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Señores, dejen de cargar contra HONDA, por favor

Intuyo que todos los que están aquí siguieron en directo la 101 edición de las 500 Millas de Indianápolis. Les voy a pedir que abandonen la sala a todos aquellos y aquellas que cambiaron de canal o apagaron su televisión cuando el motor de Fernando Alonso dijo adiós. Van quedándose butacas vacías… Otros tantos esperaron a ver qué pasaba con Oriol Servià, alguien hasta entonces desconocido para muchos, y cuando este también dijo adiós se fueron a otra cosa. El hecho de que Alonso rompiese su motor HONDA a pocas vueltas del final hizo que muchos nos quedásemos a ver el final de la carrera, a ver como un Takuma Satō, con un motor HONDA, cruzaba la franja de adoquines bajo la bandera a cuadros. Minutos antes de que el japonés ganase, las redes sociales se tiñeron de mensajes dirigidos al fabricante asiático de motores, y no muy amistosos precisamente.

«Nos dijeron que podían darnos menos fiabilidad y más potencia, y dijimos ¡vamos a por la potencia!»

Siento haber empezado este artículo con lanza en mano, pero ¿acaso no están ustedes, señores y señoras, cargando con ariete contra HONDA? El caso es que cuando la carrera acabó, mientras todos poníamos verde al fabricante de motores, Michael Andretti hizo unas declaraciones dignas de mención durante la rueda de prensa posterior a la carrera. El director del equipo bajo el que corrió el asturiano, y también el vencedor de la prueba dijo: «Yo no culpo a HONDA, si de algo nos culpamos es de haber presionado demasiado». Y añadió: «Nos dijeron que podían darnos menos fiabilidad y más potencia, y dijimos ¡vamos a por la potencia!». 

Lo que pasó en la carrera es que las estadísticas se cumplieron. Habían ya fallado diez motores (hay diecinueve coches con motor HONDA) a lo largo de la semana en el óvalo. HONDA podía ofrecer un motor que entregase más potencia si apretaban un par de tuercas, hablando mal y rápido, y en una batalla de tú a tú contra los equipos equipados con Chevrolet, los equipos de HONDA quisieron más potencia. El motorista avisó de que, evidentemente, más potencia supondría reducir la fiabilidad. Llegaron a anunciar que las probabilidades de que dos de cada tres motores rompieran eran altas. Pero, ¿qué iba a hacer un equipo puntero como el de Andretti? Con varios pilotos aptos para salir victoriosos en el Speedway de Indiana, prefirieron jugársela y confiar en la estadística. Y sí, el motor que rompió tuvo que ser el de Alonso, pero por pura probabilidad, azar y mala suerte. No nos confundamos, cuatro de los cinco primeros fueron con motor HONDA, creo que en base a esto no podemos decir que HONDA ha vuelto a fallar. Para más inri, en catorce años, los motores japonenses han sumado victoria en doce de ellos.

HONDA avisó de que exprimiendo sus motores podrían llegar a romper dos de cada tres

Por inercia, y por lo que llevamos sufrido en la Formula 1, pecamos de arremeter contra HONDA, pero aquí en la Indy no tenemos nada que increpar. Lo siento. Lo primero que hay que dejar claro es que entre los motores HONDA de la F1 y los motores HONDA de la Indycar hay más que un charco de agua de por medio. Y luego, los motores para la IndyCar se fabrican en Estados Unidos por la subdivisión americana de HONDA, y aunque desde japón el proceso es supervisado, el grueso de la gestión la llevan los americanos. Allí, al otro lado del charco, el motor japonés es el más potente, y por desgracia también ha demostrado ser el más frágil. Sin embargo, en la F1 tenemos el más frágil pero también el menos potente, y de esto hablaremos ahora. En una carrera con 33 coches nadie nos hubiésemos echado las manos a la cabeza por un par de roturas HONDA, pero como le tocó a Alonso… No podemos olvidar que estamos ante motores con cifras de potencia muy altas que, en este caso, ruedan a máximo régimen durante más de tres horas. Aunque los motoristas han de dar el máximo a los equipos y deben garantizar, en la medida de lo posible la victoria, no me resulta para nada extraño que haya desfallecimientos de las mecánicas. El ser humano es ambicioso, que se lo digan a Michael Andretti, tan ambicioso que quiere conseguir cosas aún sin los medios, materiales y conocimientos suficientes. Queremos una carrera de 200 vueltas a más de 370 km/h, pues parte de esa carrera se corren en el apartado de la fiabilidad y de cuánto se fuerza la máquina. Yo creo que ya es un logro que los ingenieros de HONDA y Chevrolet suministren unos motores aptos para este desafío.

