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Prueba Mercedes-Benz Clase C Coupé: doble personalidad, entre deportivo y GT

2.514 kilómetros. Este ha sido el kilometraje total que he hecho a bordo de uno de los últimos coches que ha pasado por las manos del equipo de Planeta del Motor. Se trata del Mercedes Clase C Coupé en su versión C 220 d. Y es que si de alguna manera se ha de disfrutar un Mercedes-Benz es haciendo kilómetros, y se los hemos hecho en todo tipo de vías, y ya te adelantamos que ha salido bastante bien parado de la mayoría de las situaciones en las que hemos envuelto al C Coupé.

Para aquellos más perezosos a la hora de leer os recomendamos esperar unos días a la prueba en vídeo en la que podréis ver al C Coupé en movimiento y saber lo más llamativo de él, pero si quieres conocerlo en profundidad sigue leyendo. Analicemos uno a uno todos los pros (que son muchos) y contras que tiene este Mercedes Clase C Coupé.

Como ya hemos dicho, nuestra unidad de prensa es un C 220 d Coupé. El conjunto es movido por un bloque diésel de origen Mercedes de 2.149 centímetros cúbicos que rinde 170 CV y 400 Nm. Además en el caso de nuestra unidad el motor se ve conjugado con una caja de cambios automática de 9 velocidades. Sí, has leído bien, nueve velocidades, no es una errata.

Este C Coupé llegó al mercado en 2014 para dar relevo a la anterior generación C Coupé, que llevaba con nosotros desde 2011 y que llegó de la mano del restyling de la generación saliente.

Exterior

El exterior del C Coupé es un vaivén de nervaduras, cromados y curvas por toda la carrocería, que además unidos a esta pintura llamada Gris Selenita crean un maridaje entre deportividad y elegancia que tal vez no encontremos en otro modelo de su categoría. El único Coupé del segmento ‘D’ tan atrevido como este Clase C Coupé es el Lexus RC300h, bastante más exótico en cuanto a concepto por su esquema híbrido.

El Clase C Coupé está basado en la Clase C berlina, y con ella comparte la totalidad del frontal (paragolpes, faros, caladandra, capó…) hasta que llegamos al parabrisas y a las grandes puertas de acceso al habitáculo. Es justo ahí donde empieza la fiesta del Coupé. Mide 2.050 mm metros de ancho (con retrovisores) y 4.615 mm de largo. Es bastante largo y refleja la actual tendencia a sobredimensionar los coches cada vez que de diseñar un nuevo modelo se trata.

Realmente la Clase C berlina ya goza de un frontal bastante deportivo, y al igual que pasó con la generación anterior, los de Stuttgart han visto conveniente no tocarlo conforme a la berlina, que con la línea AMG exterior que trae esta unidad podemos ver un rediseño del paragolpes, con nuevas entradas de aire y un labio inferior cromado a modo de splitter.

La calandra es lo que más presencia cobra en el frontal gracias a la parrilla de efecto de diamante, complementada por los faros de tecnología inteligente LED, de serie en el C 220 d, que son capaces de distribuir el haz de luz para no deslumbrar a los demás vehículos con los que compartimos carretera. También integran las luces de conducción diurna que juega visualmente con un nervio que nace de ellos y cruza todo el coche hasta los pilotos traseros.

De la parrilla emergen dos fuertes nervios que dan forma al capó y mueren dando vida al pilar ‘A’. El parabrisas está más inclinado con respecto a la berlina, lo que da lugar a un techo que sitúa la altura del Coupé 3,7 centímetros por debajo de su hermano de cuatro puertas, quedándose en 1.405 mm, techo que luego cae suavemente hacia la zaga, con una luneta trasera muy inclinada y llega al portón del maletero, que marca un pequeño apéndice que da cierto dinamismo a la trasera del C Coupé, como si de un discreto alerón se tratase.

El paquete exterior AMG añade un difusor no funcional y dos falsas salidas de escape a la trasera… Lo primero podemos llegar a entenderlo, pero sobre lo segundo ya sabes lo que pensamos en Planeta del Motor.

