocidad o vamos con el tiempo justo. Las aceleraciones no son su fuerte, pero puede mantener cruceros elevados por autopista sin dificultad.

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Lo cierto es que la firma japonesa ha dotado al Impreza de un cambio adaptado a los gustos del mercado europeo. Ahora es ocho kilos más ligero que el anterior y busca simular el cambio de marchas, en concreto seis, como si fuese un convertidor de par. Lo malo, que no contamos con un modo semi automático con levas tras el volante ni moviendo la palanca.

En relación a los frenos, el Impreza monta discos ventilados en las cuatro ruedas. Durante la prueba no llegamos a llevar al límite al conjunto. Sin embargo, comprobamos que tienen capacidad más que suficiente para detener el coche. El pedal tiene bastante recorrido por lo que a la hora de frenar en seco el coche es necesario emplear un esfuerzo extra.

Conclusiones: ¿Merece la pena el nuevo Subaru Impreza?

Pocos rivales son capaces de ofrecer todo el equipamiento que trae de serie el nuevo Subaru Impreza. Desde el acabado Sport, disponible por poco más de 20.000 euros, tenemos un compacto con tracción integral a las cuatro ruedas, un completo asistente de seguridad, una gran dotación tecnológica y una reseñable calidad de rodadura. Sin duda, es uno de las mejores opciones en relación precio/producto que podemos encontrar en su segmento.

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Si bien es cierto que requiere tiempo acostumbrarse al cambio y la aceleración no es su fuerte, el Impreza es un coche muy equilibrado y capaz para el día a día que además nos permitirá viajar de la manera más cómoda. En su contra puede jugar el hecho de que tan sólo esté disponible con una única motorización que por otro lado resulta suficiente para el usuario medio. Aún así, se espera que la gama se complete con alguna que otra mecánica como la 2.0i de 156 CV que encontramos en el XV.

Por todo lo demás, el nuevo Subaru Impreza es un coche espacioso que puede resultar una alternativa muy interesante para los que no quieren sumarse a la moda del segmento SUV. A igualdad de motor y acabado, el hatchback es entre 1.500 y 1.700 euros más económico que el Subaru XV, una diferencia notable.

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Sobre el Autor

Javier Jiménez

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