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Prueba Peugeot 308 GTI by Peugeot Sport: Chapeau, Peugeot!

Tengo que reconocer que tenía no pocas ganas de probar el Peugeot 308 GTI by Peugeot Sport. Vale, sí, puede ser lógico teniendo en cuenta los ingredientes de esta receta francesa; me refiero a que tenía especiales ganas de ponerme tras el pequeño volante del GTI galo. Y es que estaba deseando comprobar si Peugeot podría igualar (mejorarlo sería difícil) el buen sabor que me dejó el 208 GTI by Peugeot Sport. El 308 es un coche un tanto diferente a su hermano pequeño: más práctico, más cómodo, más amplio… En definitiva, más conservador, aunque mantiene en común unos valores en cuanto a dinámica de conducción y puesta a punto del chasis. Pero antes de llegar a ese apartado toca descubrir en detalle todos los apartados del coche.

Desde que Peugeot nos confirmó la cesión de esta unidad hasta que llegó el día de recogerla, no paraba de pensar incesantemente que por favor fuese con carrocería bitono. Cuando llegué a las instalaciones de Peugeot y confirmé que mi unidad era la azul y negra, mi sonrisa fue mayor aún de lo que hubiera sido en otro caso. Y eso que (he de reconocerlo) creo que no sería la opción que elegiría si tuviera que comprarme el coche.

Lobo con discreta piel de cordero… A no ser que pidamos la carrocería bitono

Ese no es el caso ahora, y lo cierto es que, en mi opinión, este GTI luce genial con la combinación entre Azul Magnético y Negro Perla Nera. Hay acentos rojos en la parte baja del frontal, en el nombre de Peugeot en la parrilla, las pinzas de freno y en las varias insignias ‘GTI’ que hay repartidas por la carrocería. Las llantas bitono tienen un diámetro de 19 pulgadas y en la zaga hay una doble salida de escape que, junto al difusor simulado, conforman las diferencias fundamentales a nivel estético respecto a un 308 normal, amén de un mayor ancho de vías que sólo será diferenciable para los más avezados en este mundillo. Concretamente, respecto a un 308 estándar hay 17 mm de diferencia de anchura en el eje delantero y 10 mm en el trasero.

Aunque a ojos de muchos puede parecer bastante discreto, el 308 GTI es más ancho y más bajo que un 308 normal, y sus llantas y las dobles salidas de escape le delatan

A pesar de lo anterior, el resultado es un coche bastante discreto que, con una carrocería de un solo color, pasaría desapercibido como otro compacto más (para cualquier persona que no sepa que bajo su capó hay 272 CV). Esto puede ser un punto en contra para quienes busquen algo de distinción (sin tener que recurrir a vestir el coche de dos colores), o a favor para quienes quieran un lobo con piel de cordero.

Buena calidad de acabados y un i-Cockpit frustrante

Al abrir la puerta para acceder al habitáculo, nos da la bienvenida en la parte baja un listón de umbral que nos recuerda quién ha puesto a punto este coche: la división Peugeot Sport. Un personal que algo sabe de poner a punto coches. Acomodo las posaderas en el asiento y procedo a analizar todo clínicamente: a nivel general no hay grandes diferencias respecto a cualquier 308, aunque haberlas, haylas. Las más evidentes son los asientos deportivos y el volante: perforado, forrado en cuero y con acabado metálico en la parte baja junto a la inscripción GTI. En la zona superior del aro, una marca roja a las 12 nos recuerda que esta versión tiene algo diferente. Hay piel en la parte media de las puertas, con pespuntes de color rojo también presentes en los asientos, el volante y las alfombrillas. Los pedales de aluminio y algún que otro detalle sutil como el botón ‘Sport’ al lado del arranque dejan entrever que no es un 308 cualquiera.

