¿Alguna vez te has imaginado al volante de un híbrido? No, tranquilo, ese sentimiento de recelo es algo común en los amantes del motor. Aunque es cierto que eso de juntar electricidad y combustión nunca nos ha convencido, a veces hay que abrir la puerta a nuevas oportunidades. Con esta mezcla de desconfianza e intriga tuve la oportunidad de subirme a bordo del Toyota Auris Hybrid Touring Sports, coche con el que me «estrené» en el mundo de los híbridos. Si queréis saber con lo que os podéis topar al volante de un híbrido, aquí os dejo mi experiencia.
Si nunca habéis conducido uno de estos, sabed que tendréis entre vuestras manos un coche automático. «No es que tenga mucho misterio, metes directa y ya» diréis , pero hay gente a la que le cuesta adaptarse. Yo, que he conducido con marchas toda mi vida, recurrí al truco de no levantar bajo ningún concepto el pie izquierdo, aunque he de confesar que alguna vez se me escapó. Y ya que hablamos de transmisión, os informo de que este coche en concreto viene equipado con la transmisión automática e-CTV. Esta caja de cambios funciona como un variador automático, logrando que el empuje sea continuo e ininterrumpido. De esta manera se evitan los saltos que se producen al cambiar de marcha.
A raíz de esto, ya no os sorprenderá que os diga que no hay cuentarrevoluciones, ¿no? En su lugar encontraréis un reloj que indica cuándo se carga la batería, gracias a la frenada regenerativa y de la que hablaré más adelante, cuándo la conducción es eficiente y cuándo el coche hace uso del motor de gasolina.
Lo mejor de cada motor en el momento justo, esa es la filosofía de un híbrido
Cuando controláis el cambio automático, sólo queda disfrutar de la conducción. A bajas velocidades el coche funciona en modo eléctrico, disfrutando de un habitáculo más silencioso, sin malgastar combustible en los atascos y con una reacción inmediata cuando se pisa el pedal a fondo. Fuera de la ciudad el coche da una cifra de consumo muy buena gracias a la sincronización de los propulsores. Debido a esto, logré un consumo momentáneo de sólo 2 litros por cada 100 Km a lo largo de una revirada carretera. Es cierto que no se puede tomar como referencia, pero en cambio, los 4.5 litros tras una tarde entera conduciendo por toda Ibiza sí que son una cifra muy buena para un coche como este.
Lo cierto es que el coche motiva al que lo conduce a ser eficiente, respaldado en gran medida por diversos gadgets de última tecnología. Es posible ver el estado de carga de la batería y un desglose completo del consumo de cada motor en la última media hora, entre muchas otras opciones.
Los frenos juegan también un papel fundamental en la idea de conducción ecológica, inherente a estos vehículos. El porqué se debe a que éstos son regenerativos. Es decir, generan energía gracias a las frenadas, recargando de esta manera las baterías para su uso posterior.
Tengo que reconocer que es una gran simbiosis la que encontré en el híbrido. Donde un motor no llega, el otro le cubre, aportando cada uno lo mejor de sí mismo e incluso funcionando a la vez si es necesario.
En definitiva, de esta experiencia subrayaría el enorme ahorro de combustible que este vehículo aporta tanto en la conducción en ciudad como en carreteras sinuosas y concluiría con la grata sorpresa que me he llevado, demostrándome que los híbridos no son tan malos como imaginamos y que son una gran opción a tener en cuenta aunque seas un petrolhead.
Agradecimientos:
A Miriam y a Carlos, por esta oportunidad, y a Can Lluc.
Álvaro Pereda Aguilar
Vivo y estudio el doble Grado en Ingeniería Eléctrica y Mecánica en Sevilla. Soy un apasionado de los coches, desde siempre, y aspiro a pilotar aviones comerciales algún día, ya que ambas cosas no son incompatibles. Siempre leyendo las últimas noticias del mundo del automóvil y preparado para contártelas.No estoy en contra de los híbrido, ni muchísimo menos, aunque es cierto que mi idea de híbrido va más en la línea del LaFerrari, es decir, conseguir más prestaciones, no mejores consumos. Si a eso le sumamos un motor atmosférico (como en el caso del italiano), tenemos la combinación perfecta.