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Gran Turismo 6: volante vs mando

Gran Turismo 6 es uno de los títulos de conducción donde el salto entre mando y volante es mayor

Empecemos con una obviedad: jugar a videojuegos con volante y pedales mejora la experiencia y afina la habilidad. Pasa con prácticamente cualquier juego del género, incluyendo Gran Turismo 6 y hasta en juegos arcade cuya conducción no se limite a ir a fondo siempre. El volante se hace más necesario cuanto más realista sea el juego, es decir, mientras mejor represente entornos y físicas reales.

Quiero enfatizar esa última aclaración porque es un aspecto que debe tratarse en todas sus posibilidades; hay videojuegos arcade en los que un volante es excesivo. Un ejemplo sería la genial saga Burnout: usar un volante en un juego en el que puedes tomar horquillas cerradas a 370 km/h con tan solo un toque al freno para derrapar es matar moscas a cañonazos… Será divertido hasta que acabemos exhaustos.

Foto: Gustingorriz

Nuestro precioso sujeto de pruebas: El Lexus LFA del 2010 – Foto: Gustingorriz

Por otro lado si entramos en un simulador serio como Assetto Corsa o iRacing y nos disponemos a jugar con un mando acabaremos decepcionados al ver que aunque se pueda conducir rápido, no seremos capaces de acercarnos siquiera a los tiempos logrados con un volante por las limitaciones que implica usar joysticks y gatillos para conducir un coche que responde a cualquier reacción del trazado o del conductor. Por ejemplo, imaginaos cómo sería controlar la dirección del Audi R18 que competirá en Le Mans con el dedo pulgar, o el gas y el freno con los dedos índices…

Y ésto último es lo que quiero demostraros en este vídeo de Gran Turismo 6. La intención es mostraros cómo reacciona el coche cuando lo pilotamos con un mando y con un volante, para poder así ver las diferencias a tiempo real.

¿Por qué Gran Turismo 6? El juego de Playstation 3 en mi más sincera opinión todavía dista de ser un simulador completo, pero posee un aspecto fundamental que sí tiene mucha presencia y lo hace ideal para este experimento: la transferencia de peso.

La transferencia del peso es el resultado de la propia inercia del vehículo. La inercia del vehículo es su tendencia a no modificar su dirección, por lo que si nos enfrentamos a una curva, contaremos con una fuerza centrífuga que se opondrá al giro, trasladando todo el peso del vehículo a un extremo del mismo. De ahí la importancia de la suspensión y los neumáticos, soportando dicha fuerza por medio de la absorción y el agarre, respectivamente.

Cerremos el libro Física Aplicada para Planetarios Volumen I, que estábamos jugando a «la Play». Este videojuego representa con bastante acierto esta propiedad y eso es justo lo que he querido enseñaros en el vídeo. Con mando, la conducción en Gran Turismo 6 tiende a volverse radical al aumentar el ritmo: el coche se balancea hasta el punto de superar su límite de agarre, una curva suave puede acabar en sobreviraje y las chicanes las damos «a bandazos», es decir, balanceando bruscamente el chasis del coche. Ésto se debe a que en el joystick analógico tenemos dirección gradual, pero no lo suficiente como para que sea progresiva: tenemos los extremos muy cerca.

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Medidor de fuerzas G: Muestra el desplazamiento del peso a través del vehículo (transferencia). Se deben evitar los extremos para evitar superar el límite de agarre

Acelerador y freno también salen perjudicados pero no tanto; en realidad los gatillos del mando de Playstation funcionan igual que unos pedales, pero controlados por los dedos. Con un poco de práctica podemos encontrar el punto de medio gas en nuestro gatillo, clave poder subir a fondo sin patinar, o a la inversa si hablamos de frenos.

Con un conjunto de volante y pedales básico que tenga Force Feedback* notaremos mejora desde la primera curva: estaremos utilizando un control que emula al de un coche real para un juego que emula una conducción real, por lo que las sensaciones serán más lógicas e instintivas y la progresión que echábamos en falta con el mando será ahora la principal ventaja (Según qué volante podemos tener hasta los 900º reales para modificar el giro).

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«Los bandazos» son los violentos balanceos que sufre el chasis al girar bruscamente – Foto: Gustingorriz

En el vídeo habréis podido ver que jugando con volante, el coche apenas se inclina en las curvas y si lo hace, está dentro del límite de agarre. Los pedales por otra parte están bajo el control de los pies, exactamente como en la realidad. Igualmente tendremos un recorrido mucho mayor que con los gatillos del mando y si el juego es un simulador preciso hasta podremos jugar con el embrague, si disponemos de tal.

Para terminar decir que la técnica con volante implica práctica, al igual que en la realidad. Al principio nos sentiremos mucho más seguros con el mando por estar acostumbrados a sus limitaciones y su tacto, pero a base de chocar y hacer trompos el volante irá abriéndose paso hasta superarlo cada vez más en tiempos. Habrá infinidad de juegos en los que no os importe y hasta todavía prefiráis vuestro fiel mando, sobretodo por comodidad como es natural. Pero habrá otros títulos puntuales que, tras probarlo, no los podréis concebir sin un volante. Gran Turismo 6 en particular se muestra benevolente y se disfruta con cualquiera de los dos controles, aspecto clave de cualquier videojuego de conducción en consola: accesibilidad antes que realismo.

Lo importante es disfrutar del juego, sea como sea

Gran Turismo 6

Independientemente de cuál sea mejor, con ambos te puedes divertir – Foto: Gustingorriz

*Force Feedback (o Fuerza de Retorno) es una característica de los volantes de cierto nivel. Consiste en una resistencia al giro del mismo que transmite el propio juego y que cambia constantemente para simular efectos de conducción tales como derrapes, rodadura, choques o la inercia del chasis. El jugador percibe a través del volante las sensaciones que obtendría en conducción real, pudiendo reaccionar a ellas de forma instintiva.

Sobre el Autor

Agustín Martínez

Mecánico de camino a ser Ingeniero Mecánico. Amante de los coches desde la infancia; todo comenzó con un Citroën ZX y en algún momento seguirá con un Porsche 911. Otra gran afición que tengo son los videojuegos de conducción, por lo que también podéis verme escribiendo sobre ellos aquí o jugándolos como Gustingorriz

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