El salpicadero es minimalista: sólo hay un botón para regular el volumen de audio y algunos más para el bloqueo de las puertas, las lunas térmicas, los intermitentes de emergencia y la recirculación del aire del habitáculo. Podríamos decir que es una elección práctica aunque un tanto extraña. Todo lo demás se aglutina en la pantalla táctil, incluido el manejo del climatizador; en este sentido me gustaría que tuviera controles físicos para poder cambiar con rapidez la temperatura o la velocidad del ventilador y sin retirar la vista de la carretera.

Buenos ajustes y una buena elección de materiales redundan en muy buena calidad percibida. Entre los detalles específicos destacan, sin duda, los asientos y los detalles en rojo

Más allá del diseño, el 308 es un coche con buenos ajustes, buena elección de materiales y que presume de una calidad percibida que lo sitúa entre los mejores de su categoría. Sin embargo hay un detalle en el que hay que darle un tirón de orejas a Peugeot, y no cabe excusa: tiene que ver con la holgura que hay entre el panel superior de la puerta delantera y el pilar B, que tiene una distancia en la que cabe el dedo.

Aunque el pero más destacable es un puesto de conducción con el que personalmente no termino de entablar buena relación. Me explico: la postura de conducción en sí no es mala, al contrario. Los asientos son bastante cómodos (tiene incluso masaje, aunque sólo en la zona lumbar y de una intensidad que requiere cierta sensibilidad para percibirlo) y recogen bien el cuerpo, pero me resulta imposible regular volante y asientos de tal forma que yo vaya a gusto y a la vez pueda ver bien el cuadro de instrumentos (o i-Cockpit, como lo llama Peugeot). Y el hecho de no ver la velocidad a la que circulas, las revoluciones del motor o la información del ordenador de a bordo puede llegar a ser realmente frustrante, os lo aseguro.

Espacio para todos en el interior, maletero incluido

En general, la habitabilidad del Peugeot 308 GTI by PSP es bastante buena, y más aún teniendo en cuenta sus contenidas cotas exteriores (4.253 mm de largo, 1.804 mm de ancho y 1.446 mm de alto). Las plazas delanteras son amplias, y detrás tanto la altura al techo como el espacio para los pies es de sobra suficiente para que viajen cómodamente personas de hasta 1,83 metros de altura (caso de un servidor). Para las rodillas, y con el asiento en mi posición de conducción, yo no tengo problemas para viajar cómodamente pero alguien que sea tan solo unos centímetros más alto que yo empezará a acariciar con las rótulas el respaldo de los asientos. Para ir con las rodillas a ambos lados de los asientos, conductor y pasajero trasero tendrán que superar ambos los 1,85 metros de altura. En cualquier caso hay espacio suficiente para que viajen cómodamente cuatro pasajeros de altura media con su correspondiente equipaje, pues los 420 litros del maletero son francamente aprovechables gracias a lo regular de las formas y la altura del cubículo.

Antes de ver qué tal se conduce, una parada para comentar el sistema multimedia. La pantalla que mencionábamos antes tiene buena respuesta, se navega relativamente rápido y fluido entre menús. La resolución de la pantalla y el diseño de la interfaz no están a la altura de los mejores y más recientes sistemas de infoentretenimiento del mercado, pero cumplen de sobra y su manejo es claro. No hay mucha complicación para empezar a sincronizar nuestro teléfono o iniciar nueva ruta en el navegador. Nuestra unidad equipaba opcionalmente el equipo de audio de alta fidelidad firmado por Denon y el lector de CD, una opción que, en una especie de regreso al futuro, vuelve a ser un extra con sobrecoste como ocurriera años atrás.

Antes de ponerse a conducir hay que colocarse adecuadamente y encontrar una buena posición en este coche puede no ser fácil, por culpa de esa peculiar disposición del volante y el cuadro. En cualquier caso, vamos bien sujetos en el asiento gracias a unas orejeras bien marcadas (a lo que se suma un tipo de hombrera en la parte superior) y podemos ir bajito para tener la sensación más deportiva posible. El volante tiene un tamaño considerablemente menor de lo normal, pero una vez que me acostumbré a él me acabó encantando. Ahora bien, si quiero una postura de conducción tal que pueda ver el cuadro de instrumentos debo elevarme mucho el asiento y llevar el volante demasiado bajo. Algo muy raro, en donde acabo sacrificando eso de ver todo el cuadro en pro de ir lo más cómodo posible para simplemente conducir.

