Fernando Alonso lo ha vuelto a hacer. Nos ha vuelto a ilusionar. Durante más de un minuto y medio, ni la fiabilidad ni la falta de potencia de su McLaren-Honda preocupaban en absoluto. No habÃa nada que perder, ni tampoco que ganar. Y desafiando incluso al semáforo, Alonso volvió a demostrar que ni sus dos campeonatos del mundo fueron casualidad, y de igual manera,  que su fama de ser uno de los mejores pilotos de la parrilla tampoco le viene grande.
Otro relato más para los libros de Historia
TranscurrÃan los minutos de la primera sesión de calificación del Gran Premio de Silverstone. Una ligera lluvia muy británica habÃa humedecido la pista al comienzo de la sesión, por lo que las condiciones distaban de ser óptimas. Incluso vimos la bandera roja hondear en cierto momento debido al abandono que Daniel Ricciardo protagonizaba tras un fallo en la unidad de potencia de su monoplaza, que por cierto, hablando del piloto australiano, en los dos últimos años no se habÃa perdido ninguna Q3 (un buen dato que habla bien de su rendimiento en la F1). Estaba claro que en esas condiciones, el neumático a elegir era el intermedio, suficiente para evacuar con eficacia la fina capa de agua que recubrÃa el asfalto del circuito británico, aunque desde los comienzos de la sesión, pilotos como Esteban Ocon o Sergio Pérez, ambos de Force India, apostaban por montar compuestos de seco. Tras ver sus tiempos, era evidente que no era el momento de montar dichas gomas.
La tabla se iba rellenando, con alguna que otra sorpresa entre las primeras posiciones, aunque ciertamente habitual en fines de semana pasados por agua. Alonso, a falta de 5 vueltas de la manecilla larga del reloj, no habÃa registrado ningún buen tiempo, que sà habÃa hecho su compañero, Stoffel Vandoorne, que rondaba entre las 10 primeras posiciones. Siendo realistas, cualquier intento de Alonso serÃa en vano, puesto que caÃa sobre él una sanción de 30 puestos en la parrilla definitiva, de modo que sà o sÃ, ocuparÃa la última posición. Pero nada impedirÃa que el asturiano probase fortuna para garantizarse un puesto en la Q2 y se volviese a sentir grande de nuevo.
A pesar de saber que una sanción de 30 puestos le harÃa salir último, nada pudo evitar que Alonso volviese a sentirse como un campeón de nuevo
Y se acercaba el momento de la verdad. Alonso salÃa del garaje, con los neumáticos de la franja verde -los intermedios-. Durante su vuelta rápida, sus parciales parecÃan buenos, signos de que la pista se iba secando, y justo antes de encarar la última curva, sucedÃa algo inexplicable. Alonso se dirigÃa al box, abortando por tanto su intento de vuelta. Pero mientras se aproximaba a la zona del pit de su equipo, saltaba en pantalla el icono que anunciaba una comunicación por radio entre Fernando y su ingeniero en el muro. Entre exclamaciones, Alonso decÃa que la pista estaba preparada para correrse con gomas slick. Por si cabe alguna duda, dicha conversación habÃa tenido lugar unos cuantos segundos antes, pero debido a que los mensajes son filtrados, se nos mostraba en ese momento. Acto seguido, veÃamos como los mecánicos de McLaren paraban el coche de Alonso en frente del garaje, y como si de un pit-stop de carrera se tratase, cambiaban con agilidad las ruedas del coche número 14.
Todas las miradas se centraban en el cronómetro, que parecÃa marcar una cifra insuficiente como para que Fernando cruzase la lÃnea de meta a tiempo para poder realizar su vuelta lanzada. Durante la vuelta de preparación del asturiano, la realización se centraba en el resto de pilotos que aún quedaban en pista, y que cerraban ya su actuación en la primera de las tres rondas calificatorias. Pero de repente, a falta de 12 segundos para el final, Alonso recuperaba el protagonismo de la emisión, con tan solo dos curvas por delante. La tensión era real en el cuerpo de aquellos que estábamos a punto de presenciar una bonita hazaña.
El bicampeón del mundo cruzaba la lÃnea de cronometrado cuando el reloj virtual marcaba 0 minutos y 0 segundos para el final de la sesión. El semáforo, a 134 metros de distancia, estaba aún en verde, por lo que, según los códigos de la FIA, habÃa rebasado dicha lÃnea dentro del margen legal. Instantes después, las luces verdes pasaban a ser rojas. Tras un par de virajes, en una nueva comunicación por radio, Alonso sugerÃa que habÃa rebasado la lÃnea a tiempo. Si sus superiores le hubiesen negado esto, probablemente habÃa dado igual, porque Fernando ya estaba volando, dentro de lo posible, en el viejo Silverstone. El agarre del monoplaza no era ni mucho menos el mejor. ExistÃa ya un carril seco, pero solo en ciertas secciones del circuito, y si la acumulación de agua era superior a lo que sus neumáticos pudieran admitir, acabarÃa fuera de la pista. Dos trayazos a la salida de un par de curvas nos dejaban al borde del infarto, pero Alonso, tirando de maestrÃa, supo corregir brillantemente los desvarÃos del McLaren. Cifras en verde aparecÃan al lado del cronómetro que marcaba al español, vaticinando el éxito.
El bicampeón del mundo cruzaba la lÃnea de cronometrado cuando el reloj virtual marcaba 0 minutos y 0 segundos para el final de la sesión. El semáforo, a 134 metros de distancia, estaba aún en verde
Y asà ocurrió. Por primera vez en mucho tiempo, el número 14 y las iniciales ALO subÃan a lo más alto de la tabla, dejando en posiciones inferiores a gente como Verstappen y Hamilton. El público asistente, instantes después de conocer el resultado, estallaba de júbilo celebrando la primera posición de McLaren, escuderÃa local, y de Alonso, al final de la Q1, como podéis ver en el vÃdeo que más abajo os dejamos.
Reflexionando un poco, es más que posible que con el compuesto de lluvia intermedio Fernando hubiese podido pasar el corte, pero pudiendo ser el más rápido durante un breve periodo de tiempo, ¿por qué no hacerlo?. Y sÃ, también es más que cierto que a Alonso le sirvió de poco de cara al comienzo de la carrera del domingo, puesto que no pudo pasar a la Q3, pero tanto para él como para aquellos que llevamos sufriendo varios años por ver a un piloto de su talla no triunfar, fue una buena dosis de alegrÃa. Acciones como ésta son un gran sÃntoma de la ambición de victoria que aún reside dentro de Fernando, y que deseamos que algún dÃa se materialice en un trofeo y en unos cuantos puntos para el mundial de constructores. Pero hasta que ese dÃa llegue, seguiremos disfrutando con pequeñas perlas como la del dÃa de hoy que engrandecen aún más su leyenda.
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Miguel Benito
De la capital. Estudiante de ingenierÃa del automóvil. Convirtiendo los sueños en realidades. Desde pequeño trasteando con todo tipo de cosas que tenÃan ruedas. Ahora, tengo la oportunidad de hablar sobre un tipo concreto de máquinas apasionantes: los coches.Sorry no comment yet.