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Prueba: Opel Cabrio. ¿En peligro de extinción?

Eran otros tiempos, días en los que los descapotables de techo duro derivados de compactos eran muy deseados. En España triunfó este concepto y las marcas los vendieron como rosquillas. Años más tarde, en 2013, cuando algunos rezagados seguían ofreciéndose en el mercado, apareció el Opel Cabrio. Sin embargo, Opel lanzó el Cabrio atreviéndose a volver a lo que fueron los descapotables de antaño, los de una época anterior; lo que montaban una capota de lona.

2013 y el Opel Cabrio, o Cascada fuera de nuestro país, llegaba al mercado resucitando el techo de lona y ocupando dentro la gama el nicho que dejó el verano de 2011 el Astra Twin Top. Este nuevo descapotable renunciaba a compartir nombre con el Astra y se apuntaba las diferencias en diseño con el compacto tirando de rasgos del Insignia. Por tanto, como veremos ahora, tenemos un descapotable que por su techo de lona y su combinación de líneas puede presumir de ser muy bonito. Un descapotable equipado a la altura de uno premium y, en este caso, propulsado con un motor gasolina de 200 CV. Un motor 1.6 Turbo que llegaba al Opel Cabrio en agosto de 2015 con alguna que otra novedad más. Con esta actualización se dejaba de comercializar en nuestro país el motor diésel Biturbo de 195 CV.

¡Abramos su capota y veamos que nos esconde!

Exterior

La primera impresión nada más ver el Opel Cabrio está relacionada con el tamaño: «¡Madre mía, es gigante!» Pensé. Se muestra grande e incluso desde dentro da esa sensación, desde el puesto de conducción notas la presencia de una zaga enorme. Con la desvinculación con el Astra, este descapotable ha dejado de ser un derivado de un compacto. Es grande, 4,7 metros de longitud. Lo veo ahí encajonado, en el aparcamiento de Opel España, «¿Cómo demonios lo han metido ahí? Ahora me toca a mí sacarlo…»  Pero lo cierto es que luego, al uso, todo lo que hay líneas más arriba es exageración propia de la primera impresión y del aspecto que generan sus rasgos y su zaga respingona. Para que os hagáis una idea, un Serie 4 Cabrio es solo 6 centímetros más corto. Eso sí, se agradecen los sensores y la cámara trasera a la hora de maniobrar y aparcar.

La deportividad propia del GTC fusionada con la elegancia del Insignia dan a luz a este descapotable. Delante nos mira un frontal parecido al del Astra GTC, que se insinúa agresivo pero sin renunciar a líneas suaves. El capó es musculoso y de él nacen unos nervios que serán los que den vida a los inclinados pilares A.

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Viendo su perfil nos damos más cuenta aún de la combinación de ambos modelos en uno, los cuales han sido perfectamente casados y unidos con una capota de lona que queda perfectamente integrada en la arquitectura de la carrocería.

El Opel Cabrio es una mezcla acertada de Astra e Insignia

La capota de lona puede alardear, sobre los techos duros retráctiles, de ser más ligera y estanca. A mi parecer una capota de lona combina a la perfección la elegancia y la deportividad que se busca al diseñar un descapotable de este estilo. Podemos configurar el Opel Cabrio con una capota de color negro, como la nuestra, marrón o granate. Una capota de este material no requiere ningún tratamiento en especial pero sí que es más que recomendable que el coche duerma en un garaje.

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Se pliega y se despliega en unos 18 segundos (12 segundos si no contamos las ventillas), maniobra bastante rápida, y el Cabrio es capaz de hacer ambas maniobras circulando a una velocidad máxima de 50 km/h. A estas alturas de la película, me sorprendió que desde el mando no pudiese accionar la capota, pero resulta que es un extra.

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¡Ahora el Opel Cabrio está en su salsa!

La parte trasera bien podría ser del coupé derivado del Insignia que nunca llegó. Para mí es uno de los puntos fuertes del diseño de este coche. La zaga, alargada y voladiza, estiliza mucho al coche. El falso difusor con la doble salida de escape, propia de este propulsor turbo, queda realmente bien.

Interior

Nos encontramos con un interior similar al del Astra de la generación anterior. La consola central pertenece a las ya antiguas generaciones de Opel, repleta de botones. No soy partidario de consolas completamente táctiles y con un número de botones que pueden contarse con los dedos de una mano, véase la del nuevo Peugeot 308 que probamos, pero ahora estamos ante el extremo completamente opuesto. En el Cabrio tenemos prácticamente un botón para cada función. Sí, son muchos, pero al menos están bien ordenados y el uso es intuitivo. La navegación entre menús no resulta tediosa y para accionar elementos como el aire acondicionado es más rápido de esta forma. Yo prefiero un término medio entre botones tradicionales y táctiles.

