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Prueba Bentley Bentayga Diesel, con toda la lógica del mundo

El Roque Bentayga es una formación rocosa de las Islas Canarias, famosa por lo encrespado de su figura y su historia, que se alza imponente sobre el municipio de Tejeda, a 1.440 metros de altura sobre el nivel del mar. Bentley creyó que el pico canario sería lo suficientemente imponente como para bautizar con el mismo nombre a un modelo que sienta una nueva etapa en la historia del fabricante británico, que además en el caso de esta prueba estrena una particularidad más. Hablamos del Bentley Bentayga Diesel.

Sí, habéis leído bien, el Bentayga Diesel es el primer Bentley diésel y además todocamino, ¿se habrán vuelto locos en Crewe?

El Bentayga Diesel estrena en la firma un bloque alimentado por gasóleo, de ocho cilindros y cuatro litros de cubicaje que rinde 435 CV y 900 Nm (¡¡900!!) desde 1.000 rpm, suficiente para alcanzar los 100 km/h en 4,8 segundos, y la aguja no se detendrá hasta llegar a los 270 km/h de velocidad punta. Cifras válidas para convertir al Bentayga diésel en el todoterreno alimentado por gasóleo más rápido del mundo.

Es el coche más caro y potente que ha pasado por Planeta del Motor, la unidad de pruebas está tasada según la ficha de equipamiento en 221.000 euros aunque creemos que en el mercado español estaría cerca de los 300.000, pero no por ello vamos a deshacernos en elogios de primeras, ya que somos bastante quisquillosos, y analizaremos uno a uno todos los aspectos del Bentayga Diesel, aunque antes de empezar a desgranar os podemos adelantar que es un conjunto con muchas más luces que sombras.

Imponente presencia

Imponente es uno de los adjetivos que más rápido se me viene a la mente intentando describir al Bentayga. Sus 5,14 metros, 1,99 de ancho y 1,74 de alto hacen que no pase desadvertido entre las calles de Marbella, donde todavía no es del todo normal ver uno de estos por la ciudad, y realmente nos damos cuenta de ello cuando la gente se para a echar fotos o nos señala.

Las líneas de la carrocería son innegablemente Bentley, de hecho uno de los comentarios mientras poníamos a prueba las capacidades off-road del Bentayga fue ‘ahora parece un Continental’, cuando la suspensión delantera se encontraba en el punto más corto de su recorrido (véase foto). Casi tenemos que dar las gracias a Bentley por recapacitar sobre el aquel EXP-9 F. El que fue el embrión del Bentayga no llegó a caer bien por su estética entre la clientela y los de Crewe tuvieron que rediseñar por completo el que más tarde sería su primer SUV si querían venderlo.

Sin duda el elemento más llamativo de todo el exterior es el frontal del coche. Lo preside una gran parrilla marca de la casa que da de respirar al V8 que en este caso hay debajo del capó. Capó que por cierto casi queda a la altura del techo de muchos turismos que comparten calzada con nosotros, lo que nos da una posición que nos hace sentir dominantes en semáforos.

Dejando atrás el capó y recorriendo el lateral del Bentayga nos encontramos con un nervio que realza el paso de rueda y disimula el redimensionado ancho de vías del tren trasero sobre el delantero, nervio que sigue hasta la trasera y muere en los grupos ópticos. La zaga sigue siendo vasta (sensación que viene dada principalmente por el tamaño y altura) pero rezuma formas más estilizadas que el frontal, con faros cuadrados dando acogida al la ‘B’ de Bentley.

El Bentayga Diesel se hace notar entre el tráfico de la ciudad, quedamos por encima del resto de los coches con los que compartimos calzada

La configuración que presumía nuestra unidad la podemos tildar de discreta. Al tono de pintura de la unidad de prensa Bentley lo llama ‘Alpine Green’ y venía acompañado con las llantas de 21 pulgadas que traen consigo el paquete ‘Mulliner Driving’.

