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Coches de padres Petrolhead – Década de los 90

No hace mucho tiempo vivíamos en una época completamente diferente para el sector del automóvil, la seguridad no era algo que necesariamente tuviese que prevalecer sobre la velocidad. De hecho muchas marcas eran políticamente incorrectas en sus campañas. Eran otros años en los que marcas generalistas se atrevían a hacer berlinas y coches familiares potentes, y algunos de ellos realmente potentes. Aquellos años quedaron atrás; la seguridad es muy importante y además ya no es tan buena idea fabricar una berlina de altas prestaciones, y menos si lo hace una marca que no está en el TOP, prestacionalmente hablando. Ahora marcas como BMW, Audi y Mercedes fabrican sus berlinas potentes, sí, pero completamente diferenciadas del resto de la gama y cuando las miramos sabemos que se esconden muchos caballos bajo ese capó. Antes del efecto 2000 algunos coches con más de 300 CV pasaban desapercibidos ante nosotros, no había llantas grandes, tampoco portaban alerones desproporcionados o faldones agresivos y escapes descomunales, eran los llamados sleepers o como solemos llamarlos aquí: lobos con piel de cordero.

Hoy te traemos los coches con los que todo hijo hubiese soñado que sus padres lo llevasen al colegio, una lista de los sleepers de la década de los 90. Si eres muy nostálgico quizá se te escape alguna lagrimilla o un «esto ya no es lo que era». 

Lotus Omega

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Salió del horno justo al inicio de la década de los 90 y si había alguien que tenía que encabezar esta lista es él. El Lotus Omega o Lotus Carlton fue seguramente el representante principal del término sleepers. Fijaos si tenía piel de cordero que su velocidad punta nunca fue anunciada oficialmente. Se decía que superaba los 280 km/h, velocidad producto de exprimir el motor original. A partir de un motor de 3 litros y 200 CV, los chicos de Lotus hicieron un propulsor de 3.6 l del que con la ayuda de dos turbos de origen Garrett obtuvieron nada menos que 382 caballos. Sí, sí, has leído bien. Una velocidad punta de infarto y un 0-100 km/h en 4,9 segundos. Tales cifras había que digerirlas de alguna forma y se recurrió a la caja de cambios ZF de seis velocidades que se montaba en el Corvette ZR-1 de 1990 (años antes General Motors había adquirido el Grupo Lotus, de hecho el ZR-1 nació de esta fusión). Cuando se comercializó en 1990 fue la berlina más rápida del mercado (y de los coches más potentes del mercado) y lo siguió siendo durante toda la década porque, aunque las hubo más potentes, estas estaban limitadas electrónicamente.

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En cuanto a estética, los de Lotus aumentaron los pasos de ruedas, añadieron un pequeño alerón, faldones, y dotaron al capó de unas necesarias tomas de refrigeración. Todo este conjunto salía de fábrica en un solo color, Imperial Green, un tono verde oscuro muy próximo al negro. Un sleeper con todas las letras.

Se planificó una tirada de 1.100 unidades pero finalmente se fabricaron solo 950 que fueron las que se vendieron únicamente.

Con una berlina así, pasaba lo que pasaba… ¡Papá qué llego tarde al colegio! Y papá aceleraba hasta el punto de dejar atrás a un Saab 93 2.0 de la policía. Merece la pena que veas el vídeo, y atento porque cuando el Omega acelere ya no lo vas a ver más:

Saab 9000 Aero

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www.aronline.co.uk
Y ya que hemos invocado a los suecos vamos con ellos. En 1993 aparecía la versión Aero de la segunda generación del Saab 9000. Por entonces fue el Saab más potente de la historia con un motor de 2.3 litros que desarrollaba 225 CV de potencia. Cómo no, este motor era turboalimentado por un turbo manufacturado por Mitsubishi en la versión manual y si nos íbamos a la vSaab-9000_1992_800x600_wallpaper_06ersión con caja de cambios automática disponíamos de 220 caballos y un turbo Garrett. Ojo al dato porque la aceleración proporcionada por la turboalimentación de este 9000, sobre todo en recuperaciones, era capaz de fulminar a algunos deportivos de altos vuelos de la época.
Aparte del motor, el 9000 Aero contaba con una suspensión apta para conducción deportiva, unas llantas de 16 pulgadas, un pequeño spoiler y un kit de carrocería muy sutil pero que le daba al Aero una imagen indiscutible de «tipo duro». Es un: «Venga, atrévete a adelantarme…»
Y bueno, en los 90, ¿quién no quería esos asientos y este cockpit de auténtico caza de combate?

