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Prueba: BMW i3. Hablemos de futuro

Esta mañana me he levantado y tras asearme y vestirme, he desayunado tranquilamente mientras leía las novedades en Planeta del Motor. A continuación he puesto rumbo a la universidad, a unos 10 kilómetros de mi casa. Luego, otros 10 kilómetros más para las Coca-Colas de rigor con los compañeros y por último un paseo por el supermercado para comprar unas cosillas que me ha encargado mi madre. He cumplido con mi deber de estudiante, de amigo y de hijo, y todo esto sin gastar ni un céntimo en combustible. No, no me he hecho 30 kilómetros en bicicleta. Por Planeta del Motor ha pasado un coche eléctrico muy, muy interesante: el BMW i3.

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Seguro que ya sabías que teniendo un BMW i3 en nuestro garaje podíamos hacer esto sin gastar un solo litro de combustible. Pero con esta prueba de Planeta del Motor vamos a desvelar todo lo referente a este peculiar coche completamente eléctrico y enchufable y que tanta curiosidad despierta.

A nivel de coches urbanos el futuro es íntegramente eléctrico, o eso pensamos la mayoría según el devenir de los progresos

El BMW i3 va más allá del «simple» concepto de coche eléctrico. Para luchar contra el mayor enemigo de los coches propulsados por energía electrica; el peso, el BMW i3 combina un chasis (no monocasco) de aluminio y una carrocería de fibra de carbono y plástico que lo hacen ser liviano, 1270 kilogramos. BMW i3 -54 (Large) 

Cuando el BMW i3 salió al mercado en 2013 anunciaba un futuro que ahora es prácticamente parte de nuestro presente, el de los coches propulsados exclusivamente por electricidad. Arduo terreno el del mercado eléctrico, pero para el que BMW hizo los deberes francamente bien.

El BMW i3 me parece un producto muy curioso con el que la marca ha querido emprender su cometido desde bien temprano, con el que allana el terreno para lo que está por llegar. Sin más dilación, esto es lo que nos ofrece:

Exterior

BMW ha huído de los cánones que rigen la estética de los eléctricos e híbridos del mercado. Renuncia a la famosa y recurrida carrocería Kammback para presentarnos una estética completamente diferente, incluso dentro de la gama. Es lógico, puesto que con este vehículo no vamos a necesitar enfrentarnos mucho al viento. El i3 luce una carrocería que bien podría parecernos un monovolumen en miniatura, pero que se erige sin perder la esencia BMW. Un aspecto y una forma que han nacido por y para la ciudad. Aún así, el i3 no parece un coche normal (tampoco lo es).

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La «cara» del coche es inconfundiblemente de manufactura muniquesa. Situada en un morro corto, que hace que sobre el alzado el i3 parezca comprimido hasta la zona en la que debería estar el pilar B. La línea que crea el capó (siempre) negro con los marcos de las ventanillas es sensacional y, aunque es raro, me gusta como se estrechan los cristales a partir del pilar C. Las puertas sin marco aumentan el aliño deportivo que muestra el coche. Uno de los detalles que más me gustan de este coche es cómo se integran las ópticas traseras en el portón trasero. Al igual que el morro, configuremos como configuremos el i3, el portón también será negro.

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Sus dimensiones acompañan a su conducta urbana; 3,99 metros de largo, lo que viene a ser lo que mide un Volkswagen Polo. De ancho, 1,75 metros y una altura elevada que suma 1,57 m. 

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Un diseño que se muestra polémico y atrevido, no apto para todos los gustos (ni siquiera para la mayoría). Como todo lo que profetiza el futuro, y más si hablamos de coches, se muestra raro. Creo que a veces las marcas pecan, y buscando lo novedoso crean líneas demasiado extrañas. Sin embargo, si muestro mi opinión, teniendo claro el concepto de coche ante el que estamos y el uso al que se presta, el BMW i3 es un coche que me ha gustado estéticamente.

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Interior

He de reconocer que esperaba sumergirme en un entorno mucho más futurista del que presenta el BMW  i3, pero no puedo negar que es sofisticado al máximo. Sofisticación que no impide acostumbrarse rápidamente al funcionamiento de este eléctrico.