Pero tranquilos si no os gusta esta unidad la paleta de colores del Bentayga consta de unos 130 tonos distintos (incluyendo bitonos), y si por casualidad no te gustara ninguno, Bentley puede pintar el coche a tu gusto bajo un encargo especial. Para el interior podremos combinar un total de 25 tipos de cuero entre cinco estilos de decoración, alternando contrastes y colores en las partes internas y externas de asientos, volante, puertas y salpicadero.

La definición de lujo está en el interior

Adentrarnos en el habitáculo del Bentayga supone entender el por qué de los casi 300.000 euros que puede llegar a costar un Bentayga Diesel, y para más inri, la unidad de prensa contaba con el paquete chofer, un paquete que sustituye el asiento central por una consola con hueco portaobjetos, posabrazos y además los asientos laterales pasan a ser butacas independientes ajustables eléctricamente, con función de ventilación y masaje.

Conforme vamos escudriñando el habitáculo del Bentayga vemos que la atención al detalle llega hasta donde cualquier persona no se preocuparía en comprobar. Y todo cobra un punto más de valor cuando pensamos que todo el interior ha sido rematado a mano, artesanalmente; que un especialista ha sido el que ha seleccionado el cuero y el que ha hecho pespuntes y costuras, y que un ebanista ha sido el encargado de todo el trabajo de madera del interior…

Desde que se inicia la producción de una unidad del Bentayga hasta que se da por finalizada el tiempo medio de fabricación ronda los dos meses, dependiendo de cómo hayas querido personalizar tu Bentayga… Las cosas de palacio van despacio.

Tal vez sea el interior mejor acabado de todos los interiores que he podido disfrutar, y sólo un Porsche bien equipado o Rolls-Royce tengan algo que objetar al respecto.

Los pasajeros traseros tienen la opción de regular la climatización, subir el volumen de la radio, ver los parámetros del coche y varias opciones más gracias a un pequeño mando inalámbrico, estilo pda, que podremos extraer del la columna de climatización trasera.

Por si no fuera poco los detrás también contamos con dos tablets a modo de pantalla en los respaldos delanteros, con acceso a internet y televisión, extraíbles y además cada una con unos cascos específicos para cada asiento firmados por Naim para Bentley.

Ya que mencionamos Naim, el sistema de sonido de todo el coche está firmado también por la misma marca, es el mejor de los tres equipos de sonido por los que podemos optar. Por debajo quedan el de serie y entre medias uno que la propia Bentley ofrece como upgrade al más mundano, pero habiendo escuchado el sistema de sonido Naim, no consideraría equipar mi Bentayga Diesel con ninguno de los otros dos sistemas.

En marcha, ¿cómo se comporta un coche de 300.000 euros?

Llega el momento de emprender la marcha, de ponernos a los mandos del Bentayga y ver cómo se desenvuelve este mastodonte de 2,5 toneladas y su nuevo motor diésel.

Desde los asientos delanteros del Bentayga tenemos una percepción de la carretera, como ya hemos dicho, dominante. Estamos por encima de la mayoría del tráfico aún con la suspensión configurada en la posición más baja para circular, aunque la más baja de verdad corresponde al modo ‘Acceso’, sólo disponible en parado, y por encima quedan tres, el último sólo apto para off-road.

Por autopistas el confort de marcha es sobresaliente al igual que la estabilidad, lo que cabe esperar de un coche de esta talla. Ningún cambio de rasante, junta de dilatación o resalto en la carretera son hostiles con los pasajeros del Bentayga Diesel.

El tacto del volante es exquisito y la dirección tiene un peso muy acertado teniendo en cuenta el tipo de coche que estamos conduciendo, es muy ligera pero queda lejos de estar sobreasistida. Sobre el feedback que nos transmite, a no ser que estemos yendo rápido en pistas de tierra a nuestras manos no llegará nada de información, es por lo que ha apostado Bentley y nos parece totalmente lógico en un coche de estas características.

