Si sueles frecuentar webs como la nuestra, donde ya habrás visto que acostumbramos a desempolvar viejas historias ya olvidadas que apenas han visto la luz, como los múltiples artÃculos del Grupo B  o la peculiar anécdota de un Ferrari Dino que apareció enterrado en un jardÃn, puede que hayas oÃdo hablar de uno de los Lamborghini más singulares de todos los tiempos. Surgido de la necesidad de rescatar a la marca italiana de unos muy malos años, el Lamborghini LM002 fue pensado bajo el intento de convertirse en un vehÃculo militar para el ejército de los Estados Unidos que poco después evolucionó para su comercialización. Y hoy, a propósito de la próxima llegada del Lamborghini Urus, venimos a contarte el breve paso del predecesor del nuevo SUV italiano por una de las pruebas más excepcionales del mundo de los rallies, el Paris Dakar.
Una bestia con corazón V12 y frenos traseros de tambor, pura esencia Lamborghini
Comencemos introduciendo a nuestro protagonista. Dentro de la larga lista de modelos que Lamborghini ha fabricado a lo largo de su historia, el LM002 destaca, y con honores, de entre todos los vehÃculos salidos de la fábrica de Sant’Agata. A pesar de que su aspecto exterior hace que muchos, guiados por su instinto y por el prejuicio de que dicha marca italiana sólo comercializaba deportivos (y tractores previamente) que no saben qué es duden de si realmente se trata de un Lamborghini, múltiples caracterÃsticas comunes en algunos de sus primos certifican su naturaleza.
El detalle más relevante de este «supertodoterreno» (por denominarlo de alguna forma) es el motor que lo impulsa. No es otro que el mismo V12 de 5,2 litros que la cuarta versión del Countach montaba, a partir de la cual se implementaron las cuatro válvulas por cilindro, aspecto que queda reflejado en las siglas 5000 Quattrovalvole -QV abreviado- que acompañan al mÃtico apellido del deportivo. En el mercado europeo, el V12 del LM002 contaba con seis carburadores Webber coronando el gran bloque motor, pero para los 60 vehÃculos que se comercializaron en los Estados Unidos se decidió montar la inyección directa del mismÃsimo Diablo, siendo ésta una de las diferencias entre los modelos de ambos mercados. Parachoques cromados, llantas OZ de aluminio y algunas mejoras en el interior terminaban de establecer la fina lÃnea entre las dos versiones.
Foto de Top Gear
Las cifras de las que el Lamborghini presumÃa son comparables con las de un deportivo con la misma masa que un Land Rover Discovery cargado hasta los topes, muy en concordancia con lo que era este LM002. Unos 460 CV a 6800 rpm, 500 Nm de par motor, aproximadamente 30 litros por cada 100 km de consumo, 250 km/h de velocidad de punta y un muy poco impresionante 0 a 100 en casi 8 segundos, que por otra parte no es de extrañar si, nuevamente, tenemos en cuenta sus 2.700 kg de peso. Y como última curiosidad, no está de más saber que entre sus dos depósitos de gasolina el LM002 era capaz de portar 290 litros de combustible. Imaginad un viaje largo con semejante tanque…
Cifras de un deportivo enmascaradas en un todoterreno: sólo Lamborghini podrÃa haberlo hecho posible
Pero este LM002 tenÃa algo más, ciertos detalles especiales que al oÃr de ellos por primera vez te hacÃan sospechar de que, efectivamente, aquel coche sobre el que estabas escuchando hablar tenÃa que ser sà o sà un Lamborghini. Detalles como que a pesar del V12 y de sus 2700 kg de masa, la marca de Sant’Agata no dio el paso al frente de montar, al igual que en el eje delantero, frenos de disco, sino que se quedó estancada en los frenos de tambor. O que la radio estaba montada en el techo, en la parte delantera del habitáculo, pero en una posición que imposibilitaba la visión de dicho aparato por parte del conductor. O como la posibilidad de que en el LM002 cupieran ocho personas a bordo, cuatro en el habitáculo sentados en comodÃsimos backets forrados de piel y cuatro en los asientos de la parte trasera. Y como no mencionar la infinidad de botones que encontrábamos en la consola central, muchos de los cuales también estaban fuera de la vista del conductor, otros venÃan marcados con sÃmbolos ininteligibles y otros, simplemente, carecÃan de función.
Fotos de Road and Track
Para que comprendáis mejor a qué nos referimos con la «esencia Lamborghini», todas estas y muchas más caracterÃsticas incomprensibles en Lamborghini que se podÃan ver en este LM002 vienen analizadas en una estupenda «video review» que destripa de arriba a abajo todos los entresijos del primer SUV de Lamborghini, y que os servirá como entrante para la historia que contaremos a continuación. Si el inglés no es vuestro fuerte, los subtÃtulos generados automáticamente por la plataforma os pueden servir de ayuda.