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Esta unidad, con acabado Loft, trae consigo un salpicadero claro y asientos que combinan tela con un tejido técnico que se llama Sensatec. En los acabados superiores, Lodge y Suite, es donde podemos encontrar el famoso salpicadero de madera. El habitaculo es moderno, muy luminoso y muy espacioso.

En esta unidad se combina muy bien el color claro con el negro de los plásticos y la fibra vista presente en las puertas y la parte alta del salpicadero. Esta fibra vista, hecha a partir de materiales reciclados, debe gustarte porque hemos de decir que el aspecto y el tacto no es algo a lo que estemos acostumbrados a ver. A mí me ha gustado y me gusta cómo se compagina con el resto de plásticos y materiales. Además… Weight reduction bro! 

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En el volante, los mismos mandos que en cualquier vehículo actual movido por gasolina; a la izquierda la botonería que comanda la velocidad de crucero y el limitador de velocidad y a la derecha los botones para las funciones de multimedia y el teléfono. Detrás del volante se encuentra el selector de marcha y es, cuanto menos, singular.

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La típica consola central es inexistente. Todo el salpicadero flota por completo y en su centro tenemos una de las dos pantallas que tiene el i3. Más abajo encontramos la consola del climatizador. Muy intuitiva, con los botones justos y necesarios para una configuración rápida de los parámetros que deseemos. En una fina franja superior se coloca la rueda de volumen y botones para accesos rápidos. En todo el conjunto del interior del BMW i3 se busca que todo esté despejado y nada se presente sobrecargado. Se respira minimalismo y continuidad.

Para hacer uso de todo el sistema de infoentretenimiento existe el mando central del reposabrazos, común en toda la gama BMW, y junto a él encontramos el también típico selector de modos de conducción.

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Tanto por fuera como por dentro el BMW i3 se caracteriza por ser arriesgado, no es apto para todos los gustos

El acceso es alto pero no difícil. Existe una sección bastante ancha de chasis, al igual que ocurre en su hermano deportivo el i8. Sin embargo, el hecho de que no exista pilar B simplifica considerablemente la tarea de acceder. La posición de conducción es alta, contraria a lo que BMW nos tiene acostumbrados pero idónea para el callejeo en la urbe.

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Los asientos también nos señalan que estamos ante un coche exclusivamente urbano. Son cómodos pero no están diseñados para permanecer en ellos mucho tiempo y durante muchos kilómetros. Son duros y poco acolchados, no gozan de mucho agarre y tampoco pueden presumir de una zona lumbar voluminosa. Como digo, cómodos para los fines para los que está pensado el i3, pero no creo que fuesen agradables 500 kilómetros en ellos.

Atrás, el i3 cuenta con dos plazas, estas son espaciosas aunque en los asientos no se ha buscado una comodidad extrema. Prueba de que están pensados como plazas auxiliares, es la ausencia de sensores de cinturón de seguridad.

Las «puertas» traseras son peculiares. El BMW i3 parece tener cinco puertas, pero en realidad, lo que encontramos detrás son unas pequeñas portezuelas a las que tendremos que acostumbrarnos. El mecanismo es similar a la puerta que llevaba el antiguo MINI Clubman, y mi consejo es mantener la idea de que en realidad el coche solo tiene tres puertas en vez de cinco. Las portezuelas traseras únicamente facilitan el acceso a las plazas traseras. No es necesario abatir los asientos delanteros pero sí que hay que quitarse el cinturón y cerrar siempre antes las pequeñas puertas, pues son las que tienen el cierre de las delanteras. O te acostumbras o es un verdadero engorro.

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No existe túnel central por lo que la habitabilidad interior es muy buena. La ausencia de túnel y consola central es la culpable de que el BMW i3 se muestre tan increíblemente espacioso en su interior, en lo que al puesto de conducción se refiere.

El BMW i3 es un coche 100% metropolitano, por sus dimensiones y por su autonomía

Si os fijáis, el i3 solo ofrece un único posavasos en la zona delantera. No es solo capricho del diseño, a mi modo de ver, este detalle enfatiza un poco más el pensamiento con el que está creado el BMW i3. Es como una moto que utilizamos para ir a la oficina, para hacer recados rápidos, etc.

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Para terminar con el análisis del interior, hablemos del maletero. Ofrece espacio más que suficiente para un coche que usaremos en la ciudad; cubica 260 litros, que se amplían hasta 1.100 si abatimos los asientos traseros. La boca de carga está a buena altura y el piso del maletero queda a ras de esta porque justo debajo está el motor.