Al pulsar el botón de arranque del motor apenas nos llega alguna vibración al habitáculo, de hecho percibimos muchas menos de las esperadas para ser un bloque diésel. Sólo en el momento de iniciar la marcha y al ralentí, nuestros pasajeros podrán pensar que estamos montados en un coche diesel, pero es tan refinado y el habitáculo está tan insonorizado que a no ser que nos fijemos a conciencia en el sonido no nos daremos cuenta, ya que queda muy ‘a lo lejos’.

En lo que a refinamiento se refiere no es comparable a ningún otro SUV grande que haya probado, ya puede llamarse Range Rover Sport, Mercedes-Benz GLE o GLS, BMW X5… El Bentayga se lleva la palma en este aspecto, y con diferencia.

Una vez en marcha el bloque funciona con toda la suavidad que cabría esperar en un Bentley. La sensación al pisar a fondo es de tener toneladas de par prácticamente desde el ralentí, y es que así es. Como hemos comentado ya, desde las 1000 vueltas el 4.0 diesel nos brinda los 900 Nm de par. No nos cabe duda de que este Bentayga podría remolcar a casi cualquier cualquier avión comercial, y no estamos exagerando…

El motor del Bentayga Diesel es el mismo que monta Audi en su SQ7 y en el que Porsche ha tenido algo que ver en su desarrollo. Y lo más curioso es que está sobrealimentado por un sistema biturbo al que asiste un compresor eléctrico.

Como siempre en un motor turboalimentado hay algo de lag, algo de retraso en la respuesta del motor cuando le exigimos, pero es el motor turboalimentado en el que menos demora he notado en la respuesta de la sobrealimentación. Si todos los turbos eléctricos van a ser así, bienvenidos sean.

El empuje del motor del Bentayga Diesel es muy progresivo, lejos de patadas típicas de la turboalimentación

Otro motor de similares características que he probado es el del BMW X5 M50d. También, digamos tri-alimentado, pero en este caso por tres turbos convencionales, los dos principales se relevan mientras que el tercero los asiste por separado cuando se requiere. El X5 M50d se percibe mucho más rabioso desde el primer momento y te deja pegado al asiento al hundir tu pie derecho. Pero tenemos que saber distinguir el target de cada producto, y si el Bentayga no es así es porque en Bentley no han querido.

Tanto el motor como el coche en general son de personalidad sosegada, pero no significa que al acelerar con contundencia no vayamos a obtener respuesta contundente. De hecho tendremos que tener un ojo sobre el velocímetro para que no nos llevemos una sorpresa al comprobar los puntos del carnet, los 200 km/h se alcanzan en un visto y no visto, sin apenas darnos cuenta.

Una carretera de curvas tampoco parece un problema para el Bentayga Diesel, si bien es cierto que es el último escenario para el que ha sido planteado, el único handycap es su altura, que tal vez genere algún mareo a nuestros pasajeros si afrontamos las curvas a un ritmo alegre, pero ni el coche pide curvas ni tampoco nuestros pasajeros querrán comprobarlo.

Tampoco pasamos por alto mencionar la potencia de frenado. Si bien en primera instancia parece que al frenar fuerte no vayan a morder lo suficiente, la realidad es que cuando necesitamos hundir de verdad el pie y parar en seco al Bentayga Diesel lo hincaremos. Prueba de ellos son las paelleras (discos,perdón) de 400 mm y 380 mm detrás.

Algo para lo que sí ha sido planteado el Bentayga Diesel ha sido para el off-road, si bien no va a querer seguir por las trialereas a ningún Clase G o Wrangler, nosotros no quisimos perdernos cómo se desenvolvía el SUV de Crewe en campo.

En pistas forestales circulando rápido apenas nos van a llegar vibraciones al habitáculo, de hecho quisiera haber tenido a mano cualquier otro todoterreno en el mismo momento para comparar el refinamiento en estas circunstancias, probablemente a la misma velocidad otro cualquiera parecería a punto de desmontarse. En este caso la dirección sí nos transmite cierta información a las manos, al volante. Sabremos si el coche desliza ligeramente en cualquier giro y también cuánto estamos castigando las suspensiones y neumáticos.

