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Pablo Escobar, un declarado adicto a las carreras

Pablo Escobar carreras

Hoy os traemos una de esas curiosas historias del mundo del motor que bien podrían formar parte de un guión de cine. Nuestro protagonista no es otro que uno de los narcotraficantes más ricos y temidos de la historia: Pablo Escobar. En 1987 el de Rionegro fue considerado por la revista Forbes como el séptimo hombre más rico del globo. Como bien sabemos, el negocio de la cocaína proporcionó al colombiano una vida cargada de lujos y excesos sostenida por un sinfín de episodios criminales y actos delictivos.

La gran afición de Pablo Escobar por el mundo de la competición automovilística llevó al colombiano a participar en varias carreras celebradas en Sudamérica

La figura de Pablo Escobar ha dado lugar a numerosos libros, series y películas que nos cuentan con todo detalle las ‘hazañas’ del narco. Hoy queremos pararnos para hablar de una de las facetas menos conocidas del Patrón del Mal: las carreras de coches. Mucho antes de la Hacienda Nápoles, de enterrar fardos de billetes en la selva y de fundar el Cartel de Medellín, el colombiano ya era un loco del mundo del motor. Su afición por la velocidad y su buen hacer al volante le llevarían a competir en varias pruebas automovilísticas.

Pablo Escobar carreras

Las andaduras del colombiano como piloto de carreras darían comienzo en el año 1979, poco tiempo después de salir de la cárcel. Animado por su primo Gustavo Gaviria, Escobar debutaba el 25 de febrero de 1979 en la primera prueba de la Copa Renault 4, celebrada en el circuito de Tocancipá, Bogotá. Pablo competiría en la categoría de novatos con su propia escudería patrocinada por Bicicletas Ositto (empresa de la que era dueño su hermano Roberto Escobar) y Depósitos Cundinamarca. El Renault 4 de Escobar, de color blanco, portaba el número 70 y como no podía ser de otra forma, contaba con los mejores componentes del mercado y repuestos prácticamente ilimitados.

Despreocupado por los costes monetarios, Escobar montaría en 1979 su propia escudería para participar junto a su primo Gustavo Gaviria en la Copa Renault 4

El dinero que Pablo comenzaba a generar de forma ilícita y su fama como ladrón de coches hizo que muchos de los competidores cuestionasen las habilidades del colombiano. Sin embargo, nadie se atrevía a manifestar nada porque, de alguna u otra manera, la mayor parte de los pilotos y equipos estaban relacionadas con la red del narcotráfico. Tanto es así que El Patrón incluso bromeaba con rebautizar la competición bajo el nombre de ‘Coca Renault’. Después de seis carreras, Escobar ocupaba el segundo puesto en la clasificación general del campeonato, justo por detrás del un consagrado Alvaro Mejía. Durante este año los anuncios publicitarios de la Copa Renault 4 se vieron multiplicados en la prensa local bajo el lema ‘‘Emoción, velocidad, gente IN’’. La astucia del antioqueño le hizo servirse de su influencia para mantener contentos tanto a los organizadores como a los asistentes de las pruebas que incluso recibían invitaciones para sus fiestas privadas. Finalmente y tras no disputar las últimas pruebas del campeonato, Escobar terminaría en cuarta posición. A pesar de no llegar a lograr un brillante éxito deportivo en la Copa, Pablo afianzó sus lazos con los hermanos Ochoa y Gonzalo Rodríguez Gacha ‘El Mexicano’.

Pablo Escobar carreras

Según narra el escritor Luis Cañón M. en su libro ‘El Patrón. Vida y muerte de Pablo Escobar’, el colombiano solía fumar antes de cada carrera ‘‘dosis moderadas de marihuana para activar su percepción, sus sentidos y su nivel de concentración». La normativa antidoping era un concepto inexistente por aquella época, por lo tanto el consumo de estupefacientes se convirtió en uno de los rituales previos a las carreras para el narco.

Sin olvidar en ningún momento su amor por el Renault 4, Escobar adquirió un Porsche 911 RSR IROC de 1974 que fue pilotado por el mismísimo Emmerson Fittipaldi

Pero pronto el motor del Renault 4 se quedaría pequeño para Pablo Escobar y fijaría su mira en otras carreras de Sudamérica patrocinadas por Marlboro, así como en la subida de montaña de Trepadores a Las Palmas o el Circuito Mejía de Bogotá. En este mismo coche, tal y como podemos ver en la serie Narcos, Escobar inició sus primeros ‘viajes de negocios’ entre Colombia y Ecuador. Los 3.000 kilómetros de distancia no supondrían problema alguno para el pequeño y guerrero R4. La decisión de llevar este coche hasta Lima no fue un hecho al azar. Sus defensas eran lo suficientemente amplias como para esconder en cada una unos cuatro kilogramos de pasta de cocaína más uno adicional en otro compartimento situado sobre el tanque de combustible. Los buenos resultados de estas travesías enseguida llevaron a Escobar a ampliar su flota de Renault. Buscando un extra de potencia y velocidad el colombiano compraría un Porsche 911 RSR IROC de 1974 con una bonita historia a sus espaldas.

Pablo Escobar carreras

En esta misma unidad el piloto brasileño Emerson Fittipaldi disputaba el primer IROC ( International Racing of Champions), un campeonato disputado en Estados Unidos que reunía a los mejores pilotos de diferentes disciplinas. Se fabricarían tan sólo quince unidades de este Porsche, doce para correr en la pista y tres de apoyo. Tras esta competición el coche pasaría a manos de otros pilotos y participaría en alguna que otra carrera más como en las 24 Horas de Daytona. Escobar, enamorado del motor bóxer de 3.0 litros y 315 CV de su nueva máquina, daría rienda suelta a sus habilidades al volante en varias pruebas por Sudamérica. Y ya que como todos sabemos el dinero no suponía ningún problema, Pablo invirtió unos cuantos billetes en reconvertir su 911 en un 935 con los colores clásicos de Martini Racing sustituyendo su carrocería. A bordo de este coche El Patrón protagonizaría un bonito pique junto al laureado piloto Ricardo Cuchilla Londoño (muy amigo de los hermanos Ochoa) en la carrera de Medellín al Alto de Las Palmas. Londoño, muy seguro de si mismo, apostó una gran cantidad de dinero a que terminaría la prueba con al menos quince segundos de ventaja sobre Escobar. Pero ese día Pablo tendría la suerte a su favor y cruzaría la meta a sólo ocho segundos de su contrincante.

Pablo Escobar carreras

Con el paso de los años, la agitada vida de Pablo Escobar le terminaría apartando de los circuitos. En los 80, los conflictos armados se multiplicaron y los intereses políticos del colombiano le llevaron a centrar su atención en otros asuntos. Por el camino perdimos a un piloto dispuesto a lo que sea por destacar tanto dentro como fuera de la pista. Quién sabe de hasta dónde hubiese sido capaz de llegar el colombiano de no haber elegido el camino que todos conocemos. Mentalidad ganadora no le faltaba.

Fuentes:

‘El Patrón. Vida y muerte de Pablo Escobar’ de Luis Cañón M. Editorial: Planeta.

Documental: Los archivos privados de Pablo Escobar (2004) de Marc de Beaufort, Divina Producciones.

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Sobre el Autor

Javier Jiménez

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