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Comportamiento

Conducir el BMW i3 requiere de una nueva escuela, una nueva educación necesaria para conducir sacando el máximo rendimiento y provocando la máxima eficiencia. Y ¡ojo! que no es una educación igual a la necesaria con un híbrido u otro eléctrico. De todas formas, tranquilos, es pan comido. Cuestión de un día, te lo digo yo.

La forma de conducir el BMW i3 es peculiar, quizá os sorprenda que os diga que puedes salir de casa, ir al supermercado y volver usando el pedal del freno una o dos veces como mucho. Al frenar, con el pedal de freno, el BMW i3 no regenera energía. Para aprovechar esta energía cinética de las frenadas deberemos dejar que el i3 retenga, ¿cómo? Levantando o modulando la presión solo sobre el acelerador. De esta forma, cuando consigues calcular la potencia de retención que tiene el i3 -que es mucha- puedes perfectamente desplazarte usando únicamente el pie derecho. Al principio es fácil quedarse corto en los semáforos o tener que frenar porque te vas largo, pero en cuestión de horas se pilla la dinámica y el funcionamiento de los frenos y se conduce de una manera cómoda, y sobre todo, eficiente.

Mientras que en la pantalla central del BMW i3 encontramos todo lo relacionado con el infoentretenimiento, el estado del vehículo y algunos que otros consejillos para optimizar nuestra conducción, la pantalla de delante del volante sustituye a los conocidos velocimetros y cuenta revoluciones. Autonomía, velocidad, kilometraje y lo más importante; una especie de báscula en la que nos fijaremos más que en cualquier otra cosa. Esta especie de piano nos muestra cuándo estamos en zona de regeneración de energía o de gasto de energía y cuando estamos en «modo vela», es decir en la posición central.

Ambas pantallas quedan perfectamente a la vista y a una buena altura y posición para ser usadas y visualizadas sin problemas y sin obstaculizar nuestra concentración.

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La dirección del i3 no es blanda como cabría imaginar, y esto nos gusta. Aunque el i3 es un coche urbanita monta una dirección rápida y que transmite al máximo, como todas las que firma BMW.

El BMW i3 se desenvuelve muy bien en la ciudad y su forma facilita los giros complicados y los aparcamientos ajustados. Quiero hacer especial hincapié en el asombroso radio de giro del que goza el i3 y que lo hacen ser el coche definitivo a la hora de maniobrar, aparcar y callejear. Sus ruedas, y la dureza y el corto recorrido de la suspensión no propician una buena absorción de los baches y el firme accidentado, pero la marcha no llega a ser incómoda. Los frenos no entregan mordida y hay que pisar el pedal bien, pero bueno, ya hemos dicho que no se frena así que no pasa nada.

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En vías rápidas y autopistas se desenvuelve muy bien, sus 170 CV están ahí y al estar motorizado con electricidad la aceleración es fulgurante. Ni siquiera un BMW M4 podrá hacernos sombra en ese aspecto. Si no que se lo digan al individuo que se rió de mí y de este i3 con su León FR… 

No hay que preocuparse a la hora de incorporarnos a tráfico rápido y seguir el ritmo, adelantar, recuperar velocidad, etc. Su proceder es muy vivo y se muestra ágil en todo momento.

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Sabéis que en Planeta del Motor solemos desviar un poco nuestras reviews hacia lo pasional. Nos gusta descubrir todo lo que los coches nos transmiten y cómo lo transmiten, siempre bajo una conducción un poco más alegre y deportiva. ¿Estoy loco hablando de esto en una prueba de un BMW i3? No. Puedes verlo alto, con ruedas estrechas y sin aparentes ganas de que sean exigente con él, pero el i3 no deja de ser un BMW. Desde luego no se presta a que le demos caña pero es divertido y no deja de ser eficaz. Como la suspensión es bastante firme y dura el i3 no balancea apenas, y con el peso de las baterias arriando el centro de gravedad y un balance exacto de pesos 50-50 made in BMW, el paso por curva es bueno y se mantiene en la trazada. No es para irte a la sierra con él pero nunca está de más gastar un poco de batería a cambio de unas sonrisas.