Cuando el terreno se vuelve más abrupto, subimos las suspensiones a su punto más alto y despacio nos disponemos a sortear todos los obstáculos, no queremos dañar los bajos del Bentayga.

Pocos serán los dueños de un Bentayga Diesel que se atrevan a hacer 4×4, pero nosotros no quisimos dejar pasar la oportunidad

Tiene un gran inconveniente, la distancia entre ejes, pero tiene una gran ventaja que salva casi por completo este problema, la altura libre al suelo (hasta 245 mm), así como unos ángulos de ataque y salida de 25º, junto a un ángulo ventral de 22º, cotas más que suficientes dado el uso off-road que el cliente medio del Bentaya va a practicar. Otro aspecto positivo fue la capacidad de tracción, no perdimos tracción en ningún momento, y cuando creíamos que iba a hacerlo, en una pendiente constante de unos 40 grados de firme terrizo y deslizante, nos sorprendió y traccionó a las mil maravillas, sin un titubeo, sin una rueda que perdiera tracción.

Nos costó hacer un cruce de puentes debido a la longitud del Bentayga, de hecho tuvo que ser un amigo aficionado al off-road el que lo hiciera, y tras varios intentos. Durante el resto del día sólo en una puntiaguda maniobra peligraron los bajos del Bentayga Diesel, y fue debido más a la ineptitud de un servidor en conducción 4×4 que a causa del coche.

Nuestra prueba fue corta, pero intensa, y además nunca mejor dicho. En un día y medio hicimos 500 km por todo tipo de vías, lo que además nos sirvió para tomar unas conclusiones fehacientes en cuanto al consumo. La media total de la prueba se quedó en unos 10,5 litros a los 100 km. En carretera llegamos a ver números en torno a los 8,5 litros sin buscar consumos, yéndose a los 9 en autopista a 120 km/h de crucero, mientras que en ciudad los 13 litros serán la tónica. Queremos recalcar que son consumos reales, que cualquier usuario medio del Bentayga Diesel podrá ver en el ordenador de abordo en su día a día.

Al final de la prueba del Bentayga Diesel el consumo medio se quedó en 10,5 litros a los 100 km

Teniendo en cuenta la masa que ha de desplazar el Bentayga (2.500 kilos) y la resistencia aerodinámica que tiene, estas cifras nos parecieron incluso ridículas dada la potencia y precio del coche. ¡Chapeau aquí por el 4.0 diésel!

Entonces Bentayga Diesel o… ¿Range Rover?

Lo cierto es que en este momento el Bentayga Diesel (y también el W12) se encuentra en tierra de nadie, en un segmento ‘de uno’, ya que hasta la llegada del nuevo SUV de Rolls-Royce el Bentayga no tendrá un rival directo. Hay SUV’s de lujo más potentes, más baratos y ambos términos en conjunto también, pero ninguno llega a ser tan refinado como un Bentayga y ni tan si quiera se les acercan en calidad interior. Y sí, podréis pensar que por lo que vale este Bentayga casi os podríais comprar dos Range Rover Autobiography, pero a este nivel la exclusividad se paga por multiplicado.

Y llegó la pregunta que tarde o temprano tenía que aparecer… ¿Diésel o gasolina? Realmente no hemos probado una unidad de gasolina, pero siendo tal el rendimiento de este nuevo diésel y pudiendo ver autonomías con el tanque lleno de casi 1.000 kilómetros, probablemente dejaría los 12 cilindros para un deportivo de pura cepa y me decantaría por el Bentayga Diesel.

Agradecimientos a David Román por la fotografía y a C. de Salamanca por la cesión del Bentayga Diesel

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Sobre el Autor

Álex González

Ya de chico todo el mundo sabía que de regalarme algo, tenía que ser relacionado con coches. Y unos veinte años más tarde la cosa no ha cambiado. Siempre a la última en actualidad del motor y las nuevas tecnologías que lo rodean.
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