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Se cumple 50 años desde la inauguración del más que mítico trazado madrileño, 50 años del Jarama

El circuito del Jarama ocupa un lugar especial en los corazones de aquellos que hemos podido disfrutar de cualquiera de los eventos celebrados a lo largo del tiempo en sus instalaciones. Debido a mi corta existencia, puede que no sea el más adecuado para hablar sobre este mítico trazado, que se ha ganado, sin duda, un lugar en los libros de la historia de la automoción, pero haré todo lo posible por compartir de la mejor manera mi admiración por el circuito y las sensaciones que en mi despertaron un par de vueltas rápidas sobre su asfalto durante la celebración del Racing Fest.

50 años de historia de uno de los mejores trazados de Europa

Salida de la carrera inaugural en 1967

Inaugurado el 1 de julio del 1967, el circuito del Jarama fue el primero de su especie en el territorio español. Hasta aquel momento, no existía en España ningún otro circuito permanente de velocidad que pudiese albergar carreras durante todo el año. Antes de su construcción, los eventos deportivos de motor que se disputaban en nuestro país tenían lugar en circuitos urbanos, como el de Pedralbes, en Barcelona. Aquel entorno fue el primer circuito español que acogió carreras del mundial de Fórmula 1, concretamente en los años 1951 y 1954, que más tarde sería sustituido por el circuito de Montjuïc, previamente utilizado para el GP de España de Motociclismo.

El diseño de la primera versión del Jarama fue obra del holandés John Hugenholtz, quién también proyectó los trazados del circuito de Zandvoort y de Suzuka, Japón, este último aún incluido en el calendario actual de la F1. La pista tenía una longitud real de 3.432 metros, aunque la cifra homologada por la FIA fue de 3.404 metros, pues era esta la distancia que los vehículos recorrían siguiendo la trazada óptima. Dicho número incrementó hasta los 3.850 m con la inclusión de una chicanne rápida entre la rampa Pegaso y la curva Portago. Las numerosas curvas que componen el esbozado del Jarama hacen de él un circuito muy técnico y muy completo, aunque el ancho de la pista, nueve metros en su zona más estrecha, permite disfrutar de bonitos duelos.

Graham Hill y su Lotus-Ford en 1968

Cuatro meses después de su inauguración, el 12 de noviembre de ese mismo año, se disputó el XV Gran Premio de España de Fórmula 1, una carrera no puntuable para el Campeonato del Mundo, pero en la que participaron eminencias de la época. El podio de aquella carrera pionera lo ocuparon Jim Clark (Lotus-Ford), que ya había ganado la prueba anterior de F-2 el 23 de julio, Graham Hill (Lotus-Ford) y Jack Brabham (Brabham-Repco). Al año siguiente, y esta vez ya con validez para la lucha por el mundial de pilotos, Graham Hill se convertiría, oficialmente, en el primer vencedor en el reciente trazado madrileño, nuevamente montado en su Lotus Ford Cosworth. Los otros dos cajones del podio lo completarían Dennis Hulme, piloto de McLaren-Ford y Brian Redman, en las filas de Cooper-BRM. Lamentablemente, Jim Clark, ganador de la carrera en el año anterior, no participó en esta edición. Meses antes, durante una carrera de Fórmula 2, disciplina en la que también ganó en el Jarama, Clark perdía la vida en un accidente en Hockenheim, Alemania, tras salirse de la pista y chocar contra unos árboles circundantes.

Cada sección del circuito rinde homenaje a diferentes personalidades, competiciones o marcas, como es el caso de la curva Fangio, Le Mans o la rampa Pegaso

Desde la victoria de Graham Hill, el hombre de la triple corona, en 1968 y hasta 1975, el circuito del Jarama y el circuito de Montjuïc albergaron con alternancia el GP de España. La desaparición del calendario del trazado catalán en el año 75 se debió a un grave accidente que puso en tela de juicio los niveles de seguridad de los que disponía el recinto urbano barcelonés. A partir de ese momento, todo el protagonismo se lo llevó la pista ubicada en Madrid, donde los fanáticos que se concentraban en el centro de la península pudieron disfrutar durante 5 años seguidos del espectáculo de la máxima especialidad en las gradas del circuito al que hoy homenajeamos.

Gilles Villeneuve perseguido por Reutemann

El broche final a los grandiosos años de carreras de F1 vividos en el Jarama lo puso Gilles Villeneuve en la última edición del Grand Prix de España en dicho circuito. Cuentan los afortunados que allí estuvieron que pocas veces se han visto persecuciones tan intensas como la vivida aquel día de 1981. Jacques Laffite, John Watson, Carlos Reutemann y Elio de Angelis, 4 lobos furiosos, siguieron la estela del canadiense durante más de la mitad de la carrera que, con un coche muy inferior en agarre, se mantenía delante gracias a un auténtico recital de conducción, contrarrestando con continuos malabarismos en las curvas los trayazos del Ferrari 126C V6 turbo de aquella temporada, sin cometer un solo error. Después de aquel hito de la automoción, el circo de la F1 no volvió a visitar Madrid, ya que los jefes de la FIA determinaron que el circuito era demasiado limitado para la evolución de las carreras modernas.