¿Qué hacemos con HONDA?

Cuando McLaren firmó el contrato que suponía la vuelta de HONDA a la Formula 1 todo se veía muy bonito. La dupla de la época dorada volvía, ¡la montura del gran Ayrton Senna regresaba al gran circo! Estábamos cegados y sordos. Nadie escuchó a HONDA avisar de que su rendimiento estaría muy por detrás los dos primeros años (sí, estamos ya en el tercero). Nos dedicamos a imaginar durante meses un McLaren-HONDA como el de antaño, naranja y blanco, a un Fernando Alonso ganando con una de las alianzas más míticas de la Formula 1… La ilusión no era poca. Hasta que llegó la pretemporada y la venda que nos cegaba empezó a aflojarse lentamente. Pocas vueltas en los test, primeras roturas de motor, menos potencia que el resto de la parrilla, etc. Luego vino el inicio de temporada, y los más realistas ya estábamos convencidos de que Fernando Alonso no iba a ganar nada en 2016. Pero claro, la ilusión seguía ahí y con cada mejora que salía de Woking, o que trían los japos, todos volvíamos a soñar. ¿Habrán dado ya con la clave? Y no. Entiendo la frustración de Alonso y de todos los ingenieros de McLaren, pero tengamos un poco de empatía. No me cabe la menor duda de que la frustración de los ingenieros de HONDA también debe ser de manual, y encima están soportando una presión que, lejos de cualquier cosa, lo que hace es desmotivar. Demos un voto de confianza a HONDA a lo largo de esta temporada.

Sí, estamos en Formula 1. Si se está aquí es porque se es el techo de la tecnología, de las prestaciones, de los avances, pero detrás de todo eso hay un esfuerzo de un equipo que ha intentado fabricar un motor ganador, es decir, que hiciese frente a motores ya consolidados y a fabricantes con más experiencia, al menos reciente. Fernando está cansado de esperar, y lo entiendo. Pero no podemos mezclar, y no podemos despotricar contra HONDA por lo acontecido el pasado domingo.

Alonso no bebió leche pero volvió a sentirse competitivo, calló muchas bocas y demostró que está hecho de otra pasta. ¿Y nosotros? Nosotros volvimos a vivir una carrera, volvimos a ilusionarnos y volvimos a sentir ese hormigueo de ver a ‘Magic Alonso’ adelantar, liderar e ir a por la victoria. Seguro el año que viene volverá con la suerte de su parte. El 28 de mayo fue un día mágico para Fernando, para nosotros y para el mundo del automovilismo. Espero ver a Fernando con la misma ilusión que desprendía en las américas en la Formula 1, con o sin HONDA. Y estoy convencido de que lo veremos. Y a HONDA, espero verla ganar con o sin Fernando, porque se lo merece.

 

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Sobre el Autor

Rafa Rivera

A décimas de segundo de ser Ingeniero Aeroespacial. Nací en Córdoba y me crié entre un Escort y un Fiesta SuperSport. Enfadado con el mundo desde que en mi casa se compró un Ford Ka. Mi cabeza es una base de datos de coches, y solo coches, en constante actualización y estoy aquí para compartirla contigo.
Comment 1
  • AutoTurboCHRA

    ¡Toda la razón! Honda aumentó su potencia previo aviso, desde luego fue una carrera de esas que ponen los pelos de punta.

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