Peugeot 405 T16

Cualquiera se podría haber aventurado a picarse con este 405 T16, su aspecto no distaba mucho de un 405 normal. Un pequeño alerón nos indicaba que estábamos ante un Peugeot 405 de nada más y nada menos que 200 caballos con un turbo de Garrett de altas prestaciones.

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2 litros que cubicaban en un bloque de 4 cilindros turboalimentado y con un sistema overboost, que aumentaba la presión de soplado del turbo en bajas, otorgando así 20 caballos más de potencia a la berlina francesa durante unos 45 segundos. Una punta de 235 km/h se cocía bajo la piel de cordero de este discreto francés. No está nada mal, ¿no?

Audi RS2

Uno de los coches que estaría en la lista de deseos de un servidor. El Audi RS2, o quizá deberíamos decir Porsche RS2… Hasta ahora en esta lista solo han aparecido berlinas pero es que este Audi de carrocería Avant es muy bestia. ¡Ay, si mi madre me hubiese llevado al cole en una sillita en los asientos de atrás…!

Fruto de la unión de Porsche y Audi nacía el RS2 que se emsamblaba en la mítica factoría de Porsche, Rossle-Blau. Este Audi de carrocería Avant sería el precursor de las siglas RS (Renn Sport). Con los cuatro aros en la parrilla y la divina mano de la gente de Porsche daba a luz un potente familiar de 315 CV. Porsche se encargó de aumentar la potencia del motor del Audi S2 Avant, que contaba con 230 CV, y lo hizo con delicadeza puesto que mantuvo la capacidad del motor: 2.200 cc. Audi ya fue pionera en 1978 en el uso de motores en línea de cinco cilindros y fue aquí donde este escalón entre los cuatro y los seis cilindros alcanzó la máxima expresión. Máxima expresión que contaba con 400 Nm de par máximo, una potencia que se mantenía en la banda de las 3.000 rpm y un 0 a 100 en 5,4 segundos.

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www.carmagazine.co.uk

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Estamos ante un Audi con injertos de Porsche. Además de los estéticos, como el segundo grupo de ópticos delanteros procedentes de un Porsche 911 (993), las llantas del 911 (en las cuales se mantuvo incluso el emblema de Porsche), retrovisores del 964 Turbo o el guiño de alargar la línea de luces a lo largo de toda la trasera, el RS2 portaba ingredientes de Porsche como los frenos del 968 Club Sport. Puede parecer un coche pesado pero el matrimonio alemán consiguió un peso de 1.592 kilogramos.

Los espectaculares asientos RECARO se combinaban con un interior de carbono, y hablo de carbono de verdad.

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Volvo 850 T-5R SW

Y si coqueteamos con las rancheras, el Volvo 850 T-5R Station Wagon no puede faltar en esta lista de los sleepers de los 90. Aunque también podríamos incluir la versión de carrocería tipo berlina.

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En 1995 se lanzó el T-5R, una versión limitada del Volvo 850; había que celebrar la laureada e inteligente aparición en el Campeonato Británico de Turismos. Para esta versión más prestacional se modificó la configuración de las suspensiones, así como la altura de estas. El motor era el que portaba el T-5, un motor que ya de por sí desarrollaba 225 CV. Con la versión R se implementó la función overboostpor lo que se alcanzaron los 240 CV de potencia. Además se cambió la electrónica que comandaba al 5 cilindros de 2,3 litros. Posteriormente a la versión SW se le añadió una variante con tracción integral permanente.