Una puerta abierta a la competición
Desde el principio de los tiempos de la marca italiana, Ferruccio Lamborghini, su fundador, se mantuvo siempre firme ante su polÃtica de alejamiento de la competición. Mientras otras marcas rivales crecÃan y se desarrollaban bajo el gran manto de las carreras, Lamborghini fue partidario de no involucrar a sus deseadÃsimos Toros en ningún tipo de prueba. Tal vez por el miedo a la derrota o por la falta de presupuesto que la empresa sufrÃa continuamente, lo cierto es que Ferruccio no invirtió ni una sola lira en el desarrollo de un modelo de competición, aunque lo que sà que no pudo evitar fue que algunos equipos privados que carecÃan del apoyo de la fábrica se hicieran con algún Miura o algún Islero, dos de los modelos clásicos de la compañÃa, para trastear con ellos y sumarse a las categorÃas del momento.
Foto de Petrolicious
En el año 1973, después de perder un contrato millonario que dejó a «Automobili Ferruccio Lamborghini» al borde de la quiebra y tras vender parte de la empresa, Ferruccio abandonó definitivamente el proyecto por el que tanto luchó, dejándolo en manos de Georges-Henri Rossetti y de René Leimer, los principales asociados. Tras un par de gobiernos breves y poco beneficiosos, los hermanos Mimran llegaron al despacho ejecutivo de la compañÃa para quedarse por un tiempo. Esto ocurrió en 1980, pero hasta 1984 la compra por parte de los hermanos, iniciados en el mundo financiero con una empresa agroalimentaria, no se efectuó. Durante estos años se cocinaba el desarrollo del LM002, con el fin de adjudicarse el contrato que el Ejército de los Estados Unidos ofrecÃa para renovar sus vehÃculos militares, y que terminó por llevarse AM General con su Humvee. Y, finalmente, el Lamborghini Militare 002 fue presentado en 1986 en el Salón del Automóvil de Bruselas.
El LM002 evolucionó de un vehÃculo de tipo militar a todoterreno de lujo, y contó con una unidad muy prestacional preparada para rally
La llegada de los hermanos Mimran traerÃa consigo una muy necesaria revolución a Sant’Agata Bolognese. Patrick y Jean-Claude trataron de relanzar a la compañÃa gracias a una nueva y más juvenil perspectiva, dentro de cuyos planes estaba inscribir un equipo oficial en alguna de las competiciones que se llevaban a cabo durante esos años. Debido al brutal crecimiento que vivieron la gran mayorÃa de las categorÃas de rallies, parecÃa el momento oportuno para debutar en una de las más grandes pruebas: el Paris-Dakar. Y, evidentemente, el único modelo que se comercializaba por aquel entonces y que parecÃa ser capaz de sobrevivir a las durÃsimas etapas que escondÃa el continente africano era el LM002.
De las aproximadamente 328 unidades que Lamborghini anunció que fabricarÃa en total (la cifra concreta resulta difÃcil de conocer, pues según se dice, Lamborghini pudo haber mentido sobre el número total de LM002 fabricados debido a la mala racha económica que la marca atravesaba), tres de ellas fueron elegidas a lo largo de los años siguientes para representar a la marca en competiciones off-road. El primero de los chasis elegidos fue el HLA12027, y sobre él comenzaron los exhaustivos trabajos de adaptación para capacitarlo para el primer intento de dominar el Paris-Dakar. Lo primero que se hizo fue modificar el «simple» V12 de 461 CV elevando tal cifra hasta alcanzar los 608 CV de potencia, requisito primario para dotar al LM002 de algo más de agilidad independientemente de la reducción de peso que sufrió con el fin de ser un coche más competitivo. Un sistema de escape abierto de competición fue colocado en lugar del equipo de serie, detalles suficientes para imaginar la celestial nota que dicho Lamborghini debÃa producir.
Otras mejoras obvias y necesarias fueron la instalación de una jaula antivuelco y el vaciado casi al completo del interior, salvando los nuevos asientos delanteros, con sus respectivos arneses y el panel de instrumentos, modificado con interruptores especiales para rally, cronómetros y brújulas. En el lugar donde anteriormente estaban los asientos traseros se montó un enorme tanque de gasolina que permitÃa almacenar hasta 600 litros de combustible. Naturalmente, la suspensión también fue mejorada para poder aguantar largos tramos por el desierto a gran velocidad (el LM002 de serie era capaz de alcanzar los 180 km/h sobre las dunas del desierto, o eso dicen…). Finalmente, los cristales de las ventanas se sustituyeron por Plexiglas, más ligero y resistente a las constantes vibraciones del conjunto.