Ágil, ligero, con mucho agarre y autoblocante de serie: ¿la receta perfecta?

Ese volante tan pequeño requiere un tiempo de adaptación a la hora de conducir. La dirección del 308 GTI no es especialmente directa (2,95 vueltas de volante entre topes) pero sí es muy rápida: con un volante tan pequeño, basta que giremos un pequeño arco de circunferencia para tener por respuesta un gran ángulo de giro en las ruedas. Cuando te acostumbres a esto, te lo pasarás en grande metiendo el morro del 308 GTI en cada curva.

El chasis del GTI destaca por su ligereza y agarre mecánico. La suspensión está completamente revisada respecto a un 308 estándar

Y es que este coche lo hace realmente bien cuando vienen curvas. El chasis del 308 GTI toma como base la plataforma EMP2, compartida por muchos modelos del grupo PSA, que tiene en la ligereza uno de sus principales atributos. El 308 GTI pesa solamente 1.205 kilos, siendo de los más ligeros entre su categoría, y se nota en cada giro. A eso hay que sumar la puesta a punto de Peugeot Sport, que conlleva una suspensión delantera completamente revisada, desde la dureza del muelle hasta los amortiguadores pasando por la barra estabilizadora (que se aligera para un mejor equilibrio con el tren trasero) y una altura rebajada 11 milímetros. En el eje trasero se aumenta considerablemente la rigidez de la barra de torsión así como de sus soportes. Además tenemos un diferencial autoblocante Torsen, el cual nos deja bastante margen para dar gas en plena curva sin perder tracción antes de que se le empiece a acumular el trabajo.

Su ligereza y lo rápido de la dirección hacen que podamos entrar muy rápido en las curvas con este 308 GTI by Peugeot Sport, sin apenas balanceo de la carrocería y con un agarre tremendo. Y es que hay adherencia a raudales gracias a unas gomas Michelin Super Sport con medidas 235/35 R19 que digieren todo lo que le echen encima. Entre la adherencia que nos proporcionan los neumáticos y el trabajo que hace el autoblocante, este GTI te invita a buscarle las cosquillas en cada curva, una y otra vez, antes de que te diga ¡Basta! Solamente alguna insensatez fuera de toda lógica podría hacer que el 308 GTI se te vaya realmente de morro en una carretera.

El chasis tiene un magnífico equilibrio entre confort y prestaciones dinámicas. Eso sí: es más conservador que su hermano pequeño, el 208 GTI by PSP, algo que se nota especialmente en los tramos más revirados

Una vez te has acostumbrado a su volante y te dejas embaucar por su chasis, encadenar un giro con otro es una delicia. Quizá un tarado diferente en extensión o una barra estabilizadora más rígida podría hacer más rápidos los cambios de apoyo, pero a cambio sacrificaríamos confort y lo cierto es que el 308 GTI tiene un magnífico equilibrio tal y como está, con un bastidor que permite tener una suspensión sorprendentemente cómoda en el día a día, tanto en ciudad como viajando por autovía, a la par que efectiva en conducción espirituosa. Eso sí: es más conservador que su hermano pequeño, el 208 GTI by PSP, y se siente un bloque más compacto especialmente en trazados muy revirados, con un tren trasero menos juguetón.

Podríamos achacarle al francés que la dirección asistida eléctricamente sufre de lo mismo que todas las eléctricas: la retroalimentación. Pero aquí también hay niveles y la del 308 GTI, de entre las eléctricas, no es de las peores: no vas a saber de qué valor era la moneda en caso de pisar una, vale, pero no te aísla por completo de lo que está pasando en las ruedas.

