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Historias del Grupo B: cuando Lancia experimentó para vencer a Audi

doble rueda lancia

Corría el año 1984 y Lancia empezaba a desesperarse. La aparición de la tracción total empezaba a hacer mella en sus resultados y el trono peligraba. El sistema quattro de Audi devoraba tramos sin pausa y Peugeot, con su potente 205, también empezaba a enseñar las garras más de la cuenta. Durante un año el Lancia 037 resistió al ataque de los 4WD pero a mitad de 1985 ya no había trasera que pudiese contener a la imparable tracción a las cuatro ruedas.

El equipo de ingenieros de Lancia, en un último intento por salvar los muebles, idearon un sistema que vulgarmente se conoció como Rear Sandwich. La foto que ves es la única que hay de este descabellado y desesperado experimento. O al menos la única que puede encontrarse en el océano de Internet, y buscando mucho. Un ensayo que parecía buscar una solución rápida para poder hacer frente a la tracción 4×4.

doble_rueda_Lancia_037_GrupoB

La implementación en cuestión se basaba en la unión de dos ruedas, pero se desconoce qué finalidad en concreto se buscaba. Básicamente se pretendía estar a la altura del agarre de los 4WD y con este invento, a mi parecer, se intentaba un mejor comportamiento en zonas mojadas o con nieve, usando la línea de evacuación central.

Los ingenieros de Lancia veían como el tren se les escapaba e idearon un curioso sistema sin mucho éxito

Los neumáticos para esta rueda doble los proporcionó Goodyear, y no Pirelli como habitualmente sucedía. El experimento no dio resultado, según los ingenieros, y tal y como escribió Peter Collins en su libro sobre el desarrollo del 037, no se obtuvo ningún progreso. Lo poco que se conoció de este experimento dio mucho que pensar, no parece algo que fuese a traer muchos avances al comportamiento del Lancia. Tampoco una implementación digna de unos ingenieros tan genios como los de Lancia en aquella época. Dicen las malas lenguas que esto de la rueda doble no fue más que una maniobra para distraer al resto de equipos, mientras que en extremo secreto y silencio se desarrollaba el espectacular ‘Proyecto 038’, lo que conocemos hoy como el Lancia S4. El parque cerrado centraba sus miradas y realizaba sus propias teorías y conjeturas sobre qué demonios intentaba Lancia con esas dobles ruedas traseras, y obviaba que mientras tanto una bestia muy poderosa se preparaba para salir de su jaula.

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Se cuenta que incluso se llegaban a pintar los S4 con pintura de camuflaje para hacer tests en los tramos que serpenteaban entre los árboles de los bosques.

En Planeta del Motor: La pista de pruebas secreta de Audi para probar el prototipo que nunca existió | Óxido nitroso a través del chasis tubular y otras teorías turbias sobre la muerte de Toivonen

Sobre el Autor

Rafa Rivera

A décimas de segundo de ser Ingeniero Aeroespacial. Nací en Córdoba y me crié entre un Escort y un Fiesta SuperSport. Enfadado con el mundo desde que en mi casa se compró un Ford Ka. Mi cabeza es una base de datos de coches, y solo coches, en constante actualización y estoy aquí para compartirla contigo.
Comments (5)
  • SB

    Hola, esta forma de buscar distintas soluciones (sean o no de distracción en este caso)para un problema (pérdida de competitividad ante el rival) es lo que hace grandes a los años 70 y 80 en el automovilismo mundial. Muchos no conocíamos este trasfondo pero si supimos del descubrimiento en los 70 (si no estoy errado)del «efecto suelo» o el fallido experimento de Lotus con el Tirrel de 6 ruedas en la F 1 o la guerra entre turbos y atmosféricos… Todo eso se gestó en aquellos años épicos. Frente a aquello, nos queda ahora la sensación, quizá no demasiado rigurosa (por eso digo sensación) de que los que inventan y mejoran los coches son los diferentes programas informáticos torturando y llevando al límite las leyes de la física de las que nunca podremos escapar…

    Digo todo esto como una pequeña reflexión con un punto de nostalgia que trae aperejado un punto de idealismo injusto. No soy de los que piensan que cualquier tiempo pasado fue mejor.

    Enhorabuena por el artículo.
    Un saludo!

    • Rafa Rivera

      Hola, SB. ¡Me ha gustado tu reflexión! Soy estudiante de ingeniería y me encanta la forma que se tenía anteriormente de implementar avances, a lo ensayo-error. Aquella época era maravillosa por aquellas locuras que se intentaban con tal de ganar unas centésimas, me hubiese encantado vivirla. Como dices, y te digo por experiencia, ahora todo es simulador con grandes procesadores, ya se usan los túneles de viento (y aún así llevan soporte informático)…
      Por lo que me cuentas quizá te interese esta serie de artículos que escribí hace algún tiempo (aún quedan algunas entregas):

      http://planetadelmotor.com/los-monoplazas-mas-raros-en-la-historia-de-la-formula-1-i/

      Espero que te gusten.
      Un saludo y muchas gracias por tu comentario 🙂

      • SB

        Ok Rafa, me pondré ahora con ellos. Llevo poco viniendo por aquí y no los conocía.

        Creo que hoy día tambien se lucha por mejorar esas centésimas sólo que se utilizan otras herramientas. Sucede que nos estamos encontrando de bruces con los límites de la Fisica, con barreras matemáticas e informáticas cuya superación va a ser un reto colosal. Probablemente asistimos al final de un ciclo… (pero… ahí estais los ingenieros!!) ; )

  • Ander Arribillaga

    No conocía el «invento» en cuestión. Solo le vería utilidad en nieve o agua, aunque, como comentas, lo más probable es que fuera una cortina de humo.

    Me encantan estos «chascarrillos».

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