El primer intento de participación en la gran carrera llegó en 1987, y el encargado de cumplir con tal tarea fue nada más y nada menos que Sandro Munari, el legendario piloto del Campeonato Mundial de Rallyes, junto con Mario Mannucci, su fiel guÃa, sentado en el asiento del copiloto. Pero tal anuncio no fue casualidad, pues durante aquellos años, Munari vivÃa en Sant’Agata Bolognese, y estuvo fuertemente involucrado durante todo el proceso de fabricación y desarrollo de esta peculiar versión del LM002. Pero por desgracia, todo se quedó, como decimos, en un intento. Aquella unidad nunca llegarÃa a rodar por las dunas africanas ya que no llegó a participar en el Paris-Dakar, y a pesar de los esfuerzos de Munari para correr en el Rally de los Faraones en octubre de ese mismo año, la muerte de uno de sus principales patrocinadores acabó con sus últimas esperanzas.
Sandro Munari, Mario Mannucci y un poderoso Lamborghini, protagonistas de una breve historia sin un final feliz
El LM002 Rally reapareció al año siguiente en la prueba del Rally Acrópolis, con los mismos protagonistas en su interior pero con sus puestos intercambiados. Munari guiarÃa con éxito a Mannucci a través de los polvorientos caminos de Grecia hasta que a poco menos de 5 kilómetros para el final, el Raging Bull dijo adiós, bajándose de la tercera posición que ocupaba. Tras su breve aparición en la competición, el chasis HLA12047 se vendió a un coleccionista, tras sustituir el V12 modificado por uno algo más convencional, pero la marca adquirió nuevamente el LM002 Rally, devolviéndolo a su estado de competición para incorporarlo a la colección privada.
De este modo, la preparación oficial de Lamborghini no consiguió participar nunca en el raid para el cual fue desarrollado, aunque sà lo hizo un segundo LM002. El equipo suizo World LM Racing Team adquirió uno de los indomables toros de Sant’Agata pintado en rojo brillante para llevarlo al Paris-Dakar en el mismo año en el que Mannucci y Munari compitieron en el Rally de Acrópolis, y según fuentes externas, dicho Lamborghini consiguió acabar la prueba en una sorprendente décima posición en la categorÃa Maratón a pesar de estar casi en condiciones de serie. Este LM002, portador del dorsal 519 fue pilotado por M. Kurzen y J.D Coucet, y a pesar de no ser un proyecto con respaldo oficial, sà que estaba estrechamente relacionada con la colaboración del propio Sandro Munari como consejero técnico. Lamentablemente, poca mas información hay sobre el paradero de esta exitosa unidad.
Pero como venÃamos anunciando antes, 3 fueron los chasis que abandonaron su estado «de serie» para participar en el Paris Dakar, a pesar de que por circunstancias externas, como contábamos antes, el HLA12027 no pudiese siquiera situarse en la lÃnea de salida. Casi diez años después del intento del equipo suizo, un último de éstos 328 gigantescos Lamborghinis pasó por el taller para recibir importantes modificaciones que le permitieran acometer con su deber de conquistar la Gran Carrera. El chasis HMA12046, hasta aquel momento propiedad de la esposa de uno de los hermanos Mimran, fue adquirido por el piloto Andrea Barenghi e inscrito para participar en la edición de 1996.
La preparación del último LM002 que correrÃa en una carrera off-road duró cerca de un año, tiempo en el que se llevaron a cabo gran cantidad de mejoras sustanciales, como la instalación de un sistema de inyección hecho a medida, o el montaje de numerosos filtros de aire especiales para mantener el polvo fuera de los órganos vitales del Lamborghini. Al igual que con el LM002 Rally, se retiraron los conversores catalÃticos del escape que permitieron que la cifra de potencia fuese próxima a los 600 CV que declaraba la unidad oficial. Los sistemas de refrigeración y lubricación del motor fueron revisados, se instaló un nuevo equipo de frenada AP que puso fin al uso de frenos de tambor en el eje trasero, el tanque de combustible original fue sustituido por otro con casi el triple de capacidad, pudiendo contener cerca de 800 litros de gasolina. Finalmente, y como cabrÃa esperar, se sometió al HMA12046 a una severa reducción de peso de más de 500 kg.
Una vez terminada dicha labor de adecuación, el LM002 parecÃa estar listo para afrontar su destino. Barenghi inscribió a su brutal toro en el Dakar del 96′, dentro de la categorÃa Prototipo, donde se tendrÃa que ver las caras con preparaciones de programas oficiales, como el de Citroën y su ZX Rallye Raid o Mitsubishi, con su Pajero T3, factor que complicaba tremendamente las aspiraciones al triunfo del italiano.
