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Honda desarrolla un motor eléctrico sin tierras raras pesadas

Por la zona en la que vivo, donde planea la posibilidad de explotar una mina de tierras raras, desde hace un tiempo tengo conocimiento y especial conciencia sobre las tierras raras y su minería. Si bien es una reducción muy simple, podríamos resumir la explotación de tierras raras como un procedimiento de vital importancia para componentes eléctricos y electrónicos y cuyo proceso productivo causa un inmenso daño medioambiental. Además, hay una fuerte connotación geopolítica tras de sí.

Las tierras raras son imprescindibles para nuestros smartphones y ordenadores (se emplean en los imanes para los discos duros, por ejemplo), pero se emplean también en equipos de resonancia magnética, turbinas eólicas y equipamiento militar, por nombrar algunas aplicaciones.

La explotación de tierras raras supone un gran impacto medioambiental. Actualmente, China es responsable del 90% de la producción mundial de estos elementos 

Las tierras raras son 17 elementos de la serie de los lantánidos de la tabla periódica, y se dividen en dos grupos. Por un lado, las tierras raras ligeras o Light Rare Earth Oxides (lantano, cerio, praseodimio, neodimio, promecio y samario) y, por otro, las tierras raras pesadas o Heavy Rare Earth Oxides (europio, gadolinio, terbio, disprosio, holmio, erbio, tulio, iterbio y lutecio).

Parte del nuevo motor i-DCD para coches híbridos, el primero del mundo que no emplea tierras raras pesadas

China produce actualmente alrededor del 90% de la producción mundial de tierras raras. No extraña, por tanto, que una marca japonesa haya sido la primera en desarrollar una tecnología libre de estos elementos. La relación entre ambos países es, digamos, tensa, habiendo llegado China a bloquear la venta de tierras raras a Japón en 2010.

Un nuevo proceso productivo permite crear imanes con mismas prestaciones en un motor sin tierras raras

La novedad presentada por Honda junto a Daido Steel afecta a los imanes de los motores eléctricos. Ambas firmas han desarrollado un nuevo proceso productivo que, gracias a la deformación en caliente, logra imanes con las mismas propiedades que los convencionales hasta ahora pero sin presencia de disprosio ni terbio.

Ahora se pueden conseguir las mismas prestaciones de par, potencia y resistencia al calor a la vez que se reduce el coste de los imanes en torno a un 10% y consiguiendo que el peso del motor eléctrico sea un 8% menor.

Rotor del nuevo motor i-DCD

Honda asegura que lleva 10 años investigando para reducir el uso de tierras raras en sus motores eléctricos, pero fue una gran subida en los precios de estos elementos en 2011 lo que llevó a la marca a asociarse con Daido Steel. A pesar de ello, y de la eliminación del disprosio y el terbio, los imanes del nuevo motor aún se fabrican de neodimio, un material que también exporta EE.UU. o Australia.

El nuevo motor se montará por primera vez el próximo otoño en el Honda Freed -algo así como un Jazz sobredimensionado-, un coche que se vende únicamente en el continente asiático.

Fuente: Automotive News vía Diariomotor

Sobre el Autor

Diego Gutiérrez

Aprendí a leer con los nombres de los coches que veía por la calle. A los 6 días de sacarme el carné, rompí un diésel atmosférico. Disfruto conduciendo cualquier cosa con motor y ruedas y en mis ratos libres estudio cosas ingenieriles.

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