Y antes de llegar a nuestras conclusiones hay que dejar constancia de algo muy importante si hablamos de un coche como es este BMW; la autonomía. La autonomía es un claro freno a la hora de adquirir este coche. Vale que haya sido pensado con fines urbanos, pero siempre gusta tener la opción de hacer algún pequeño viaje. Esto limita la adquisición de un coche como el i3, el comprador será alguien que tenga otro coche en su garaje con el que poder recorrer distancias largas y hacer viajes. Inquieta mucho, y os lo digo por experiencia, ver cómo se te agota la autonomía y debes llegar a casa o buscar algún punto de recarga urgentemente.

Durante los días que lo probé me sentía como aquel niño que fui, que tenía que esperar horas y horas para poder salir a jugar con el coche teledirigido. El i3 tarda en cargarse por completo en una toma de corriente normal unas seis horas. Sí, es mucho, pero goza de una autonomía suficiente para usarlo durante el día y conectarlo para recargar mientras transcurre la noche.

Una unidad como esta homologa 150 kilometros de autonomía, una cifra que se aproxima bastante a la realidad. Durante nuestra prueba de alcance, logramos hacer algo más de 120 kilometros sin recargar, a un ritmo normal, sin ser extremadamente cuidadosos de cara a la eficiencia pero sin pasarnos con el «gas». En definitiva, el uso diario al que cualquier persona sometería este vehículo.

Conclusión

Con este coche, BMW se aventuraba en el mundo de los eléctricos y ¡qué mejor forma de hacerlo! Lo curioso, interesante y novedoso que es este coche me hizo olvidar lo mucho que detesto a los coches eléctricos. Los más petrolheads nos negamos a conocer un futuro electrificado, pero si reservamos los electrones para los coches urbanitas… ¿Por qué no?

Ahora mismo es difícil que un coche así nos convenza para gastarnos el dinero que vale en él. Poca autonomía, necesidad de puestos de carga, etc. Otro factor que echa muy para atrás al público acostumbrado a lo tradicional es que con el BMW i3 tienes que olvidarte de los viajes. Si tienes un i3 es porque vives en una gran ciudad y porque tienes otro coche en el garaje con el que poder hacer más de 150 kilómetros sin quedarte en la cuneta.

El BMW i3 es un coche creado por y para la ciudad, destinado únicamente al uso urbano y eso no va a cambiar. Lo que sí está cambiando es su autonomía y desde BMW cada vez apuestan por engrandecerla más, y de esta forma permitir que el rango de uso de este eléctrico sea un poco más amplio.

Lo podemos encontrar desde 35.500 euros. Un precio a simple vista elevado para un coche con el que prácticamente solo podemos movernos en ciudad, pero ya os digo que los vale. Siendo sincero no me compraría un BMW i3 pero si tuviese que responder a esa pregunta dentro de unos 7 años la cosa cambiaría. Todo rival que intente hacer sombra al concepto que lleva intrínseco el BMW i3 lo tiene muy, muy difícil.

Y sí, allá por donde pasa es observado, por ser un coche que rompe con los moldes y augura un futuro, por suerte o por desgracia, cada vez más cercano.

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Agradecimientos:

Fotografía: Antonio Crespo Márquez
San Pablo Motor
Sobre el Autor

Rafa Rivera

A décimas de segundo de ser Ingeniero Aeroespacial. Nací en Córdoba y me crié entre un Escort y un Fiesta SuperSport. Enfadado con el mundo desde que en mi casa se compró un Ford Ka. Mi cabeza es una base de datos de coches, y solo coches, en constante actualización y estoy aquí para compartirla contigo.
Comment 1
  • Sergio Ruiz González

    Por mucho que no lo entendamos los que nos gusta el combustible, esto es el futuro, aunque le queda un tiempo para integrarse correctamente (un tema muy bueno para hablarlo en algún artículo). Es una sensación rara conducirlo, pero a la vez divertido, la entrega de “par” es inmediata al ser eléctrico. Algo muy divertido a los que cogen por primera vez un eléctrico, una vez en funcionamiento, se pregunta así mismo – ¿Ya? -. Yo he tenido la oportunidad de coger el Golf GTE en circuito y me lo pasé “pipa”. ¿Habrá que acostumbrarse no?

    ¡Un saludo planetarios!

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