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El SAAB AJS-37 Viggen y el porqué del símbolo del fantasma en los Koenigsegg

fantasma koenigsegg

Imagino que sabréis, y si no para eso estamos aquí, que la compañía SAAB se inició en el mundo de la aviación. No es casualidad que el interior de sus coches se asemejase al de un cockpit de un completo avión de combate. Sin ir más lejos, ‘SAAB’ son las siglas de ‘Svenska Aeroplan AB’, donde ‘AB’ es ‘Aktiebolag’ que significa, en sueco, sociedad anónima. No obstante, si SAAB fue fundada en 1937, en el cuarenta ya se constituyó como empresa automotriz, engendrando al primer prototipo del SAAB 92 en 1947.

SAAB se inició en la Segunda Guerra Mundial como fabricante de aviones militares para la Fuerza Aérea Sueca 

SAAB se creó con la idea de reforzar el carácter neutral de Suecia en la inminente Segunda Guerra Mundial, pero una vez que esta acabó vio interesante la opción de fabricar coches para seguir generando un nivel adecuado de ingresos. Es por ello que la compañía ha estado especializada en aviones destinados a fines bélicos y de defensa. Aunque tampoco dejó de lado la construcción de aeronaves civiles como el SAAB 50 Scandia o el 2000.

Al SAAB 39 Gripen, el último avión militar fabricado por la empresa, le antecedieron una serie de modelos que contribuyeron a la evolución hasta este caza ligero y polivalente que defiende el Reino de Suecia. De hecho el predecesor directo del 39 es el avión que nos trae hoy hasta aquí, el SAAB 37 Viggen.

El polivalente SAAB 37 Viggen

Aunque sé que a muchos de los que conformamos este mundillo también nos gustan los aviones, no quiero extenderme y alejarme de la idea principal de este artículo. Pero creo que es necesario que os presente al SAAB 37.

El SAAB 37 Viggen (‘Rayo’) fue a su vez diseñado para sustituir a otro proyecto, el SAAB 35 Draken, y se desarrollo con la idea de abarcar diferentes tipos de misión: ataque, interceptación, reconocimiento y entrenamiento. El primer vuelo de uno de los prototipos tuvo lugar en febrero del año 1967, aunque ya existían diez años de desarrollo por detrás para engendrar un avión polivalente con capacidad ‘STOL’.

saab 37

Tras el primer vuelo apareció la primera versión, destinada al ataque ‘AJ-37’, y luego llegaron el resto: JA-37 como interceptor, SF-37 como versión de reconocimiento fotográfico con armamento y el SH-37 como versión de reconocimiento marítimo bajo cualquier situación meteorológica, sustituyendo al veterano S-32C Lansen. También se creó una variante biplaza (‘SK-37’) para entrenamiento.

Gracias a la mano ayuda de Estados Unidos -les interesaba tener potencial para defender a sus submarinos desplegados en el Mar de Noruega- el proyecto no se complicó, y la sabiduría yankee en esa industria hizo que el SAAB 37 Viggen se desarrollase con rapidez y sin dinamitar los ingresos disponibles.

El SAAB 37 Viggen se diseñó con requerimientos que lo hiciesen polivalente y con la capacidad de abarcar varios tipos de misiones militares

Al requerimiento de poder realizar aterrizajes y despegues en poca distancia (‘STOL’), se unió el requisito de ser maniobrable a altas velocidades, ya que se pretendía que alcanzase velocidades de régimen supersónico a baja altura. Este planteamiento desencadenó en un avión peculiar, dada su ala delta y su tren de aterrizaje poco común en aviones de esta guisa. Su configuración en ala delta favorecía el manejo a altas velocidades que se buscaba, y sus canards de gran tamaño tenían la misión de solventar las carencias de esta configuración: facilidad de entrada en pérdida con ángulo de ataque grande y alta resistencia aerodinámica a baja altura.

Por su parte el tren de aterrizaje principal, el trasero, se fabricó con una configuración tándem para poder despegar y aterrizar sin problemas en pistas improvisadas y con poca longitud disponible, gracias a la capacidad de basculación.

Más tarde, entre 1993 y 1998, llegaría el AJS-37, así como otras actualizaciones de las diferentes versiones. Se actualizaron los sistemas de aviónica y todo el software, además de modificar algunas estructuras de ciertas unidades. Se alargaba así la vida de este avión hasta 2005, aunque el servicio en los últimos años fue reducido.

Una fabrica en desuso y un fantasma

A principios de los noventa, mientras el 37 Viggen surcaba los cielos suecos, el joven Christian von Koenigsegg no paraba de dar vueltas a su idea; la de construir un deportivo de altos vuelos. La idea de un joven sin apenas conocimientos es ahora una marca que fabrica algunos de los mejores hiperdeportivos del panorama y que está más que nunca en boca de todos.

Después de casi una década de desarrollos, diseños y prototipos, el joven genio daba a conocer, allá por 2001, el primer coche de su marca, era el Koenigsegg CC. Este modelo sirvió como base para desarrollar el que sería el primer modelo destinado a producción, el CC8S. Todo empezaba a pintar muy bien para Christian, el CC8S no era moco de pavo precisamente. Sin embargo, justo a las puertas del inicio de la producción de CC8S la fortuna abandonaba a este emprendedor, arrebatandole su discreta factoría en un aparatosa incendio.

Un aparatoso incendio obligó a Koenigsegg a trasladar su sede a un antiguo hangar de la Fuerza Aérea Sueca

El incendio destruyó las instalaciones, aunque gran parte de lo que contenían pudo salvarse. Con los «muebles» en la calle, la opción más rápida y viable era trasladarse a una nave cercana. Allí podrían reemprender la fabricación del prometedor CC8S y aumentar la gama con el CCX, el CCXR…

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La nueva nave en cuestión pertenecía a la Fuerza Aérea Sueca y había servido como base para los aviones que la componían, concretamente los de un escuadrón en particular. En las tareas de limpieza y reacondicionamiento hallaron un peculiar fantasma en una de las paredes (a día de hoy se conserva). Dicho fantasma era el símbolo de uno de los escuadrones más longevos del la fuerza aérea de Suecia, el F10 Ängelholm. Con la llegada de los SAAB 37 Viggen a este equipo, nació el apodo de ‘Los Fantasmas’, el mismo Christian te explica en este vídeo por qué. La F10 no tardó en añadir a sus aviones un símbolo que evocase este apodo, y nacía así el característico fantasma que podemos ver hoy en los modelos de la marca de superdeportivos sueca.

La última vez que hizo aparición este fantasma blanco sobre fondo rojo fue en la última etapa de los Viggen, en 1999. Lo hizo cobrando completo protagonismo sobre uno de los AJS-37; se pintó el SAAB con una llamativa librea para una ceremonia de despedida, en la cual el color rojo bañaba a todo el avión, dejando visibles estos fantasmas a ambas caras de las alas y de la aleta de cola. En la parte central del fuselaje podía leerse «The Show Must Go On», y así lo hizo Christian Von Koenigsegg, continuó con el «show» de su marca y con el del mítico escuadrón sueco.

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Sobre el Autor

Rafa Rivera

A décimas de segundo de ser Ingeniero Aeroespacial. Nací en Córdoba y me crié entre un Escort y un Fiesta SuperSport. Enfadado con el mundo desde que en mi casa se compró un Ford Ka. Mi cabeza es una base de datos de coches, y solo coches, en constante actualización y estoy aquí para compartirla contigo.
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