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El curioso porqué de la existencia de un Porsche 959 cabrio

Por desgracia no llegó a tiempo al Grupo B y tampoco, debido a la coyuntura, pudo lucirse en el Grupo S. Aunque luego Porsche pudo exprimirlo en el Dakar y otras competiciones, quizá si se hubiese codeado con las máquinas más asombrosas de la época hubiese recibido más reconocimiento aún del que tiene. Hablamos del Porsche 959, el cual fue desarrollado por la marca de Stuttgart para competir en el apasionante y descabellado Grupo B.

El Porsche 959 fue lanzado al mercado en 1986, en una década en la se podía esperar cualquier deportivo menos este. El 959 no tenía rival en cuanto a prestaciones, pero menos en cuanto a tecnología. Contaba con un motor sacado de la competición y un increible sistema de tracción total (PSK), todo ello montado sobre Kevlar, magnesio, aluminio, aramida y Nomex. Toda una revolución. Además de otros avances tecnológicos con los cuales se nos quedaría corto este artículo.

El Porsche 959 fue el profeta de los superdeportivos actuales

Para que naciese (y volviese a nacer) el cabriolet que nos trae hoy hasta aquí hemos de remontarnos hasta 1987. El afortunado piloto de Porsche y propietario de un 959, Jürgen Lässig, no tuvo tanta fortuna el día en el que sufrió un accidente circulando a unos 225 km/h por la Autobahn. El piloto alemán, en cuyo palmarés figuran carreras a lomos de los fantásticos 956 o 962C, impactaba con un Audi 80 dejando al 959 en estado de siniestro total.

Probablemente este sea el nivel más extremo del famosos refranes: «No hay mal que por bien no venga» y «A grandes males, grandes remedios». La compañía Auto Becker compró el malogrado superdeportivo y decidió restaurarlo. Debido al lamentable estado del techo a causa del vuelco durante el accidente, decidieron suprimirlo y hacer del 959 un convertible.

El resultado fue un One-off que se expuso en el Salón Internacional de Frankfurt y que fue adquirido por un coleccionista americano por el valor de tres millones de marcos alemanes de la época. Lo que viene a ser más de un millón y medio de euros actual.

Auto Becker dejó la mecánica original, por lo que el motor bóxer turboalimentado de 6 cilindros, 2.9 litros y 450 CV se quedó en su sitio. Unos números que combinados con las cifras del peso, 1.450 kilogramos, hacen un 0-100 km/h en 3,9 segundos y una velocidad punta de 317 km/h.

Lo último que se sabe de esta unidad es que fue puesta en venta la pasada primavera por ADR Motorsport con solo 8.100 kilómetros en su odómetro. Se vendía con su techo duro en una caja, con lo que se mantiene la posibilidad de vestir este 959 con él.

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Sobre el Autor

Rafa Rivera

A décimas de segundo de ser Ingeniero Aeroespacial. Nací en Córdoba y me crié entre un Escort y un Fiesta SuperSport. Enfadado con el mundo desde que en mi casa se compró un Ford Ka. Mi cabeza es una base de datos de coches, y solo coches, en constante actualización y estoy aquí para compartirla contigo.

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