Otros pilotos de renombre ganadores en el Jarama son Jackie Stewart, Emerson Fittipaldi, Niki Lauda, James Hunt o Mario Andretti, este último con 2 victorias consecutivas

Como curiosidad, la vuelta más rápida jamás registrada en el Jarama la protagonizó el piloto español Marc Gené en el año 2008, con el Ferrari F2007 campeón del mundial de Fórmula 1 durante el evento Martini Legends 2008, con un tiempo de 1:17.282. Gené había estado rodando durante todo el fin de semana con distintos modelos de calle a modo de exhibición, pero nunca con la intención de batir el récord de la pista. En una entrevista que el propio Marc concedió, negó rotundamente que fuese a tratar de marcar el mejor tiempo, pero cuando se subió al F2007 la cosa cambió. No parecen existir grabaciones On-Board de la vuelta de Gené, pero curioseando por YouTube podréis encontrar clips (a una calidad de imagen propia de 2008) del día del evento.

En la actualidad, el circuito del Jarama sigue siendo parte del calendario del Campeonato de Europa de Camiones, de gran atracción popular, al igual que de múltiples eventos nacionales, como el Campeonato de España de GT, que brinda un gran espectáculo en cualquiera de sus ediciones gracias a la participación de marcas como Lamborghini, Ferrari, Porsche u otros fabricantes que diseñan modelos aptos para esta competición, las Mitjet series o el Open de España de Resistencia. 

Reflexión personal: sensaciones desde dentro

Por casualidades de la vida (y gracias a un poco de fortuna) tuve la oportunidad de disfrutar de un copilotaje con José de los Milagros al volante de un Alfa Romeo Giulia QV durante el Racing Fest en el circuito de ya medio siglo de antigüedad. En ese día, se juntaron varios factores. Era la primera vez que me subía a un Giulia, uno de los coches más bonitos, a mi juicio, que se producen actualmente, y era igualmente la primera vez que iba a rodar durante unos minutos dentro del circuito en el cual siempre deseé correr desde que de pequeño, al circular por la autovía ubicada a su lado, veía coches y motos encarar la recta de tribunas a toda velocidad. Por lo tanto, aquella oportunidad era doblemente especial.

Antes de montar en el Alfa, pensé que de aquella experiencia solamente me sorprendería el vehículo. Conocía el circuito, como cualquiera que haya visto alguna vez el diseño del Jarama, ubicaba cada una de las curvas con sus nombres… Pero una vez entramos a pista, después de sentir que me fusionaba con el asiento debido a la aceleración radical del Giulia, mi percepción cambió. Según íbamos enlazando curvas, creía con mayor seguridad que el circuito madrileño debe ser uno de los mejores circuitos de España, y desde luego de Europa -sin entrar a juzgar el nivel de sus instalaciones, que dentro de muy poco estarán a la altura gracias al proyecto de renovación de las mismas que hay en marcha-. Mis primeras impresiones fueron que el Jarama es un circuito con carácter, muy técnico y muy completo, que cuenta con los elementos imprescindibles que encontramos en otros grandes trazados. Virajes lentos, curvas que enlazan con fuertes pendientes, giros rápidos que conducen a otras curvas que requieren de frenadas contundentes y precisas y una recta de una distancia considerable garantizan el disfrute a aquellos que tracen con acierto sus diferentes secciones. Y gracias a la maestría y a la destreza de José, el disfrute fue máximo.

Para finalizar, hablando brevemente sobre el coche que hizo de ese día uno inolvidable, no hay nada en él que me disgustase. La rotundidad con la que su V6 biturbo empuja es digna de cualquier deportivo aligerado diseñado para circuito. Por no hablar del sonido celestial que producen sus 4 salidas de escape y que te envuelve mientras haces fuerza con brazos y piernas para no moverte en exceso tanto como cuando entras en una curva a bastante velocidad como a la hora de frenar para no estropear la trayectoria que su precisa dirección describe. Pocos coches modernos se me ocurren tan emocionantes como el Alfa para disfrutar de un trackday en el histórico circuito del Jarama.

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Sobre el Autor

Miguel Benito

De la capital. Estudiante de ingeniería del automóvil. Convirtiendo los sueños en realidades. Desde pequeño trasteando con todo tipo de cosas que tenían ruedas. Ahora, tengo la oportunidad de hablar sobre un tipo concreto de máquinas apasionantes: los coches.
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