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Estos son los 5 mejores alerones en la historia de Porsche, según la propia Porsche…

Aerodinámica: esa rama de la ciencia que se encarga de hacer a los coches y el aire los mejores amigos posibles, ya sea para fluir con la menor resistencia posible a través de él o para aprovecharse del fluido para generar sustentación y poder coger las curvas a gran velocidad. Fondos planos, splitters delanteros, apéndices varios… Y alerones. Alerones Porsche en este caso que nos ocupa. Los alerones han sido y son protagonistas indiscutibles en el mundo del automovilismo cuando nos referimos a la aerodinámica. Y es que gracias a un alerón podemos generar sustentación, o downforce, que permite empujar el coche hacia el suelo y evita que salga volando a altas velocidades, además de permitirnos tomar las curvas a más velocidad.

Porsche está ligada a la competición desde hace décadas y entre su ya legendaria trayectoria hemos visto alerones para la posteridad. Pero no sólo en las carreras, entre los modelos de calle hay alerones tan icónicos como el ‘Cola de pato’ que tuvo su origen en el Carrera RS 2.7 y que ha seguido viéndose hasta modelos actuales -recordemos, por ejemplo, el 911 (997) Sport Classic-. Cualquiera de los alerones de los modelos con las letras ‘GT’ en su apellido, sean GT3, GT2 o sus variantes RS, son valedores de nuestra admiración. Pero, ¿cuáles son los mejores alerones en la historia de Porsche?

En el número 5º Porsche coloca al Cayman GT4, un modelo venerado por los amantes de la conducción y que nada más darse a conocer se convirtió en uno de los mejores coches de la marca. Un coche «construido para la carretera pero diseñado para los circuitos» que incorpora un alerón trasero fijo acompañado de un pequeño spoiler.

En el cuarto puesto tenemos al Porsche 959, un portento tecnológico que fue un adelantado a su tiempo: fue, por ejemplo, el primer coche de producción en monitorizar la presión de cada neumático. También contaba con suspensión activa (¡en los años 80!) y una aerodinámica tremendamente eficiente gracias, entre otras cosas, a un alerón trasero perfectamente integrado. ¡Ah! Por sorprendente que parezca, también hubo un 959 descapotable cuya historia os contamos aquí.

El bronce es para el Porsche 911 Carrera RS 2.7, uno de los modelos más cotizados de la marca alemana y el portador original del mítico alerón ‘cola de pato’. Presentado en el Salón de París de 1962, el Carrera RS 2.7 fue uno de los pioneros en hacer uso de aquello que llaman downforce.

Desde el nuevo Panamera Turbo y su fascinante alerón desplegable hasta el 935 Moby Dick que compitió en Le Mans, hay alerones Porsche dignos de admiración

En el segundo puesto nos encontramos con el nuevo Panamera Turbo (un poco de márketing de productos nuevos es necesario en este tipo de ránkings) y su alerón trasero desplegable digno de un Transformer. Uno de los alerones Porsche más fascinantes que se puede hacer necesario cuando se circule a más de 300 Km/h gracias a su motor V8 biturbo de 550 CV.

¿Y quién se lleva el oro? No podía ser otro: el Porsche 935 ‘Moby Dick’ y su espectacular kit de carrocería. Un modelo basado en el 911 de la época pero modificado para competir en Le Mans, con una potencia de entre 750 y 850 CV -dependiendo de la presión de soplado del turbo- y tremendamente ensanchado, en el que encontramos un alerón trasero de fibra de vidrio que le permitía no salir volando a 366 Km/h en Le Mans. Dicho lo anterior, lo mejor es que veáis el vídeo.

 

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Sobre el Autor

Diego Gutiérrez

Aprendí a leer con los nombres de los coches que veía por la calle. A los 6 días de sacarme el carné, rompí un diésel atmosférico. Disfruto conduciendo cualquier cosa con motor y ruedas y en mis ratos libres estudio cosas ingenieriles.
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