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Se antoja un interior un poco anticuado a lo que estamos acostumbrados ahora, tanto en la gama Opel como en el resto de marcas del mercado. No por aspecto pero sí por instrumentación y gráficos. La pantalla monocromática del cuadro de instrumentos queda muy por detrás de las exigencias del mercado actual. La pantalla de la consola central sí tiene un tamaño aceptable y proporciona una vista agradable y con gráficos buenos. Esta está colocada en una buena posición para poder visualizarla rápidamente mientras conducimos y los botones necesarios para navegar por ella también están en un lugar correcto. La unidad que probamos en nuestro Planeta iba equipada con el nuevo sistema Opel OnStar cuyo funcionamiento os explicamos en un vídeo.

La calidad de acabados es bastante buena, al igual que los ajustes de piezas y botones. Además hay detalles de agradecer comos los pespuntes de los asientos o del volante y salpicadero. Salpicadero que por cierto está forrado en un material muy agradable al tacto. El tacto que proporciona el volante y sus botones también es agradable.

El puesto de conducción, en lo que a espacio y comodidad se refiere, es más propio de un Insignia que de un Astra, nada que envidiar a las berlinas del mercado.

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Los asientos son grandes, muy cómodos y mullidos. Opel rara vez falla en cuanto a ergonomía y comodidad en sus asientos, ya lo vimos incluso al probar el pequeño y urbano ADAM. Los de este Opel Cabrio no iban a ser menos y tras devorar kilometros y kilometros mi espalda no tiene ninguna queja. Muy, muy confortables y con multitud de posiciones y movimientos posibles gracias a su regulación electrica, que no se limita solo a altura y distancia al volante. Están equipados con sistema de calefacción y ventilación, ambos funcionan bien aunque no recomiendo usar la máxima potencia de ventilación; parece una función de masaje, vibra demasiado.

Sea un utilitario, una berlina o un descapotable, Opel siempre nos regala unos asientos de sobresaliente

El acceso a las plazas traseras lo facilitan los asientos delanteros por medio de un desplazamiento eléctrico. El Opel Cabrio cuenta con cuatro plazas reales, y al contrario de lo que pueda pensar cualquiera que no ha visto su interior, en ellas se cabe. Y se cabe perfectamente. Hay espacio suficiente para las piernas y la banqueta es más ancha de lo que cabría esperar. Cuentan incluso con seguridad pasiva para la cabeza. En cuanto a la altura, no hace falta decir que sin techo no tendremos problemas, pero sí que queda poco espacio para la cabeza si circulamos con la capota puesta. Pero no podemos pedirle peras al olmo y que conste que he subido a coupés con menos espacio. Claramente esta habitabilidad de las plazas traseras es un punto muy a favor para este descapotable que se postula como perfecto compañero de rutas en familia, con amigos…

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El concepto descapotable y sistema de audio de alta fidelidad para mí han de ir de la mano. El Cabrio puede presumir de un conjunto de altavoces que suenan fuerte a la par que bien. Un sonido limpio, claro y con gran calidad en los graves. Es perfecto para poder seguir escuchando música con nitidez mientras circulamos sin capota.

Importante en un cabrio es también el sistema de aire acondicionado. El del Opel Cabrio responde a las exigencias propias de ir a techo descubierto en pleno invierno o en verano. Además, como hemos dicho, cuenta con calefacción y ventilación en los asientos delanteros, así como volante calefactable. 

La capota, al ser de lona, roba bastante menos espacio de maletero que el que nos quitaría una capota rígida. Y no solo eso, ese poco espacio también es un pro a la hora de tener más libertad para diseñar la zaga. Se puede lograr más la parte trasera frente a otros cabrios que están castigados por su techo duro, de ahí la bonita terminación trasera de este Opel. El maletero cubica 380 litros que se ven reducidos a 280 con la capota plegada. Estos 280 litros son suficientes para hacer una gran compra o para transportar dos maletas, pero la altura del maletero se ve muy mermada por el espacio que necesita rellenar la capota al plegarse.