Motor del Peugeot 308 GTI by Peugeot Sport: potencia, sí, y también mucha personalidad

Y pese a todas las bondades de su chasis, todavía queda hablar del alma del coche: su motor. Este pequeño bloque turboalimentado tiene cuatro cilindros, 1.598 cm³ de cilindrada, 272 caballos de potencia y 330 Nm de par. Los números dan una relación de 170 CV/litro, una cifra escalofriante. Y quizá sea por la ligereza del coche o por la manera de entregar la potencia, pero el 308 GTI parece que sea más potente de lo que dice su ficha técnica. La sensación de aceleración es bastante notable (hace el 0-100 km/h en 6 segundos, que no es mala cifra) pero sin duda lo mejor es la personalidad de este motor.

El motor del GTI tiene una relación de 170 CV/litro, una auténtica locura. Los 272 CV tienen mucho carácter y a partir de las 3.800 rpm entran con toda su rabia

En una época donde la mayoría de fabricantes busca hacer motores que estén llenos en todo su régimen, Peugeot ha decidido desmarcarse por la tangente. Es cierto que la ficha técnica dice que el par máximo se entrega a 1.900 rpm, pero no es menos cierto que a este propulsor hay que subirlo de vueltas para sacarle lo mejor que puede dar. Y no sólo tiene mucho que dar, sino que a partir de las 3.800-4.000 rpm lo da de golpe, con una patada en la que este bloque despliega toda su rabia. Y después puede seguir subiendo y estirarse hasta pasadas las 6.000 rpm (que es donde entrega la máxima potencia). ¡Pero no sólo te diviertes pisando el acelerador! También cuando ahuecas y escuchas el soplido de la válvula de descarga del turbo… Ese sonido es adictivo y os aseguro que se escucha con rotundidad, pues hay mucho que descargar: cuando el turbo sopla al máximo, lo hace a 2,5 bares de presión. De locos.

Aunque invita a exprimirlo en la parte alta, si jugamos con el cambio en curvas más lentas es por puro vicio más que por una falta de par a bajo o medio régimen. La palanca es quizá un poco alta, pero queda cerca del volante; también me esperaba unos recorridos algo más cortos en un coche con esta filosofía, aunque es verdad que puedes engranar marcha muy rápido.

No cabe más que felicitar a Peugeot por este motor: es potente, divertido y muy eficiente. Siendo sensatos, ¿qué más se puede pedir?

Las bondades de este motor no acaban aquí, aún tengo que hablaros de eficiencia. Hace no tantos años sería de locos pensar en un motor de 272 CV que se conformase en un uso real con 8,4 litros/100 km por ciudad, pero al 308 GTI by Peugeot Sport le basta con eso. Solamente con un estilo de conducción bastante agresivo veremos cifras en el entorno de los 10 litros. Sin duda, otro punto a favor a la hora de usarlo en el día a día.

En un viaje de ida y vuelta con 600 km en total por autovía, el 308 GTI bebió 7,2 l/100 km a un ritmo ligeramente superior al legal (en torno a 130 km/h) y en carreteras secundarias con límite a 90 el consumo se puede mantener por debajo de los seis litros. Ni siquiera es excesivo el consumo en conducción espirituosa en tramos de curvas, donde no prima precisamente lo de economizar combustible: lo máximo que promedió en estas circunstancias fueron 13,5 litros/100 km.