Un aspecto que tal vez pase desapercibido en el exterior son las llantas, de 18 pulgadas y cinco radios pulidas en doble tono en el caso de nuestro C Coupé. Son de serie con la línea decorativa AMG exterior que lucía nuestra unidad, pero dado el tamaño de los pasos de rueda si queremos unas llantas que cobren más protagonismo tendremos que dar el salto a las de 19 pulgadas, con varios diseños entre los que elegir y un precio extra que parte desde 1.863 euros en el caso de las más económicas.

Cabe mencionar que la línea exterior AMG tiene un precio de 2.302,63 euros y, queramos o no, va de la mano de la línea AMG interior.

Interior

Diseño

El diseño del interior es sin duda una sorpresa para todo el que se monta en este C Coupé. Y es que si gusta mucho por fuera, el diseño interior no se queda atrás, incluso diría que a los pasajeros les ha sorprendido más el interior ya que además de por diseño, la calidad percibida es muy alta, lo que aumenta la impresión inicial que causa este C Coupé en sus pasajeros.

Al abrir la puerta del conductor las ventanillas sin marco nos avisan de que estamos entrando a un coupé, dejando claro junto con otros elementos la deportividad que quiere transmitir el C Coupé.

Cerramos la puerta, con un sonido de esos sordos y compactos que nos adelantan que entramos a un interior de calidad, y al acomodarnos en los asientos delanteros constatamos la primera impresión que nos ha dado la puerta al cerrarla.

La calidad interior del Mercedes-Benz Clase C Coupé está por encima de su rival más directo, el BMW Serie 4

Los asientos de nuestra unidad están forrados en piel negra, pero podremos optar por un tono marrón, rojo, beige o gris cristal si queremos. Estos asientos están específicamente diseñados para el Clase C Coupé; no hay ningún otro Mercedes que haga uso de estos asientos. Son cómodos y aunque prima la comodidad por encima de la deportividad proporcionan un buen agarre lateral cuando lo necesitamos, además gozan de regulación eléctrica excepto si queremos ajustar el asiento longitudinalmente, ahí tendremos que tirar de la clásica palanca de debajo del asiento.

El diseño del salpicadero, cuadro de mandos y consola central es exactamente el mismo que el de la berlina, el C Coupé los hereda tal cual pero ahí queda la cosa. El resto del habitáculo, como los asientos, son marca de la casa.

El salpicadero está presidido por una pantalla flotante que gustó a unos más y a otros menos, e incluso llegaron a apuntar que dado el precio del coche y dejando de lado el estilo flotante, dicha pantalla no parecía estar acorde con el resto del habitáculo, que no parecía lo suficiente minimalista. En cierto sentido sí tenía razón si la juzgamos visualmente, aunque podríamos solucionarlo optando por la pantalla opcional de 8 pulgadas, mucho más atractiva y mejor acabada, con un marco más fino y mayor superficie acristalada.

Justo bajo la pantalla encontramos la consola central rematada en madera de fresno negra de poro abierto, que tal vez sea uno de los matices estéticos más llamativos en el interior del C Coupé. El acabado en poro abierto además de minimalista también es práctico, ya que no se aprecia el polvo que se acumula en él como sí pasaría si fuese un acabado brillante.

El volante, parcialmente en cuero perforado y con la parte inferior achatada, corresponde al acabado AMG, y es otro elemento que hace que el interior gane enteros. Detrás del volante encontramos las levas de cambio, que se mueven con este y tienen un acabado metálico de alta calidad. Detrás del volante encontramos los relojes del cuadro de instrumentos acompañados por una pantalla central a color del sistema multimedia. Ambos elementos siguen la la línea de diseño del resto del habitáculo.