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Comportamiento

Propulsado por 200 CV, pero con un peso de 1733 kg., al Opel Cabrio le cuesta mostrarse ágil. Estamos ante un descapotable, sí, pero no un descapotable al que pueda añadirsele el calificativo de deportivo. A pesar de mostrar un aspecto muy dinámico y de gozar de una cifra de potencia alta, hay que dejar claro que el Opel Cabrio no es un coche para exprimir en carreteras de montaña buscando un tipo de conducción que sí puede darnos un GTI, pero es que tampoco lo pretende. De todas formas, no hace falta sentarse en un deportivo para disfrutar conduciendo, ¿no? El Opel Cabrio quiere ser, y para mí lo ha sido, el coche con el que hagas una escapada de fin de semana. Así que, descartando pensamientos de prácticas deportivas con el Opel Cabrio, seguimos con la prueba.

Son 200 CV tranquilos, con un turbo más tranquilo aún; que no tarda en entrar pero que lo hace de manera muy progresiva. Un motor con un carácter suave, relajado. ¡Pero ojo! Que si le pisamos despierta y responde, no hay que olvidar que no son para nada pocos caballos y que contamos con un par de 300 Nm. Cifras que nunca vienen mal para despeinarse un poquito.

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El tipo de palanca de cambios que me encuentro también sería un lastre a la hora de exprimir los 200 CV de este 1.6 Turbo. Sí, lo sabemos, en Planeta del Motor somos muy cabezones con esto. Principalmente por su tamaño y por su pomo, es una palanca que no me deja actuar con la rapidez y agresividad propias de una conducción deportiva. Si bien, es una palanca muy agradable al tacto y con ajustes buenos en los movimientos.

El Opel Cabrio está concebido para hacerte disfrutar de las mejores rutas con el cielo por sombrero

El nivel de confort en cualquier tipo de carretera es muy alto. Aunque a velocidades altas sean perceptibles los cambios de apoyo, goza de buen aplomo y el balanceo es inexistente. Su suspensión, similar a la del Astra GTC, es cómoda, blanda pero con poco recorrido y con tres modos de dureza: el normal, el «Sport» y el «Tour», no obstante el cambio de esta es prácticamente imperceptible. Esta unidad no porta las llantas de aleación de 20″ y de perfil bajo (que a mí personalmente me encantan), las que monta, que no son de perfil bajo, combinadas con la suspensión no son capaces de filtrar perfectamente irregularidades y rugosidad del terreno. Esto me hace pensar que este pequeño punto negativo puede aumentar si llevamos las llantas que pondría un servidor.

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Es muy noble de reacciones aunque echo en falta rapidez en estas, todo por las características de su dirección y por su peso. El paso por curva es bueno y el volante, aparte de proporcionar una sensación agradable, permite guiar bien al coche. Gracias a que sus reacciones no son explosivas ni extremadamente rápidas, estamos ante un coche que es predecible. Premio para Opel porque no se nota esa falta de torsión y flexión que es difícil encontrar en descapotables de este tipo y más con este tamaño. Y es que en Opel han conseguido aumentar la rigidez a la torsión y a la flexión en un 40% y 27% respectivamente si tomamos como referencia al Astra Twin Top.

El Opel Cabrio está tan desarrollado pensando en el confort de marcha que se ha conseguido un descapotable en el que las corrientes de aire no afectan en exceso al habitáculo. A alta velocidad, e incluso sin hacer uso del deflector que inhabilita los asientos traseros, se circula cómodamente sin que el aire sea excesivamente molesto. No aturulla, no despeina y permite hablar con los acompañantes sin elevar la voz. Si montamos el deflector impedimos la llegada a las plazas delanteras de las corrientes y los vortex de aire que se forman en la estela y conseguimos menos flujo de aire molesto.

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Si bien es cierto que la cifra de potencia puede antojarse golosa, desde mi punto de vista el Opel Cabrio podría estar servido con los 170 CV que nos ofrece la motorización diésel. Evidentemente notaremos la diferencia entre las dos motorizaciones, pero el Cabrio adquiere más sentido cuando puede proporcionar consumos inferiores a los 6 litros cada 100 kilometros. Estamos ante un coche para escapadas, rutas, etc. Los 200 CV alimentados con gasolina se disfrutan pero no proporcionan una potencia disparatada, por lo que tampoco es un disparate bajarnos a nivel inferior de potencia y pasarnos al diésel. Habiendo probado esta motorización y viendo lo que es capaz de hacer el Cabrio y cómo se comporta, creo que los 170 CV diésel son adecuados para su uso y agradeceremos las cifras de consumo. Así a priori, el inconveniente que se me ocurre al recurrir a la opción diésel puede ser el sonido del propulsor. La motorización que nosotros probamos anuncia un consumo medio de 6,8 l/100 km, nosotros durante una semana probandolo en todo tipo de carreteras y entornos, y bajo diferentes rangos de conducción estuvimos haciendo unas medias entorno a los 8 litros. Es un coche tragón, incluso a velocidad de crucero en carretera.