Para reducir la velocidad a la que nos pueden llevar sus 272 caballos, tenemos unos frenos delanteros con discos de 380 mm y pinzas de cuatro pistones. Empiezan a morder con fuerza tan pronto como acaricio el pedal central y cuesta un poco adaptarse al hecho de que empiecen a morder tan inmediatamente, pero una vez te acostumbras es fácil modular la fuerza de frenada. ¿Sobrecalentamiento? ¿Agotamiento? Quizá en circuito…

Con el botón Sport se hace más incisiva la respuesta del acelerador y además tenemos un sonido sintetizado a través de los altavoces que, aunque descaradamente falso, engancha

El botón Sport del túnel central, cerca del botón de arranque y el freno de mano eléctrico, endurece la dirección (apenas se nota), hace más incisiva la respuesta del acelerador (se nota bastante), y mete por los altavoces un sonido ficticio del motor (se nota muchísimo, creedme). Este sonido es descaradamente falso pero, he de reconocerlo, mola. Parece que bajo el capó hay algo mucho más gordo y, aunque simulado, el sonido realmente engancha en cada aceleración. Activando el modo Sport también se ilumina en rojo el cuadro de instrumentos (cosa que dificulta ver de reojo cuándo la aguja está cerca del corte) y muestra información sobre la potencia, el par y la presión de sobrealimentación (o la aceleración lateral y longitudinal en otro menú).

Equipamiento y precio del Peugeot 308 GTI by Peugeot Sport

El Peugeot 308 GTI by Peugeot Sport cuesta 32.150 euros y viene bastante bien equipado de serie. El sistema multimedia viene de serie con navegador TomTom Traffic con cartografía 3D, sistema Mirror Screen con Apple CarPlay y Android Auto. También de serie es el sistema de alerta por riesgo de colisión (Distance Alert) con frenada automática de emergencia (Active Safety Brake), los faros full LED, los retrovisores exteriores eléctricos y térmicos abatibles eléctricamente, los sensores de lluvia y luz, los pedales de aluminio…

Opcionalmente se puede equipar el Pack Safety (415,70 €) compuesto por sistema de alerta por cambio involuntario de carril con asistencia activa sobre la dirección, conmutación automática de luces largas/cruce, control del ángulo muerto y reconocimiento de señales de tráfico. También opcionales son la pintura bitono ‘Coupe Franche’ (625 €), el sistema de sonido DENON (519,65 €), la cámara visión trasera con visión 180º (415,70 €) o el lector de CD (155,89 €). En total, el precio de nuestra unidad se quedaba poco por encima de los 34.000 euros.

Conclusiones: ¿Merece la pena el 308 GTI by Peugeot Sport?

¿Os he hablado ya del motor? Sí, creo que sí… Pero insisto porque realmente me gustó. Me gustó porque además de ser potente y empujar con mucha rabia a partir de las 4.000 rpm, tiene personalidad (propiamente turbo) y suena bien para ser un cuatro cilindros turbo. En resumen, hace del 308 GTI un compacto muy rápido y emocionante.

El chasis es excepcional: es ligero, tiene una agilidad sobresaliente y es divertido. La suspensión es realmente confortable, haciéndolo ideal para combinar una conducción diaria normal y otra más espirituosa. Presume de una doble personalidad, entendida de la mejor manera posible, que hace del 308 GTI by Peugeot Sport un coche muy bueno en su cometido. El interior está bien acabado y solamente el puesto de conducción con el i-Cockpit puede resultar tedioso dependiendo de tu altura y postura ideal para conducir. En cuanto a practicidad para el día a día, cuenta con maletero suficiente para cuatro pasajeros y además no tiene mucha sed de gasolina.

El Peugeot 308 GTI by Peugeot Sport no es el más moderno, ni el más potente de los compactos deportivos actuales, pero no le ha hecho falta nada de eso para convencerme. Tampoco es el delantera más rápido, pero es probablemente de los más divertidos, y al fin y al cabo es lo que más valoramos en un coche de este tipo. Además, tiene un precio bastante ajustado y algo muy importante: personalidad. ¿Me lo compraría? Oui, bien sûr.

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Sobre el Autor

Diego Gutiérrez

Aprendí a leer con los nombres de los coches que veía por la calle. A los 6 días de sacarme el carné, rompí un diésel atmosférico. Disfruto conduciendo cualquier cosa con motor y ruedas y en mis ratos libres estudio cosas ingenieriles.

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