Practicidad

Vale, parece que está claro que el diseño del interior es un punto fuerte del C Coupé, pero no sólo de la imagen nos vamos a servir, y es que también tiene que ser práctico. La bonita consola central hace uso de una tapa para ocultar los posavasos y un útil hueco, muy amplio, para dejar lo típico que llevamos en los bolsillos (móvil, cartera, llaves…). El apoyabrazos forrado en piel se abre botón metálico mediante y lo hacen en dos mitades simétricas, dejando bajo de sí un espacio grande para dejar objetos de la talla de una botella de litro o una tablet pequeña, en el que además tenemos dos conexiones USB y una ranura para una tarjeta de memoria para conectarnos al sistema multimedia.

Las dos plazas traseras en contrapartida a las delanteras no ofrecen tanto espacio, y personas de más de 1,75 golpearán con la cabeza en el techo. El espacio para las piernas no es malo del todo si tenemos en cuenta su naturaleza coupé. Yo con mi 1,70 y el asiento del conductor colocado en mi posición de conducción tenía casi un palmo con respecto al asiento delantero y me faltaban un par de dedos para dar con la cabeza en el techo. Aun así los pasajeros que fueron conmigo durante un trayecto de 400 km señalaron que estaban cómodos y sólo echaron en falta una mejor visibilidad exterior, y es que alguna desventaja tenía que tener ese exterior tan caprichoso, ¿verdad?

El maletero cubica 380 litros, siendo de entre sus rivales el que menos capacidad ofrece, y además la boca de carga es estrecha, por lo que cargar bultos grandes a veces será imposible. Pero aun siendo menos capaz que los Audi A5 y BMW Serie 4 el espacio disponible es más que suficiente para albergar el equipaje de cuatro maletas de cabina y alguna que otra bolsa textil.

Infoentretenimiento

El sistema que equipaba nuestro C Coupé era el más básico, pero aun así contaba con todo lo creemos indispensable en un coche de estas características, tan sólo echamos en falta poder conectar nuestro teléfono mediante Apple CarPlay o Android Auto. No tuve problemas para conectar el teléfono con el bluetooth para usar el manos libres, pero no me dejó usar este sistema para escuchar música ni tampoco mediante un cable USB.

La pantalla central se maneja girando y basculando el joystick de la consola central, tedioso a la hora de escribir una dirección, y aunque exista la opción de escribir los caracteres sobre el touchpad colocado sobre el mismo joystick, este a veces no lee bien los movimientos de nuestros dedos sobre su superficie.

Una vez sabida la parte “mala” del sistema, el resto del funcionamiento es correcto e intuitivo. El navegador siempre nos ofrecerá tres tipos de ruta, la más rápida, la más corta y la más económica, y las indicaciones que da son claras. Además nos avisará cuando haya un ruta de peaje alternativa si queremos ir por la ruta más rápida, cosa que no hacen en Audi, por ejemplo, como ya comprobamos en la prueba del Audi TT, que en un par de ocasiones nos metió por peajes sin nosotros quererlo.

Desde el display a color entre los relojes del cuadro de mando podremos consultar la información de la radio, del ordenador de viaje y además configurar los diferentes asistentes de ayuda a la conducción.

En movimiento

Al arrancar el motor diésel de este C Coupé constatamos ciertas vibraciones provenientes del mismo, sobre todo la primera vez del día en frío. Seleccionamos la D en el selector de marchas a la derecha detrás del volante, como si del mando de intermitentes de tratara, soltamos el freno de estacionamiento mediante un botón metálico de muy buen tacto y salimos.

Durante viajes largos ni yo ni ningún pasajero hemos tenido quejas en cuanto al confort de este C Coupé, ni siquiera los que han viajado en los asientos traseros, está concebido para ser cómodo. En este sentido, dado el tamaño y la comodidad unidos al motor, se puede decir que estamos ante un mini-GT. Es un Clase S Coupé a pequeña escala. Eso sí, las suspensiones son un tanto secas, y se hacen notar cada vez que pasamos sobre la junta de dilatación de un puente o cualquier tramo de carretera en mal estado, aunque no es algo por lo que debamos preocuparnos.