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Se agradece el rápido proceder de la capota y que pueda continuar su plegado y desplegado yendo en marcha. Se agradece en casos como el del día de nuestra sesión de fotos, en el que el cielo decidió regalarnos un chaparrón. La capota aporta un nivel de insonorización muy bueno y no he notado crujidos o ruidos raros. A nivel general el Opel Cabrio está muy bien insonorizado del ruido que produce el aire o la rodadura.

El sonido que producen los escapes es bonito, se funde muy bien con el soplado del turbo y se cuela a propósito en el habitáculo. Tiene el volumen adecuado para no molestar pero sí acompañar a la conducción. En las aceleraciones se hace muy notable y más cuando circulamos a cielo descubierto, es agradable escucharlo detrás nuestra. Quizá las notas al subir de vueltas sean algo planas y con falta de musicalidad, al igual que pasaba con el Opel Adam S, pero en este caso no es tan criticable por el concepto de coche ante el que estamos. Me gusta la notoria sonoridad del turbo que le da un toque muy especial al sonido que nos ofrece el coche, punto muy importante si tratamos con un descapotable.

Conclusiones

El Opel Cabrio parte de un precio de 28.600 €. Nuestra unidad, con prácticamente todos los extras disponibles en el configurador, se sitúa en los 36.880 €.

Sus dimensiones y habitabilidad abogan por enfrentarlo al BMW Serie 4 Cabrio o al Audi A5 Cabrio, más que a un descapotable derivado de un compacto como puede ser el A3 Cabrio. Y sí, es necesario irse a marcas premium porque si echamos un vistazo al mercado actual vemos como ya ninguna marca generalista sigue vendiendo sus descapotables. Si nos encontrásemos en el panorama de hace algunos años, por inercia, el Cabrio competiría con el 308 CC, el EOS o el Renault Megane Coupé-Cabriolet. En esta situación, este Opel si sería una opción cara. Ahora que se ha quedado solo es cuando nos damos cuenta de que en realidad, si buscamos una opción asequible, está en condiciones de competir contra los descapotables de un segmento superior, como son los que hemos nombrado al principio de este párrafo. Así, el Opel Cabrio puede codearse con sus ahora rivales presumiendo de un precio mucho menor y permitiéndonos seleccionar gran cantidad de extras, sin llegar siquiera al precio base de estos. Eso sí, a mi modo de ver, el Opel Cabrio comienza a estar un poco anticuado en cuanto a instrumentación e interfaz: consola central, pantalla de información del cuadro de instrumentos, etc. Hecho que puede ponerlo en una situación comprometida. Es un poco injusto para el Opel Cabrio compararlo con rivales de la talla del BMW Serie 4 Cabrio, sí. No pueden estar al mismo nivel. Y es que el Opel Cabrio en realidad está en tierra de nadie y eso, para mí, es sinónimo de personalidad.

En resumen, el Opel Cabrio es una muy buena opción dentro del mercado de descapotables. Es cierto que una unidad así, cargada de extras empieza a bailar sobre cifras prohibitivas si lo que buscamos es un descapotable asequible. Pero, en lo que parecen los últimos compases del Opel Cabrio en el mercado, los descuentos han aumentado y puede ser buen momento para hacernos con este gran descapotable en todos los sentidos.

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La pregunta que tenemos que formularnos ahora es: ¿Será el Opel Cabrio el fin de una etapa que no ha llegado a cuajar? o ¿será el elegido para encaminar de nuevo la era de las capotas de lona? Si lo correcto resulta ser lo segundo, Opel tiene su cometido bien resuelto con el Cabrio. Por tanto, un faceflit con una actualización de su interior y su tecnología, o una nueva generación, podría pegar muy fuerte y tomar las riendas de un mercado que ahora mismo ha vuelto a dormirse. Esperamos que al Opel Cabrio aún le queden más rayos de Sol de los que disfrutar, y nosotros de ellos con él.

Agradecimientos fotografía: Luhma Martin Rábade 

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Sobre el Autor

Rafa Rivera

A décimas de segundo de ser Ingeniero Aeroespacial. Nací en Córdoba y me crié entre un Escort y un Fiesta SuperSport. Enfadado con el mundo desde que en mi casa se compró un Ford Ka. Mi cabeza es una base de datos de coches, y solo coches, en constante actualización y estoy aquí para compartirla contigo.

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