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Sabréis además que por su arquitectura, el coeficiente aerodinámico de este Volvo es de tan solo 0,29, y si a esto añadimos unas llantas de magnesio de 17 pulgadas que calzan a unas Pirelli P-Zero, el resultado es una auténtica máquina. Con un aspecto serio, cuadrado y peculiar, el 850 T-5R SW enamora a muchos, aunque para Clarkson sea «una caja de muertos». Pero no me digas que ahora que te he recordado lo que hay bajo su capó no quieres uno.

De la tirada de 5.000 unidades llegaron a España 137, 40 de las cuales en el famoso color amarillo, AKA «El Natillas».

 

Renault Safrane V6 Biturbo

Con un motor, V6 turboalimentado por partida doble, desarrollado por Hartge y con Irmscher subcontratada para el montaje, salía al mercado este potente Safrane. El motor de 3 litros del Alpine A610 pasado por manos alemanas generaba unos más que considerables 268 CV de potencia, que se transmitían a las ruedas por medio de una tracción integral. A pesar de tener un porte similar al del Omega, quizá no podía plantarle cara, pero tampoco es que su rendimiento se quedase atrás. De hecho los franceses dieron un golpe en la mesa del Audi S4 4.2. Bajo el pie derecho se disponía de 365 Nm de par, que bien administrados por la transmisión llevaban a este Renault a alcanzar los 100 km/h en 7,2 segundos, una aceleración fulgurante para aquella época y para un coche de estas características. Pequeños aditivos propios de un sleeper, llantas discretas y robustas al más puro estilo galo y una salida de escape que esconde mucho remataban el aspecto exterior de este «cordero». Su interior era posible configurarlo con la versión top de la marca del rombo, el acabado Baccara.

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El poderoso motor cabalgaba sobre 1.780 kg, y ya que estamos con números… en España costaba, allá por 1994, 9.860.000 pesetas. Una lástima que los franceses ya no estén tan locos. O sí…

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Aunque los auténticos sleepers fueron ochenteros y de los noventa, a principios de milenio seguían quedando resquicios de este concepto, asique nos vemos pronto. ¡Ah! y puede que se nos haya escapado alguno o tengamos que reconsiderar cualquier otro, para eso estáis vosotros, ¡a comentar!

 

Sobre el Autor

Rafa Rivera

A décimas de segundo de ser Ingeniero Aeroespacial. Nací en Córdoba y me crié entre un Escort y un Fiesta SuperSport. Enfadado con el mundo desde que en mi casa se compró un Ford Ka. Mi cabeza es una base de datos de coches, y solo coches, en constante actualización y estoy aquí para compartirla contigo.
Comments (5)
  • Pelayo

    Os dejáis un buen Sleeper de los 80, el Renault 21 Turbo. Gran articulo, enhorabuena

    • Rafa Rivera

      ¡Hola Pelayo! Muchas gracias 😉
      Por supuesto, el Renault 21 Turbo está apuntado junto con otros rivales para otra entrega como esta sobre los sleepers de los 80. Está la dedicamos a los de los 90. Y habrá otra sobre los poquitos que se atrevieron a lanzar en los años 2000.
      ¡Un saludo!

  • Marc

    Totalmente deacuerdo! Parece que a algunos fabricantes se les olvidó como hacer coches emocionantes a cambio de darnos naves espaciales y que no transmiten nada!

    • Rafa Rivera

      ¡Gracias, Marc! Una pena, sí… 🙁 Pero como los «consumidores» también han cambiado, es a esto a lo que tristemente estamos destinados.

  • Ander Arribillaga

    Como petrolhead nacido en el 89, puedo decir que no he tenido la suerte de probar ninguno de ellos, incluso se podría decir que he llegado tarde a esa fiesta, pero prefiero casi cualquiera de estos a muchos coches contemporáneos equivalentes. Creo que vamos para atrás en vez de para adelante, salvo honrosas excepciones.

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