Los consumos obtenidos con el Clase C Coupé oscilaron entre los 4,2 litros en carretera y los más de 12 en conducción deportiva, quedando un consumo medio final de 6 litros

Además los consumos en carretera no hacen más que confirmarnos que este C Coupé, al menos con este motor, está concebido para largos viajes en carretera, ya que hemos sido capaces de hacer una media de 4,2 litros en un viaje de casi 400 km, con tres pasajeros a bordo con equipaje de fin de semana manteniendo cruceros de 120km/h. Si al repostar llenamos el tanque entero veremos autonomías de 1.300 km, a ello ayudan las 9 velocidades de su caja de cambios, aunque en 8ª y 9ª afrontando pendientes en contra hay vibraciones notables alrededor de la consola central.

Por contra conducir en ciudad dadas las dimensiones del C Coupé y las caprichosas formas de la carrocería harán de ello una tarea no difícil pero sí un tanto incómoda, sobre todo si nos adentramos en cascos urbanos o buscamos aparcamiento en zonas céntricas. Entre tanto, los consumos en este tipo de situaciones oscilaron los 7 L/100km sin tener especial cuidado con el pedal del acelerador.

Sin embargo lo que más me ha sorprendido del C Coupé es la dinámica que fue capaz de mostrar a la hora afrontar tramos de montaña revirados después de haber sido tan confortable en autovías y autopistas.

Conforme afronto las primeras curvas con el modo Sport+ y conforme empiezo a exprimir al C Coupé cierta sensación de sorpresa me invade. En sucesiones de curvas rápidas notaremos que solventa los cambios de peso sin despeinarse mucho, y además podemos ir redondeándolas con la trasera si sabemos jugar con los cambios de peso y el gas. Para sorpresa mía es más divertido que los Serie 4 Gran Coupé y Cabrio, pero no puedo compararlo con el Serie 4 Coupé porque no lo he probado. La dirección es directa, pero no transmite absolutamente nada del contacto con el asfalto, toda la información que me llega es a través del chasis.

Con el control de estabilidad desactivado es muy fácil sacar la trasera de su trayectoria con la dirección y a golpe de gas, y en mojado tal vez sea demasiado fácil, aunque siempre que la zaga salió fue porque lo busqué. Es de reacciones nobles y es fácil tantear los límites de la cadena cinemática, que quedan limitados por el motor diésel de nuestra unidad de pruebas. No esperes mantener largas cruzadas porque el motor no acompaña a ello (cae rápido de vueltas) y falta que el acelerador sea más contundente, ya que es poco reactivo incluso en modo Sport+. Aunque obviamente para quien se plantee comprar un C Coupé ir de lado no estará entre sus prioridades (a no ser que busque un C 63 AMG), además no se puede desconectar completamente el ESP.

El motor, el menos potente de toda la gama, desarrolla toda la potencia a partir de las 3.000 rpm, pero desde unas 2.500 ya tendremos sufiente potencia como para realizar adelantamientos rápidos. Cabe destacar que me esperaba más patada, como ya he dicho, y algo de culpa puede tener el cambio 9G-Tronic, que se traga parte del PAR motor que desarrolla el bloque

La caja de cambios es rápida cuando se cambia de marcha en el régimen óptimo para la conducción que estemos practicando, y si no cambiamos en un régimen muy acertado a veces no nos hará caso, y en otras ocasiones entrará la marcha segundos después de haber accionado la leva de detrás del volante. En este sentido está la 9G-Tronic está por detrás de otras cajas de único embrague que he probado, como las ZF que equipa Jaguar en los XE y BMW en sus Serie 3 y 4. Las ZF se muestran más rápidas y obedientes, pero también algo más bruscas que la 9G-Tronic, aunque en el caso de BMW, la caja de cambios normal (la que no tiene levas) funciona claramente peor que la del Mercedes, mientras que la automática deportiva, que sí tiene levas, está varios pasos por delante de la del C Coupé.