Curiosamente, por segundo año desde la creación de la famosÃsima prueba, la salida hacia el continente africano se realizó desde Granada y no desde ParÃs, como se concibió originalmente.
A pesar de las juiciosas suposiciones y de la diferencia de presupuesto del proyecto de Andrea Barenghi, el LM002, portador del dorsal 246 para dicho Granada-Dakar, demostró ser un digno representante de la marca italiana en la carrera, pese a no contar con su apoyo oficial. El Lamborghini hacÃa gala del excelente nivel de ingenierÃa que habÃa en sus interioridades, tanto por la dureza y rigidez de su chasis como por la potencia y fiabilidad de su enorme V12, obra de los ingenieros italianos de Sant’Agata. Las mejoras instaladas por los mecánicos de Barenghi también parecÃan surtir efecto, pues la diferencia con máquinas mucho más desarrolladas no era tan grande como se creÃa que serÃa.
Las robustas ruedas de 37 kilogramos la unidad equipadas con los Scorpion, neumáticos diseñados especialmente por Pirelli, también cumplÃan correctamente con su función básica, que no era otra que permitir al LM002 rodar miedo a quedar varado sobre las dunas del desierto, en cierto momento a velocidades superiores a los 180 km/h. Aunque ciertos elementos fundamentales conectados directamente al tren motriz que garantizaban la estabilidad del conjunto serÃan los que comenzarÃan a producirle serios dolores de cabeza a Barenghi.
La dureza del desierto africano comenzaba a pasarle factura al coloso italiano, cuyo talón de Aquiles habÃa quedado al descubierto: la suspensión
El excesivo peso del LM002 comprimiendo los amortiguadores en cada bache y recepción de los saltos comenzó a cobrarse vÃctimas rápidamente. Recambio tras recambio, Andrea vio como su sueño se iba desvaneciendo poco a poco hasta que, después de utilizar nada menos que 24 amortiguadores tras haber cubierto solamente la mitad de la distancia, el combinado italiano se vio fuera de la carrera ante la falta de más repuestos.
Debido a la tremenda frustración que Barenghi sintió ante su forzosa retirada del Granada-Dakar, el piloto se deshizo de su Lamborghini vendiéndoselo a Gildo Pallanca Pastor, propietario de Automóviles Venturi. Los planes de Pastor para el HMA12046 pasaban por devolverle a su estado natural para hacer de él algo parecido a un autobús turÃstico para aquellos que quisieran disfrutar de un lujoso paseo por las calles de Mónaco. Gildo abandonó tal idea y revendió el LM002 a Autodrome ParÃs, conocida empresa de compraventa de vehÃculos poco comunes, que con la ayuda de la propia marca, trataron de deshacerse del traje de competición que el «Lambo» vestÃa. Ciertas páginas informan de que se subastó en 1998, y que diez años después, volvió a aparecer en el radar con un precio cercano a los 30.000€, pues su dueño durante aquel tiempo quiso, por segunda vez, equiparle con modificaciones para competir. Hasta entonces, se habÃa realizado gran parte del trabajo, pero aún eran necesarias muchas más horas de trabajo, motivo por el cual su precio de compra era tan escandalosamente reducido.
En definitiva, la aventura off-road fue un osado pero atrevido intento por parte de una marca inexperta en tales categorÃas y los distintos valientes que más tarde confiaron en las aptitudes de este inusual Lamborghini, pero sin mucho éxito. Quizá por su refinada naturaleza, por un enfoque erróneo en la preparación del vehÃculo para el mÃtico Dakar o simplemente por mala fortuna, lo cierto es que el LM002 nunca gozó del reconocimiento de los medios como un verdadero rally car. Desde luego, potencial no le faltaba.
A pesar de esto, el diamante en bruto que fueron y serán los distintos LM002 preparados siempre serán recordados por ser los primeros de su nombre en adentrarse en los inexplorados terrenos del noble arte del rally.
Fuente: LamboCars
Fotos del LM002 dorsal 246: LamboCars
En Planeta del Motor: Historias del Grupo B: la pista de pruebas secreta de Audi para probar el prototipo que nunca existió | Historias del Grupo B: los olvidados — Parte I
Miguel Benito
De la capital. Estudiante de ingenierÃa del automóvil. Convirtiendo los sueños en realidades. Desde pequeño trasteando con todo tipo de cosas que tenÃan ruedas. Ahora, tengo la oportunidad de hablar sobre un tipo concreto de máquinas apasionantes: los coches.[…] El Lamborghini LM002 y su infatigable intento de c… […]