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Siéntete como Burt Rynolds en ‘Los Caraduras’ a bordo de este Pontiac Firebird Trans Am SE totalmente nuevo

A finales de la década de los 70, el Pontiac Firebird Trans Am se popularizó en Estados Unidos como uno de los muscle cars más deseados entre los amantes de los coches. Gran parte de la culpa de que esto sucediera la tuvo Burt Reynolds, que a bordo de este modelo protagonizaba la película ‘Smokey and the Bandit’ (1977), traducida al español como ‘Los Caraduras’. En la cinta, el bueno de Reynolds lograba distraer una y otra vez a la policía en su potente Trans Am, mientras su colega transportaba cerveza ilegalmente de un estado a otro.

Este Pontiac Firebird Trans Am SE, idéntico al que utilizó Burt Reynolds en la gran pantalla, refleja tan sólo 104 kilómetros en su marcador

La curiosa historia que hoy nos ocupa tiene que ver con uno de estos clásicos deportivos americanos. A finales del 78, un joven de dieciocho años de Detroit llamado William Leland III, se encaprichó de este icónico modelo de Pontiac. ¿Cómo podía un mero adolescente permitirse un modelo de estas características? La respuesta tiene que ver con sus orígenes familiares. Leland III era el sobrino-nieto de Henry Leland, fundador de las dos marcas más populares de Estados Unidos: Cadillac y Lincoln. La vena petrolhead la hereda de su padre, un coleccionista de coches que trabajaba en un concesionario de Pontiac de Massachusetts. Después de un tira y afloja con éste para poder costear el vehículo, Leland III finalmente obtuvo su deseado Firebird Trans Am SE por 10.000 dólares.

La obsesión de Leland III por preservar el coche en perfecta condiciones llegó hasta tal punto que, cuando el Trans Am SE llegó al concesionario, se negó a que lo registraran para no tener que taladrar los paragolpes para instalar los portamatrículas. Leland III pidió unas placas provisionales por si necesitaba moverlo en algún momento. No han faltado mimos y cuidados para este coche que, se puede decir, ha llevado una vida contemplativa. Después de casi 40 años, el deportivo americano ha sido conducido en contadas ocasiones y refleja tan sólo 65 millas (104 kilómetros) en su marcador. El coche quedaría en manos del padre después de que el propietario falleciera por un cáncer a los 42 años. Siendo fiel a los deseos de su hijo, Leland II lo ha guardado en su garaje hasta hoy.

El coche mantiene todas sus piezas y componentes originales. Como podemos ver en las imágenes, hasta se mantienen las pegatinas sobre la ventanilla del copiloto que detallan el equipamiento del automóvil. Recordemos que este Firebrid Trans Am de segunda generación monta un motor V8 de 6.6 litros y 200 CV asociado a una caja automática de tres relaciones. Teniendo en cuenta que estamos ante un coche de finales de los setenta, nos sorprende su moderno equipamiento: aire acondicionado, frenos de disco en los dos ejes, dirección asistida y una suspensión opcional WS6. La imagen característica del deportivo se mantiene intacta. Su color Starlight Black combina con numerosos detalles en dorado por toda la carrocería, sin olvidar el llamativo Fénix dibujado sobre el capó. Otros de los dos elementos que destacan en este coche son el famoso techo T-Top con paneles transparentes y unas preciosas llantas de 15″ Snowflakes también en color oro.

Bajo su característica pintura Starlight Black, el Trans Am monta un poderoso motor V8 de 6.6 cilindros y 200 CV de potencia

El concesionario estadounidense RK Motors, especializado en clásicos y restauraciones, tiene colgado un anuncio en su página web en el que podemos apreciar el excelente estado de forma del coche. Para quién, después de conocer la historia de este mimado Pontiac Firebird Trans Am SE, se esté preguntando cuánto tiene que preparar para hacerse con este bandido del asfalto, su precio de venta es de 160.000 dólares (136.000 euros).

Fuente: Motor Authority

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Sobre el Autor

Javier Jiménez

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