La parte dinámica me dejó en general buen sabor de boca, pero también un toque amargo, ya que siento que el C Coupé ganaría enteros con una mecánica de gasolina que hiciera desaparecer ese ‘runrún’ del diésel y que acompañase más al chasis y a la caja de cambios en conducción deportiva (que estaban claramente por encima del motor en cuanto a rendimiento) y haciendo de paso más agradable la experiencia de conducción.

Para buscar más deportividad en la gama del C Coupé no tenemos que irnos a las extremistas versiones C 63 AMG con sus V8 bajo el capó, ya que por debajo encontramos un V6 de 380 CV apellidado C 43 AMG, que a excepción de varios detalles, goza del mismo acabado exterior que este C 220 d con la línea AMG, y si te sigue pareciendo mucho el C 43, la mecánica más básica de gasolina, la C 200, ya rinde 14 CV más que nuestra unidad de pruebas, quedando otra por encima llamada C 300 con 245 CV.

Precio y rivales

Pongamos al C Coupé en contexto en el mercado por precio y comparándolo con sus rivales. Parte desde 41.900 euros con el motor de gasolina C 200 de 184 CV y cambio manual, y nuestra unidad C 220 d con el cambio 9G-Tronic supone un precio de 44.800 euros, más barato que sus rivales a igualdad de motorización y caja de cambios; el 420d Coupé costaría 46.178 euros y el A5 2.0 TDI de 190 CV con cambio S-Tronic partiría desde 45.900€. Pero nuestra unidad lejos de quedarse en en ese precio equipaba cerca de 14.000 euros en extras, con un precio final de un poco más de 58.000 euros.

Si buscamos algo más de exotismo también podemos considerar al Lexus RC300h, que parte desde 45.900€ y hace uso de un esquema híbrido que conjuga un motor eléctrico y uno de gasolina de 2 litros y cuatro cilindros, rindiendo en conjunto una potencia de 226 CV.

Entre los extras más destacados contábamos con el paquete de control de carril (1.038€), paquete de retrovisores (598€), línea AMG exterior e  interior (2.302€), cuero negro (1.916€), paquete de aparcamiento con cámara trasera (1.370€), pintura Gris Selenita (1.038€), paquete de confort con ajuste lumbar para asientos delanteros (266€), navegador Garmin-Pilot (1.028€), faros led inteligentes (912€), paquete de asistencia a la conducción Plus (2.795€) y la lista sigue.

Conclusión

Con tal kilometraje a nuestras espaldas y tan poco sufridos podemos decir de que este C Coupé con esta motorización está hecho un auténtico tiramillas, dejando a un lado la faceta de deportivo que quiere hacerte creer que es, con esa estética elegante y agresiva a partes iguales, y quedándose en un punto intermedio entre deportivo y GT (si por GT entendemos un coche potente y deportivo pero de personalidad tranquila y cómodo). Por tanto hemos concluido esta prueba dando por hecho que el Clase C Coupé es un deportivo comedido y cómodo para largas distancias.

¿Compraría un Clase C Coupé? Si necesitara un coche cómodo para largas distancias y con una puesta a punto deportiva sin duda ninguna lo elegiría por encima de cualquiera de sus rivales. Este motor será sustituido por el 2.0 de 190 CV que ha estrenado el Clase E, seguro más refinado y frugal, pero aun así elegiría el mío con un motor de gasolina y quitando algunos extras que equipaba este C Coupé para así arañar unos cuantos euros al precio final, que sí vale lo que cuesta teniendo en cuenta el lujo y la distinción que ofrece.

Agradecimientos:

Fotografías dinámicas: Luhma Martín Rábade

Galería de fotos Mercedes-Benz Clase C Coupé (46 fotos)

Sobre el Autor

Álex González

Ya de chico todo el mundo sabía que de regalarme algo, tenía que ser relacionado con coches. Y unos veinte años más tarde la cosa no ha cambiado. Siempre a la última en actualidad del motor y las nuevas tecnologías que lo rodean.
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